1. No hay tregua contra el ajuste y la entrega
Macri trató hacer pasar como un triunfo su pacto de hambre y entrega con el FMI. Fracasó. El pueblo sigue en las calles.
La contundencia del parazo del 25 fue impresionante. Ni el Mundial le dio respiro a Macri. Si en algún momento pensó que el pueblo argentino iba a confundir su pasión por el fútbol y nuestra selección dándole tregua a este gobierno antipopular y antinacional, se equivocó.
Siguieron las luchas y el repudio al ajuste al que nos condena el pacto con el FMI. El 29/6 ganaron las calles los pibes con sus reclamos de un futuro con educación, trabajo y la emergencia en adicciones de Ni Un Pibe Menos por la Droga. Es un hecho extraordinario, como se vio en las pibas dispuestas a ser protagonistas del combate de las mujeres. Es un nuevo avance en el auge de luchas contra la política macrista.
El pueblo avanza en las calles contra esta política. Desde el estallido de bronca contra el robo a los jubilados las luchas crecieron sin pausa. Los trabajadores por salarios, contra los despidos y en defensa de sus fuentes de trabajo: estatales, docentes, bancarios, camioneros, metalúrgicos, de la alimentación, obreros del Astillero Río Santiago. Triunfó la defensa del Hospital del Cruce de Florencio Varela. Los trabajadores de Télam y Radio del Plata enfrentan la nueva oleada de despidos: sólo en blanco van 94.000 en el primer semestre. Sigue la lucha del Ingenio San Isidro en Salta.
Hubo masivas movilizaciones de la CCC, la CTEP y Barrios de Pie, y la Marcha Federal por pan y trabajo demostró que era posible la confluencia de las luchas de los trabajadores ocupados, precarizados, jubilados, campesinos pobres, organismos de derechos humanos, Pymes y economías regionales, marcando un camino para avanzar en la unidad de todo el pueblo desde Ushuaia a La Quiaca frente a esta política.
Estalló el movimiento de mujeres que conquistó la media sanción de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Así se conquistó y se garantizó el gran paro nacional activo y multisectorial.
2. El hambre mata, y lo que se viene es peor
Los comedores populares no dan abasto. Muchas pequeñas y medianas empresas y comercios cierran cada día. Y lo que viene es “muy malo”.
El Gran Buenos Aires se ha convertido en la caja de resonancia de una gigantesca masa empujada nacionalmente al hambre y la desocupación por la política macrista. En los últimos 90 días, en la mayoría de las intendencias del Conurbano Bonaerense, los comedores se vieron desbordados y se debieron multiplicar hasta el doble; algunos funcionan también por las noches. De cada 100 pibes, 38 se alimentan en esos comedores. La misma situación se vive en todas las provincias del país.
La canasta básica alimentaria, que marca la línea de indigencia, aumentó 24,4% este año, y la canasta de pobreza subió 23%. La inflación al galope es hoy otra herramienta del macrismo contra el pueblo, a favor de los poderosos.
El Banco Central regaló a los usureros imperialistas y sus socios locales 12.000 millones de dólares, y sigue regalando cientos de millones. El argumento es frenar la suba del dólar, que sigue subiendo. Si esa plata se usaba para la crisis social, no habría hambre.
Las 700.000 pequeñas y medianas empresas, que crean el 70% de los puestos de trabajo, son empujadas a bajar las cortinas con la recesión macrista. Solo en el partido bonaerense de Merlo cerraron 700 comercios dejando a miles de trabajadores en las calles. ¿Cuántas decenas de miles de trabajadores más está empujando Macri al despido cuando sus ministros confiesan que por delante se vienen tres trimestres peores?
3. La dependencia y el latifundio
Con la entrega a los capitales imperialistas y el latifundio oligárquico, Macri nos convirtió en uno de los países más débiles del mundo.
El fracaso de la política macrista, seguido por el acuerdo con el FMI, hunde al país en una crisis económica con caída de la producción e inflación. El dólar pasó de $18,92 a $29,57, subió un 56,75% en lo que va del año. El peso argentino es la moneda más devaluada del mundo.
La crisis social, heredada del kirchnerismo y agravada por Macri, ahora con la receta pactada con el FMI y el presidente yanqui Trump, está multiplicando los sufrimientos del pueblo.
Los salarios pactados en las paritarias quedaron por detrás de la inflación. Sube el precio y cae el consumo popular de alimentos y remedios. El frío agrava los tarifazos en la energía y los servicios precarizando las condiciones de vida de la mayoría del pueblo. Los 50 monopolios formadores de precios ganan fortunas y los productores agrarios y las Pymes están con la soga al cuello.
Las guerras comerciales, especialmente entre Estados Unidos y China, y la suba del dólar, provocan temblores financieros en el mundo. Con la política de Macri, en la Argentina se convierten en terremotos. La política macrista agravó la dependencia abriendo de par en par las puertas a los capitales imperialistas, y profundizó la concentración y extranjerización de la tierra en las manos de la oligarquía terrateniente.
4. Cambió el escenario político y social
Macri nos llevó a una crisis y se la hace pagar al pueblo. Con el pueblo en las calles, con En marcha, con el PTP y el PCR, se abre un camino.
“Lo más grave, es la ruptura de las expectativas entre la política y la sociedad”. El deterioro de la situación social “…puede hacer que el proyecto de Macri no tenga la continuidad que imagina”, dijo Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social (La Nación, 1/7).
Crece la bronca por abajo y se rompen las expectativas en las llamadas capas medias. Arriba crece la disputa entre grupos mimados y otros perjudicados con la política de Macri.
Por eso Macri avanza enviando militares a la frontera en función de gendarmes, y trayendo gendarmes para reprimir al pueblo: viola la Constitución y las leyes de Defensa y Seguridad. ¿Prepara un autogolpe? Se va a quemar.
La lucha de las mujeres, la Marcha Federal y el paro nacional han abierto un nuevo escenario político y social. La irrupción de En marcha, abriendo el camino de la unidad popular, nacional y democrática, avanza con la denuncia judicial contra el pacto Macri-FMI, la movida en las redes el 9 de Julio, y un foro programático para recoger los reclamos y necesidades del pueblo, a fines de julio. Vamos por otra política, para avanzar en las calles y en las elecciones, por otro gobierno, popular, nacional y democrático.
Prepararse y preparar al pueblo para esa pulseada es el gran desafío. Con el PTP, con sus personerías y haciéndolo conocer. Y fortaleciendo al PCR, su campaña del 50 Aniversario, realizando una colecta de masas, porque sus finanzas solo vienen de sus militantes y del pueblo.
Escribe Ricardo Fierro
