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13 de junio de 2018

Ingenio San Isidro, Salta

“Estamos dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias”

Nuestros corresponsales dialogaron con Mariano Cuenca, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro (Soeasi), cuando Oscar Monzón, secretario provincial del PCR, llevó la solidaridad nacional de nuestro Partido, del PTP y de la CCC.

El lunes 4 de junio, tras una masiva asamblea, los trabajadores del Ingenio San Isidro decidieron ocupar sus puestos de trabajo tras varios meses de suspensión de actividades. Recordemos que en el último verano el Grupo Gloria se declaró en proceso preventivo de crisis, cerró las puertas del Ingenio y arrojó a centenares de trabajadores de sus puestos laborales, quedando en absoluta incertidumbre y desprotección.
Ese mismo lunes, las voces de los trabajadores del San Isidro en asamblea resonaron con fuerza y su eco recorrió cada punto de la provincia. Las redes sociales y los medios masivos de comunicación pusieron en agenda el inicio de esta firme lucha.
A su vez, la solidaridad del movimiento obrero salteño fue inmediata; las organizaciones sociales jugaron como siempre un rol muy importante; ese mismo día la Corriente Clasista Combativa se hizo presente con una delegación en el Ingenio y a partir de ese momento comenzó a organizarse una red de apoyo a los trabajadores del azúcar.
El viernes pasado la CGT salteña, la CTA y la CCC acordaron un paro provincial en solidaridad con los trabajadores del San Isidro, para el 14 de junio. Cabe destacar que es el primer paro provincial que en once años se le hace al gobierno de Juan Manuel Urtubey. El San Isidro unió al conjunto del movimiento obrero de Salta.
Los trabajadores, sus familias y el pueblo de Campo Santo mantienen muy fresca en la memoria colectiva aquella lucha histórica cuando otros patrones decidieron también cerrar el Ingenio y dejar a los trabajadores en la calle.
De cada lucha los pueblos y su gente aprenden, las sintetizan y reelaboran métodos para defender su dignidad.

—¿Por qué la asamblea decidió entrar a las instalaciones del Ingenio? ¿Cuál es la situación y ánimo de los trabajadores?
—Primero, hace más de cuatro meses sorpresivamente esta multinacional peruana cierra las puertas de la industria más importante que tiene nuestro departamento. Si hay algo indudable es la paciencia y la vocación de diálogo que tuvimos los trabajadores en estos cuatro meses presentando propuestas concretas, no solamente al gobierno de la provincia y al Poder Legislativo provincial, sino también al Ministerio de Trabajo nacional y no tuvimos ninguna respuesta, esperanzados porque el Grupo Gloria había anunciado que iba a vender el Ingenio San Isidro. Y si hay algo que apremia es el tiempo, por eso los trabajadores tomamos esa medida dispuesta por la asamblea de ocupar nuestros puestos de trabajo y comenzar ya con lo que sería la limpieza, y dentro de nuestras posibilidades ir preparando los sectores por si llegará a aparecer una solución para que el Ingenio San Isidro vuelva a funcionar.
—¿Cómo reaccionaron el pueblo de Campo Santo y las organizaciones políticas, obreras y sociales de la provincia?
—Hay mucha solidaridad por parte de la gente del pueblo, golpea duramente el cierre del polo productivo que mueve toda la región.
Se recibió la solidaridad de los comerciantes, de la gente común porque ya se ha vivido una situación similar en los noventa en otro contexto nacional, porque fue en los años noventa cuando Brasil introdujo azúcar a un menor valor al mercado interno de Argentina y San Isidro no podía competir con esos precios y tuvo que cerrar; pero en este momento lo que tenemos es el capricho de una multinacional que, sin importarle, está condenando a la miseria y al hambre a todo un departamento.

—El Papa Francisco se pronunció en defensa del Ingenio San Isidro y de los trabajadores… Ante tan importante respaldo, ¿Consideran poner el Ingenio en funcionamiento y recuperarlo para la familia azucarera de Departamento? Sobre todo si no llegan las soluciones desde los responsables y el gobierno.
—Sí, todas las alternativas son posibles. Los trabajadores estamos dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias defendiendo lo más grande que tiene un hombre que es la dignidad del trabajo, porque el trabajo es lo que nos dignifica como padres de familia y hoy ya hace más de cuatro meses que no tememos qué poner sobre la mesa… Es una situación que duele mucho, pero a la vez nos da la fortaleza para poder encarar esta lucha y lograr que el Ingenio San Isidro pueda estar nuevamente en actividad.

Corresponsal

Hoy N° 1721 13/06/2018