José Martí, héroe de la independencia de Cuba, dedicó su libro La edad de oro “a todos: al héroe famoso y al último soldado, que es un héroe desconocido”. Dice que aquellos hombres que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, son sagrados. Y como tales nombra a: Bolívar, de Venezuela; San Martín, del Río de la Plata;
e Hidalgo de México.
“Se deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz”.
“…Esos hombres que hacen pueblos son como más que hombres. El corazón se llena de ternura al pensar en esos grandes fundadores. Esos son héroes (…)
Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otros pueblos sus tierras, no son héroes, son criminales”.
Ver Tres héroes, hoy Nº 1432, 15/8/12.