Entre el laberinto de pasillos del Hospital Gutiérrez camino al Aula Magna iban saliendo a la vista como un déjà vu los pañuelos verdes, atados a las carteras, en muñecas y cuellos, pero esta vez entre ambos y delantales de los médicos. La escena parece repetida porque quienes defienden el proyecto de ley de la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito salen a relucirlos y definirse públicamente a favor de la ampliación de derechos para las mujeres mientras se da el debate en el Congreso Nacional.
Desde la Asociación de Profesionales y desde la Filial de Médicos Municipales del Hospital Gutiérrez, se convocó a una charla bajo el título “Aborto en el sistema de salud. De la legalidad a la voluntad”. Una de sus integrantes decía “Nos alegra y enorgullece que esté el Aula Magna llena con muchísimos trabajadores del hospital porque creemos que como trabajadores de la salud no podemos estar ajenos a la lucha por el aborto legal y seguro; y porque es preciso que cualquier mujer tenga derecho a decidir y pueda acceder en el sistema público, a un aborto legal y seguro”.
La disertación convocó a tres especialistas con mucho para decir sobre la necesidad de legalizar el aborto: Nelly Minyersky, abogada especialista en Derecho de Familia; Gabriela Perrotta, trabajadora del Estado en el Ministerio de Salud de la Nación, Coordinadora técnica de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva; y Viviana Mazur, médica del Equipo de Salud Sexual, SIDA e ITS del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La coordinación de la charla estuvo a cargo de María Carpineta, médica pediatra del Servicio de Adolescencia del Gutiérrez, quien contextualizó brevemente el marco en que se da la actividad, mencionando que son momentos históricos en la lucha por los derechos de las mujeres. “En nuestro país el aborto es legal hace casi cien años, desde 1921, cuando el Código Penal en la figura 86 determina un modelo de causales. Hace cien años, imagínense que el marco era muy progresista, pero no se ha vuelto a discutir y nosotros sabemos que la implementabilidad de este marco legal que nos rige ha sido muy dificultosa y ha traído muchísimos problemas y sufrimiento a las mujeres”, explico la Dra. María Carpineta.
Antes de otorgar la palabra a las panelistas hizo pública la postura con la que se convocó a este espacio de debate y reflexión: “El marco ideológico y de trabajo de esta mesa, sigue apostando a la promoción de la educación sexual integral, para poder tomar decisiones libres, al acceso pleno, universal de los métodos para prevenir embarazos no intencionales y en caso de que todo esto falle y no ocurra, la apuesta al aborto legal, seguro y gratuito, para que ninguna persona siga muriendo en nuestro país por un aborto ilegal”.
La primera en tomar la palabra fue Nelly Minyersky, quien abordó el marco legal. Dijo que, si bien la ley garantiza a las mujeres una amplia cantidad de derechos, el debate por el acceso al aborto “es el último bastión de una sociedad patriarcal” y caracterizó al aborto como “uno de los derechos humanos fundamentales: el derecho al propio cuerpo, a cómo va a vivir ese cuerpo, el derecho al proyecto de vida…”. A su vez, denunció respecto de la norma que rige al aborto que “hoy en día es una violación fragrante a los derechos humanos de las mujeres que no se amplíen esas causales. Necesitamos sacar a las mujeres del derecho penal”. E hizo un esclarecedor recorrido del marco legal nacional e internacional al que se citan los “antiderechos”, como los llama la abogada, para sostener equivocadamente que el aborto es inconstitucional.
Para finalizar dijo que “todos los casos de jurisprudencia que se ven o que se leen son de mujeres pobres, es una doble penalización a mujeres que no han recibido educación, no han recibido prevención, que tienen hijos que ya no pueden ni tienen capacidad para poder ahijarlos debidamente”, por lo cual es una gran deuda con todas las mujeres y sobre todo con las más excluidas de los beneficios de la sociedad.
