El derrocamiento de un gobierno, por violento que sea, no implica una revolución. Toda verdadera revolución es “social”, lleva al poder a una nueva clase que puede transformar la sociedad de acuerdo a sus intereses. Modifica radicalmente la estructura económico-social, sobre todo las relaciones de propiedad de los medios de producción. Las revoluciones sociales se diferencian por las contradicciones que resuelven y el régimen que tratan de establecer (su carácter) y por sus fuerzas motrices (las clases que la llevan a cabo).
Hoy N° 1726 18/07/2018