Ha pasado más de un mes desde que distintos sectores ganaran las calles, contra las reformas a la ley de seguridad social que quiso implementar el gobierno, y luego tuvo que descartarlas tras las grandes luchas de trabajadores, estudiantes y campesinos.
Las manifestaciones fueron reprimidas por fuerzas de seguridad y paramilitares adictos al régimen, dejando al menos 76 muertos, 868 heridos y 438 detenidos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La jerarquía de la Iglesia Católica y sectores empresarios promovieron una “Mesa de diálogo” entre el gobierno y la oposición, que fracasó estrepitosamente la semana pasada. Tras la decisión de la Conferencia Episcopal de “dejar en pausa” su mediación el 24 de mayo, recrudecieron las tomas de facultades y los cortes de ruta, llamados en Nicaragua bloqueos o tranques. El gobierno volvió a reprimir con el saldo de al menos cuatro muertos y varios heridos más, y en muchos tranques hubo enfrentamientos entre adictos al gobierno y opositores.
Lo mismo ocurrió en la capital, Managua, donde, según denuncian los estudiantes que la mantienen ocupada, un hombre entró en moto disparando sobre las barricadas. Los estudiantes se defendieron con morteros, el atacante cayó herido, y fue llevado al hospital. Los estudiantes formaron el Movimiento 19 de abril, que busca justicia para los asesinados en la masacre de abril y mayo por la represión de las de fuerzas de choque del gobierno.
Además, están de paro trabajadores del transporte interurbano y taxistas, y se realizan a diario masivas manifestaciones en distintas ciudades. El fin de semana miles marcharon en la capital y varias provincias. En algunos lugares se tiraron “arbolatas”, símbolo del gobierno orteguista, y se quemaron sedes del partido oficialista.
Desde algunas usinas imperialistas, yanquis en particular, tratan de aprovechar la revuelta social para imponer una salida favorable a sus intereses. El gobierno orteguista habla de una tentativa de “golpe de Estado”, para justificar la represión, que se ha extendido en estos días.
La dirigente Francisca Ramírez, que encabeza el Movimiento Campesino Anticanal (que se opone a la construcción de un canal interoceánico que el gobierno de Ortega negoció con empresarios chinos), llamó a reforzar los bloqueos, y que no se levantarán “hasta que no se vaya Ortega”. Denunció que el gobierno manda a empleados del Estado a los bloqueos para oponerse a ellos, bajo amenaza de que perderán el trabajo: “El gobierno está desesperado, lo que nos confirma que tenemos que tomar las calles con más fuerza”, afirmó Ramírez.
Hoy N° 1719 30/05/2018