Gabriela Perrotta comenzó preguntándose “¿por qué decimos y sostenemos que el aborto es un tema de salud pública? Porque las mujeres se mueren o quedan con secuelas físicas por abortos inseguros, porque todavía no logramos garantizar el acceso de interrupción del embarazo en el sistema de salud y las mujeres sufren discriminación y violencia cuando solicitan una interrupción durante el embarazo, porque para acceder las mujeres a la interrupción del embarazo se las somete a riesgos y consecuencias traumáticas, porque el acceso a la anticoncepción no está garantizado para todas las mujeres y menos aún para todas las adolescentes”.
La médica Coordinadora Técnica de la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva, explica que el sistema de salud debería poder dar respuestas a situaciones de muertes evitables, por eso el tema interpela a la salud pública. “En Argentina la muerte por embarazo terminado en aborto es la primera causa de muerte materna”.
Explicó las tres posibles causales de aborto que contempla nuestra norma, y se detuvo en aquella que habla de peligro para la salud: “la salud, la OMS la define como el estado de bienestar físico, mental y social. Entonces, la causal salud la interpretamos como integral. No siempre se garantiza el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, menos cuando se trata de la causal salud mental y social”. Además, mencionó que incluso cuando la violación es de la propia pareja muchas veces no se la toma como suficiente.
Viviana Mazur, médica del Equipo de Salud Sexual, SIDA e ITS del Ministerio de Salud de la GCBA, tomó como punto de partida que “la legalización o ilegalización del aborto no determina que se haga. El aborto ocurre, sea legal o ilegal. La única diferencia es si las mujeres en ese proceso van a morir, van a enfermar, van a sufrir, van a ir presas o no. Eso es lo que estamos discutiendo, no si el aborto ocurre o no, el aborto ocurre cuando una mujer lo decide”.
Relató cual fue el recorrido que se tuvo que hacer desde la salud pública de la Capital Federal para que el aborto fuera realizado en aquellos casos en que es legal. Desde trabajar con las instituciones que se planteaban erróneamente como objetoras de conciencia negándose a realizar abortos, hasta brindar la información a los médicos sobre cómo abordar a pacientes para informarlos sobre anticoncepción y aborto. También hacer accesible a la institución el Misoprostol y capacitar a los médicos para utilizarlo. Mediante un arduo trabajo cada vez más instituciones médicas fueron adoptando la práctica de interrupción de embarazo comprendiendo que no podían rechazarlo cuando era pertinente efectuar el aborto.
Una de las cuestiones de las que se ha hablado en el debate público es acerca de que en los países que tienen aborto legal se practican menos abortos que los que tienen aborto ilegal, ¿Cómo es posible?, Viviana Mazur explica que “tiene que ver con que, si uno no le cerró las puertas del sistema de salud a la mujer, sino que la contuvo, la acompañó, esa mujer también va a tener garantizado de mejor manera el acceso a la anticoncepción posterior. El Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez es uno de los 67 establecimientos que están dando acceso a prácticas de salud sexual y reproductiva y cumple con todas estas funciones de informar y de garantizar el acceso a interrupciones legales de embarazo”.
Por otro lado, tanto Gabriela Perrotta como Viviana Mazur, hicieron gran hincapié sobre la necesidad de trabajar en esta cuestión previa a una interrupción voluntaria del embarazo. Ambas reflexionaron sobre la situación del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez en este tema, ya que reciben adolescentes a los que pueden abordar tempranamente con la información necesaria para que gocen de decidir sobre su cuerpo de un modo planificado.
Gabriela Perrotta afirma que “todavía no está garantizado el acceso a la anticoncepción de todas las mujeres”, explica que muchas mujeres que pasaron por una internación por embarazo, dejan la institución de salud sin llevarse un método anticonceptivo y allí los médicos han perdido la oportunidad de brindar una herramienta a esa mujer.
“Para cerrar invito a reflexionar sobre nuestra posición como profesionales. Podemos pensar en lo personal y para nuestra propia vida distintas cosas, pero eso es para nuestra propia vida. Como profesionales de la salud tenemos una prioridad que es garantizar los derechos de las personas que atendemos. Entonces, pensemos en todo esto para cumplir con nuestra responsabilidad y ejercer nuestro rol garantizando derechos”, finalizó Gabriela Perrotta.