Una de las cuestiones más importantes para diferenciar a un revolucionario verdadero de un reformista es su posición frente a la vigilancia revolucionaria. La actividad del enemigo de clase para destruir al partido revolucionario es permanente y la infiltración de provocadores una de sus formas principales. Los medios modernos (control de celulares, GPS, etc.) sirven para reforzar ese trabajo enemigo, no para suplantarlo. Escribió O. Piatnitsky, un gran revolucionario bolchevique: “La primera condición del éxito en la lucha es conocer al enemigo, los métodos que emplea para sembrar la desorganización en nuestras filas, conocer las armas de que se sirve…hasta el día en que haya sido definitivamente vencido, se puede sin embargo, a condición de estar constantemente en guardia debilitar el efecto de esta arma mortífera.”
02 de octubre de 2010