—¿Cómo está la situación de los pequeños productores?
—Hoy estamos sin saber cómo vamos a sembrar el campo. Con las pérdidas que hemos tenido con el trigo, las heladas, no tenemos respaldo de nadie.
No tenemos quién nos represente a los pequeños de 10, 15 hectáreas. Los grandes tienen quién los represente, pueden llegar, nosotros no. A los más grandes les llega por ahí el subsidio por las heladas, nosotros nunca llegamos. Y ahora no podemos sembrar.
—¿Cómo están los costos ahora para encarar esta siembra?
—Está todo carísimo; una bolsa de abono que estaba 80 o 90 pesos, hoy está a $ 240; es imposible para un agricultor de 10, 15 o 40 hectáreas, no va a poder sembrar. Hoy calculamos con los vecinos que se necesita $ 2.600 por hectárea para sembrar.
—Si no siembran ¿qué hacen?, ¿arriendan?
—Ahora el arriendo se va a venir muy barato, se va a pagar muy poco el arriendo, si antes te pagaban $ 500, hoy con suerte le van a pagar $ 300 la hectárea.
Además con arrendar vamos a ir a perder la tierra, a terminar vendiendo, porque a lo que están los impuestos, con 10 hectáreas es para pagar el impuesto nomás, vamos a terminar vendiendo las tierras por que lo mismo nos la van a quitar, sea el gobierno o los grandes, que están a la expectativa de comprar.
—¿Quiénes son las empresas que en la zona más arriendan y se van quedando con las tierras?
—Aquí los más grandes que conocemos nosotros son los Paz Posse, también los Aguad, los Hamilton… Es triste pero así es.
—¿A quiénes le venden ustedes y cómo es la venta?
—Aquí viene un comprador y compra en negro. Nosotros no podemos vender como venden los grandes, siempre están los intermediarios que compran, tanto en la caña, en la soja, esos son los que se quedan con todo el sacrificio de uno.
Y después por ejemplo al cañero tendrían que pagarle $ 75, y le están pagando $ 25 o $ 30 lo más que han pagado los 1.000 kilos de caña.
—¿Cómo ven la política del gobierno para el campo?
—Yo no le veo ninguna salida que tengamos los productores chicos, no lo veo bien. Así siempre va a ser beneficiado el grande. Dice el gobierno que nos respaldan, que están peleando por los chicos, pero nunca nos llega nada. A los pasos que va, ya hay varias gentes vecinas que han vendido sus propiedades, las estaban arrendando y han terminado por vender
—¿Cómo es la situación de los jóvenes en la zona?
—Acá los jóvenes no tienen ningún futuro, nos están privando de todo, no hay trabajo, no hay nada. Antes para cargar un camión se necesitaban de 6 a 10 obreros, ahora viene una máquina, un tractor y lo carga en 15 minutos que antes nosotros entre 6 demorábamos 1 hora, 1 hora y media.
Cuando vamos a pedir trabajo te ofrecen monedas, y tenés que encararlo porque no te queda otra, no hay laburo. Algunos se han ido a buscar en la ciudad o en Buenos Aires pero andan changando, sacan para comer en el día, nada más. No hay futuro. Hay que seguir luchando para ver si podemos cambiar algo la situación.
