En su presentación del martes 13 ante el Congreso de la Nación, el jefe de Gabinete Marcos Peña, ante los cuestionamientos a los funcionarios con cuentas en el exterior (offshore), respondió: “Quieren instalar que las offshore son corrupción. No señores, la corrupción son los bolsos de López”. El argumento es semejante al utilizado por el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne en su reciente viaje a España, donde eludió una pregunta sobre el tema respondiendo: “A diferencia de lo que ocurría en el gobierno anterior, mi patrimonio está perfectamente declarado y presentado ante la Oficina Anticorrupción” (hoy, número 1707).
Por lo visto, estos miembros de la oligarquía terrateniente y financiera hoy en el gobierno siguen tratando de justificar su actividades anteriores o actuales contraponiéndolas con el burdo accionar del gobierno anterior pues, al ser ricos, supuestamente tienen “más para perder que para ganar al ingresar en la función pública”. Lo que diría Peña también de Aranguren, Etchevehere o de su primo Miguel Braun, en Comercio.
Tratan de instalar en la opinión pública que las offshore son algo normal, cuando en todo el mundo es reconocido que una persona abre una offshore sólo para evadir impuestos o lavar dinero, por eso se llama a esos lugares “paraísos fiscales”. En el caso del ministro Caputo les resulta más complicado explicar su conducta, ya que ni siquiera habría declarado su vinculación con empresas offshore en sus declaraciones juradas. Y está comprobada su participación en 2015 en la estafa con la operatoria de compra de dólar futuro –que el gobierno de Macri se apresuró a pagar apenas asumió–, a través de la empresa Axis, que era propiedad de Caputo hasta noviembre de 2015, como ha sido ratificado ante las autoridades de Estados Unidos por la empresa Noctua Partners, la administradora de fondos de inversión registrada en ese país.
Semanario Hoy N° 1710 21/03/2018