El conflicto por la reincorporación de los trabajadores mineros ya lleva tres meses. Yacimientos Carboníferos de Río Turbio sigue paralizado, los trabajadores solo hacen trabajo de mantenimiento. En el mes de enero, nos cuenta el compañero delegado, “notificaron los primeros telegramas, 479. De todos modos nunca estuvieron claro los números de telegramas emitidos como tampoco las reincorporaciones que hubo”.
Los despidos fueron hechos con total torpeza. Por eso la intervención tuvo que hacer “reincorporaciones a quienes fueron echados a pesar de tener tutela sindical, delegados, personas con licencia por maternidad”, “hicieron todo al boleo”, explica el compañero: “ni se fijaron a quién despedían y eso llevó a que semanas después existieran algunos reintegros específicos”. A pesar de las irregularidades, “hubo menos de cien reintegros. Porque a su vez, hubo muchos retiros voluntarios de gente que no fue echada, porque metieron mucha presión”.
Un convenio con historia
Después de los 479 despidos se empieza un proceso de negociación, donde los cuatro gremios que tienen injerencia, iban a una mesa de diálogo en Buenos Aires. “Esas reuniones duraron lo que duraron pero sin ninguna solución. Después hubo reunión con el ministro Aranguren quien en una actitud amenazante había propuesto un convenio único a la baja en todos los aspectos, no solamente en el salarial, sino en condiciones de flexibilización laboral. Entonces planteaba: es lo que hay, si aceptan esto vamos a reactivar la usina y la mina. Pero lo que pretendía es que firmáramos que todos los derechos adquiridos se pierden”.
“Nuestro convenio de trabajo tiene mucha historia acá en la Cuenca Carbonífera”, explica el compañero minero, y prosigue: “fueron escritos con sangre, hubo una tragedia en el 2004 donde murieron 14 mineros. Entonces cuando se habla de convenios colectivos se habla de cosas muy profundas para la historia de la Cuenca”.
No al preventivo de crisis
Después de lo que fue el viaje de los compañeros a Buenos Aires, “nos dio muchas fuerzas a todos. El acampe tonificó a los compañeros que han vuelto, y mientras ellos estuvieron allá, acá también se ha trabajado mucho: dos movilizaciones masivas de toda la comunidad, tanto de Río Turbio como de 28 de Noviembre. Ahora estamos todos más firmes.
“La semana pasada, por medios radiales, gente cercana a la intervención, vinculados a Cambiemos –principalmente el hermano del interventor que es concejal en Río Turbio-, han planteado la idea de que se está buscando reincorporar a todos los despedidos, a todos los que habían recibido la liquidación final. Pero ellos están jugando con presentar en el Ministerio de Trabajo el procedimiento preventivo de crisis. Nuestra postura es rechazar el procedimiento preventivo de crisis porque no corresponde. Nosotros somos una empresa pública del Estado, y no hay jurisprudencia sobre este hecho.
“Está claro que ellos están evaluando qué pasa acá para después quizás aplicarlo en otras empresas del Estado. Nosotros somos conscientes de que un preventivo de crisis no se puede aplicar a una empresa estatal. Pero los que deciden, evidentemente son ellos. Ellos aplican el preventivo de crisis y después evalúan que una de las variantes es el despido, es la última de las posibles soluciones. Pero arrancaron al revés, despidieron gente y como vieron que el pueblo se levantó, están buscando la manera de reincorporar para después implementar este “preventivo de crisis”.
Más fuertes que nunca
“Han pasado tres meses de conflicto, nosotros estamos más fuertes que nunca. Si bien hay muchos compañeros que han aceptado el retiro voluntario, hay alrededor de 150 compañeros por los que estamos peleando la reincorporación. Cuando se habla de reincorporación, se discute alrededor de los 150.
En la Cuenca seguimos muy firmes con esta lucha, la sociedad nos está acompañando. Sabemos que la única lucha que se pierde es la que se abandona. La población nos ha ido acompañando en distintos procesos. En un momento la lucha estaba medio planchada, pero cuando vino la gendarmería el 5 de marzo, las dos comunidades hicieron esa epopeya cuando se alzaron para echarla. Vinieron un colectivo, cuatro camiones, tres traffic. Venían con un número importante de gendarmes y acá no se los dejó avanzar y tuvieron que volver a Río Gallegos. Todo eso reactivó la lucha. Claramente, los trabajadores impulsan la lucha y la gente acompaña.
“Nosotros hemos hecho un gran trabajo que llamamos “la carbonización” que es ir casa por casa a juntar firmas, plantear la situación, a contar lo que nos está pasando. Es un laburo que ha dado muy buenos frutos. La comunidad nos ha atendido”, finaliza Franco Sambrizzi.
Hoy N° 1714 25/04/2018
