El domingo 1 de julio se cumplió un año de la desaparición de Rosalía Jara en la pequeña localidad del norte provincial Fortín Olmos. Por eso el jueves 28 de junio presentamos y logramos la aprobación de un pedido de informes al Ministerio de Seguridad provincial para conocer qué se está haciendo para encontrarla y cuál ha sido la respuesta al pedido de la familia y amigos de Rosalía de realización de una investigación con geolocalización con la participación de Ariel Garbarz (ingeniero especialista en Telecomunicaciones y coordinador del Proyecto Nacional de Seguridad Teleinformática de la UBA).
Son muchos los esfuerzos realizados por la comunidad de la localidad, familiares y amigos de Rosalía para que el caso se difunda, para avanzar con su búsqueda y encontrarla.
Gracias a las movilizaciones masivas en la localidad y la región que con mucho esfuerzo y sorteando amenazas, imposiciones de silencio y complicidades, el grito de Fortín Olmos llegó a toda la provincia y el caso de Rosalía se volvió una de las banderas para todo el movimiento de mujeres como se plasmó en el último Encuentro Nacional de Mujeres realizados en Resistencia, Chaco, donde muchas llevamos la denuncia y la desesperación por encontrarla.
Sin embargo, desde aquel momento hasta ahora las investigaciones han sido infructuosas como atestiguan los mismos funcionarios del Ministerio de Seguridad de la provincia como Rolando Galfrascoli (subsecretario de Investigación Criminal y Policías Especiales de la provincia), que en declaraciones a LT10 indicó: “lo cierto y lo más grave es que no pudimos dar con ella. Hasta ahora no pudimos hacerlo”.
Para agregar gravedad al caso y dimensionar la profundidad de la problemática vale decir que el caso de Rosalía no es un caso aislado de lo que ocurre en el resto de la provincia, pero con mayor impunidad en las localidades del norte provincial. La desaparición hace unos días de la joven de 16 años Ludmila Romero, de la localidad de Malabrigo, es una dolorosa muestra de la continuidad de la desprotección de las menores en la zona.
La situación es compleja y las fuerzas de seguridad de la provincia no parecen estar a la altura de las circunstancias. Incluso así lo confirma el diagnóstico del fiscal de Reconquista Aldo Gerosa, quien afirmó en declaraciones periodísticas que “se toman muy a la chacota estas cuestiones. La gente no puede desaparecer, están vivos en algún lugar o les pasó algo, o están lastimados, quiero decir, están. No pueden volatilizarse en el aire. Y la policía a veces no capta esta situación. No se trabaja así, mucho menos cuando son menores”.
Los familiares y amigos de Rosalía Jara piden que se realice un estudio de geolocalización que podría brindar algún dato cierto para dar con el paradero de la joven, ya que el estudio de georreferenciación realizado por Gendarmería Nacional no dio resultados. El mismo aseguran que puede ser realizado por el ingeniero Ariel Garbarz especialista en Telecomunicaciones y coordinador del Proyecto Nacional de Seguridad Teleinformática de la UBA que intervino en otros casos similares de repercusión nacional, pero al ser un estudio costoso no pueden concretarlo.
Ningún recurso es demasiado cuando estamos hablando de encontrar a personas desaparecidas, y sobre todo cuando estamos hablando de mujeres jóvenes y humildes. Porque lo que se está discutiendo en estos casos no es sólo el terrible dolor de una familia y la incertidumbre de una comunidad, sino si estamos dispuestos como sociedad y como Estado a naturalizar algo tan terrible como la desaparición de gente en democracia.
Hoy N° 1725 11/07/2018
