La política de endeudamiento en dólares del gobierno macrista, con la “bicicleta financiera” en montos y a tasas impagables y la “bola de nieve” de las Letras del Banco Central (Lebacs), trajo la crisis cambiaria que se desencadenó el 25 de abril, con la consiguiente fuga de dólares. Tratando de frenar la corrida, en menos de un mes el Banco Central liquidó más de 15.000 millones de dólares de las reservas y aumentó las tasas de interés sobre los pesos a más de un 40% anual, para festín de los usureros que se llevaban los dólares a 18-20 pesos y seguían presionando por la devaluación, con lo que primero el dólar llegó a 25 pesos y a las semanas siguientes superó los 28 pesos. Al borde de la quiebra, por no conseguir dólares aun a ese precio y con semejantes tasas de interés para sostener la “bicicleta financiera”, recurrió a la intervención del Banco Central con el equipo del Ministerio de Finanzas, a cargo de Luis Caputo, y a un pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con las consecuencias que ya hemos descripto (ver “El ‘fantasma’ de la cesación de pagos”, en hoy, número 1724).
Hasta el inicio de la crisis el sostén principal del endeudamiento en dólares eran las crecientes Lebacs –por los crecientes montos e intereses que conlleva la “bicicleta financiera”–, pero que se pagan en pesos. Aunque ya entonces, porque eso no daba los suficientes dólares que requería el endeudamiento macrista, los ministerios de Finanzas y Hacienda (Caputo y Dujovne) habían comenzado a imprimir más Letras del Tesoro (Letes), que no son en pesos sino en dólares (incluidos sus intereses), aunque se pueden comprar con pesos o Lebacs.
Ahora, con el Banco Central en sus manos (en realidad, en las manos de los fondos imperialistas más importantes como JP Morgan, BlacRock y Templenton, Deutsche Bank, y Morgan Stanley), lo que propusieron y acordaron con el FMI es frenar la “bola de nieve” de las Lebacs, imprimiendo cada vez más Letes, tanto para irlas reemplazando como para tomar más deudas. Es decir reemplazar las deudas en pesos por deudas y sus intereses directamente en dólares, ahora no ya a cargo del Banco Central sino de la propia Tesorería de la Nación. Así lo que era una “deuda cuasi-fiscal” (y el déficit que acrecentaban sus intereses era un “déficit cuasi-fiscal), por ser de un organismo “autónomo” como el Banco Central, ahora está pasando a ser directamente parte de la deuda pública a cargo del Tesoro Nacional, y no en pesos sino en dólares. Con lo que el gobierno de Macri pone de garantía a los usureros internacionales no ya al cuasi defolteado Banco Central, sino al propio Estado Nacional. En tanto las Letes que hace dos meses se colocaban a una tasa de interés en dólares del 3% hace dos meses, ahora a duras penas consiguen colocarlas al 5,5%, como se vio la semana pasada, incluso tras el viaje de urgencia del ministro Dujovne a Nueva York.
A esto se agrega otro engendro de Caputo-Dujovne llamado Bono Dual, también impreso por la Tesorería Nacional, por el que le ofrecen a quienes lo adquieran la tasa de retorno que sea más alta lo largo del año: la tasa de interés o la tasa de devaluación, la que signifique mayor rendimiento. Por eso se lo llama Bono Dual: a tasa o a dólar. Este bono se licitó también la semana pasada, con pocos compradores, a una tasa anual del 32%. Tanto en este caso, como con las Letes, las licitaciones se suscriben en pesos pero se tendrán que pagar con sus intereses en dólares o al valor que tenga el dólar a su vencimiento, que nadie sabe a cuanto llegará con el pacto del gobierno con el FMI de no intervenir, salvo muy limitadamente, en el mercado de cambios. El argumento es que de esa manera el Gobierno logra captar más pesos que con las leoninas tasas de interés que no bajan per se, sin que baje la inflación. Pero estas Letes y bonos Dual implican un crecimiento exponencial de las deudas en dólares y la carga de intereses en moneda extranjera: ahora es la “bola de nieve” de las Letes, la que sigue creciendo, sin que se logre achicar la “bomba” de las Lebacs. Con lo que el pacto con el FMI, ya no sólo pone en riesgo la solvencia del Banco Central, sino la propia solvencia del Estado nacional, por más que al ajuste en curso se sumen nuevos ajustes y entregas.
Las medidas propuestas por el gobierno de Macri, pactadas con el FMI, ya no son simplemente “medidas de contención del dólar”, o para “desarmar la bomba de Lebac”, sino que son un deliberado proceso de rescate a los usureros imperialistas, estén radicados dentro o fuera del país, convirtiendo todas las deudas a dólares hayan sido tomadas en dólares o en pesos (por lo que en la práctica todas serán más deuda externa, salvo que se acepte que los bonos que imprime el gobierno son realmente dólares).
La dolarización que fogoneó el gobierno de Macri, con la liberación total del mercado de cambios desde el inicio de su gestión, viene llevando al país a una situación económico-social peor a la que produjo la Convertibilidad de Menem y Cavallo, y que ahora, con el pacto con el FMI, pretende profundizar dolarizando toda la deuda pública y del Banco Central.
No es con más ajuste, más hambre y más entrega, y mayor endeudamiento en dólares, como se va a desarmar esta “bomba” producida por el propio endeudamiento, por más que se estabilice temporalmente el dólar y se logre postergar un poco la cesación de pagos que ese endeudamiento augura. La única salida para el pueblo y la Nación es cambiar esta política para acabar con esta sangría. Lo que requiere en primer lugar suspender todo pago de la deuda pública, sea con residentes afuera o adentro del país, e investigarla para determinar toda la que es ilegítima y usuraria, y destinar esos fondos al trabajo y la producción y el comercio nacionales, de la única forma que se podrá salir del hambre y el atraso en que la política macrista nos hunde. Por eso decimos que es necesaria otra política, una nueva política que parta de las necesidades y reclamos que hoy están en las calles, para lo que es necesario seguir peleando también en las calles y en las urnas por otro gobierno que las aplique, un nuevo gobierno de unidad popular, nacional y democrático, desarrollando y fortaleciendo el PTP y el PCR, en la unidad y ampliación del frente político En Marcha.
Escribe Eugenio Gastiazoro
Hoy N° 1726 18/07/2018