La socialización del trabajo, que avanza cada vez con mayor rapidez bajo miles de formas, y que se manifiesta en forma muy palpable en el incremento de la gran producción, y en el gigantesco crecimiento del volumen y el poderío del capital financiero, es la base material más importante del advenimiento inevitable del socialismo.
La socialización de la producción no puede dejar de conducir a la transformación de los medios de producción en propiedad social, es decir, a la “expropiación de los expropiadores”.
El Estado, fruto de los antagonismos de clase, se convirtió en el Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante que, con ayuda de él se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida. Incluso la forma más democrática del Estado burgués no suprime de ningún modo este hecho, lo único que hace es variar su forma.
El socialismo, que conduce a la abolición de las clases, conduce por ello a la supresión del Estado.
V.I. Lenin: Marx. Breve esbozo biográfico con una exposición del Marxismo (fragmento).
Hoy N° 1736 27/09/2018