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02 de octubre de 2010

FMI: ¿Crisis de alcoba?

Hoy 1239 / Lo que está detrás del escandalete por los amorIos de Strauss-Kahn

e ha abierto una investigacion en el seno del FMI, a causa de las "relaciones íntimas" entre Dominique Strauss-Kahn (director del FMI) y una colaboradora de alto rango, Piroska Nagy.
Piroska no es otra que la esposa de Mario Blejer, ex director del Banco Central de la Argentina entre 2001 y 2002, especialista en corralitos, megacanjes, y otras estafas al puebo argentino. Esto ha sido "ignorado" por diarios argentinos como Clarín y La Nación.
Strauss-Kahn fue nombrado a la dirección del FMI, en noviembre de 2007, con el apoyo directo del presidente Sarkozy. Ambos, junto con otros dirigentes europeos, como Merkel (Alemania), Jonkers(Luxemburgo), Lanterne (Bélgica), Zapatero (España) y algún sostén de Berlusconi(Italia) y Brown (Reino Unido), abogan por un nuevo Bretton Woods, y, como ellos dicen, refundar el sistema financiero mundial.
Para ello abogan por un control de capitales y una regulación de los diferentes estados, a través de algún organismo internacional, para el que algunos mencionan al FMI. Para los Estados Unidos, "la libre circulación de mercaderías y capitales"  sigue siendo palabra sagrada, y no acuerdan con estos planes de Sarkozy y otros dirigentes europeos.
Strauss-Kahn tiene la posición del sector del Partido Socialista francés que él representa: la de aumentar el control de la circulación de capitales, e impulsar políticas que orienten estos capitales hacia inversiones de carácter social.
Separar estos "capitalismos"; e imaginar un capitalismo, industrial y/o financiero, pero "humanizado", "regulado", contra aquellos que proclaman que el capitalismo a través de las leyes del mercado "se autoregula", son las teorías que se barajan por aquí, y que seguramente serán objeto de discusión en las futuras cumbres, alimentadas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Las dos líneas ya están enfrentadas y preparadas para futuras cumbres, pues dicen que resolver esta crisis en una sola es demasiado ambicioso. Así, para la administración yanqui viene de perilla el "affaire" Straus-Kahn, pues de tener que ceder a que cierto control se realice sobre el movimiento de capitales y que este control lo ejerzan todos los estados del G7 o G8, a través del FMI, sería desastroso que fuera Straus-Kahn quien lo dirija. Si este "affaire" se resuelve con la salida de S-K, para los yanquis sería una buena noticia.
Este "affaire" en cuestión no hubiera salido a la luz de no ser por la acción conjunta de Aleksei Mozhin (delegado al FMI por Rusia) y Meg Lundsager (delegado al FMI por los EEUU). Ambos hicieron la demanda al delegado por Egipto, Shakour Shaalan, (por ser decano de los delegados), para que éste hiciera la denuncia pública de los hechos.
Es indudable que estos delegados (ruso y yanqui), debieron consultar con sus respectivos gobiernos, antes de lanzarse en esta aventura, lo que reconforta la idea de que lo que se juega es más que una simple crisis de alcoba.