Un breve repaso por las diferentes modificaciones que viene sufriendo el Código Contravencional de la Ciudad, originalmente llamado “Código de convivencia”, nos muestra que la línea siempre ha sido la misma: la de cercenar las libertades públicas; cada cambio se vuelve más represivo. En estos momentos, se discute en la Legislatura una nueva reforma que acentúa la dirección de las anteriores.
En su artículo 92 bis, por ejemplo, plantea: “Quien ofrece la limpieza de vidrios de cualquier tipo de automotor en la vía pública, sea de forma gratuita, onerosa o a cambio de una retribución voluntaria, será sancionado con uno (1) a dos (2) días de trabajo de utilidad pública o multa de doscientos ($200) a cuatrocientos ($400) pesos o uno (1) a cinco (5) días de arresto.” Ironías aparte, no permite aplicar los consejos sobre propinas que hace pocos días recomendó una diputada del oficialismo.
En relación a la actividad artística en general, y musical en particular, a través del eufemismo de “ruidos molestos”, la policía podría quitarle a los músicos sus instrumentos, aplicarles multas e incluso arrestar a quienes sean denunciados en forma anónima. Esto se podría aplicar tanto en la vía pública como en espacios privados.
El texto propuesto dice en una parte del artículo 85, sobre los ruidos molestos: “Quien perturba el descanso o la tranquilidad pública mediante ruidos que por su volumen, reiteración o persistencia excedan la normal tolerancia, será sancionado/a con uno (1) a cinco (5) días de trabajo de utilidad pública o multa de doscientos ($200) a un mil ($1000) pesos. Cuando el origen de los ruidos provengan de la vía pública la sanción será de dos (2) a diez (10) días de trabajo de utilidad pública, multa de cuatrocientos ($400) a dos mil ($ 2000) pesos o arresto de uno (1) a cinco (5) días.”
Aunque luego afirma que “No constituye contravención el ensayo o práctica de música fuera de los horarios de descanso siempre que se utilicen dispositivos de amortiguación del sonido de los instrumentos o equipos, cuando ello fuera necesario”, la ambigüedad que propone “la normal tolerancia” permitiría que cualquier persona pueda hacer una denuncia; y no se entiende a qué se refiere con “dispositivos de amortiguación”, dado que amortiguar no es lo mismo que, por ejemplo, insonorizar.
Los artistas se organizan y luchan
A partir de este intento de criminalizar el arte callejero por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ha habido una reacción masiva de miles de artistas, con manifestaciones en las calles. También se han celebrado reuniones con los más altos funcionarios de los ministerios de Cultura y de Seguridad de la CABA, quienes han manifestado que la medida propuesta “no ha sido pensada contra los músicos”. No obstante, hasta el momento nadie sabe contra quiénes, entonces, es que se pretende legislar.
Mientras tanto, desde el Sindicato Argentino de Músicos (SAdeM) se ha propuesto una “carta pública” contra la reforma del Código Contravencional, en la que se plantea que, en cambio, se incorpore el siguiente texto: “No constituye contravención el estudio, ensayo o práctica de música fuera de los horarios de descanso en ámbitos privados, ni los espectáculos de música, conciertos o recitales que se realicen en el espacio público”. Sólo en los primeros tres días se consiguieron más de 40.000 firmas, lo cual muestra en forma contundente el rechazo de nuestro pueblo a las medidas represivas.
El próximo jueves 2 de agosto, además, habrá una nueva movilización a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, para manifestar el repudio a este proyecto de ley.
Para firmar y compartir la carta pública hay que ingresar al siguiente enlace: https://
goo.gl/forms/EN3WNjD6BmeZOMZ02
Escribe Rolando Goldman es músico y secretario de Educación y Cultura del Sindicato Argentino de Músicos.
Hoy N° 1727 25/07/2018