Miles se movilizan desde distintos puntos del país, para llevar al centro del poder político los reclamos más urgentes de nuestro pueblo. En esas enormes columnas que avanzan desde el NEA, NOA, Cuyo y la Patagonia, estamos nosotras las mujeres. Somos protagonistas, junto a nuestros compañeros, como lo venimos siendo en la pelea contra el hambre que golpea nuestros barrios.
Estamos en la Marcha Federal porque reclama por pan y somos nosotras las que paramos la olla, las que sostenemos los comedores, las que no estamos dispuestas a bajar los brazos y en cada lucha nos ponemos a la cabeza. Estamos porque la marcha de los movimientos sociales pide por Trabajo y nosotras somos las más afectadas por la desocupación: durante el 2017, la tasa de desocupación fue de 10,2% en mujeres y 8,5% en varones. La desocupación en las mujeres jóvenes (hasta 29 años) alcanzó el 19,5 %.
Nosotras levantamos bien alto las consignas por las que pelea la Marcha Federal, porque en cada una de esas problemáticas, la situación de las mujeres se agrava, como en el acceso a la vivienda o en el impacto de las adicciones y el avance del nacotráfico en nuestros barrios.
Y además nos sumamos con nuestras reivindicaciones específicas porque cuando crece el ajuste, el hambre y la pobreza, también crece la violencia. Por eso, a esta Marcha Federal vamos también con nuestro reclamo de declaración ya de la Ley de Emergencia en Violencia Contra las Mujeres.
El 1 de junio, vamos a estar en la Plaza de Mayo, junto a nuestro pueblo exigiéndole al gobierno de Macri que dé respuestas a las necesidades más urgentes. Y vamos a estar ahí expresando la más amplia unidad que el momento demanda.