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30 de septiembre de 2018

El desmantelamiento en Salud

“La reducción de categoría y eliminación del Ministerio de Salud como tal, es un duro golpe a la salud pública y un retroceso de por lo menos 70 años en la historia sanitaria de la Argentina”

Entrevista a Víctor Aramayo, médico pediatra, secretario general del gremio que nuclea a los profesionales de la administración pública de Jujuy (APUAP), dirigente de la Fesprosa y de la Corriente de Salud Salvador Mazza,  en Diálogos de Radio Universidad, Jujuy.

 

El contexto en el que se da la desarticulación del Ministerio de Salud

Esta medida que ha decidido tomar el gobierno nacional de reducir de categoría y eliminar el Ministerio de Salud como tal es un duro golpe a la salud pública y un retroceso de por lo menos 70 años en la historia sanitaria de la Argentina. Doy este número porque es en 1948 cuando el gobierno del general Perón pone por primera vez un ministro de Salud de la Argentina. Hasta ese momento los destinos de las acciones sanitarias y las acciones generales en salud eran dirigidas por distintos organismos y no existía el Ministerio de Salud. En aquel momento se elige para dirigir el Ministerio de Salud al doctor Ramón Carrillo, que ha sido el mejor ministro de salud que tuvo la Argentina en toda su historia. Bajo su mandato se generaron miles y miles de nuevas camas en los sectores públicos de atención sanitaria, se crearon decenas de hospitales en todas las provincias, se instituyeron las normas básicas para abordar los problemas sanitarios de los grandes grupos poblacionales, partiendo de la concepción de que la salud y la enfermedad de los pueblos están en directa relación con sus condiciones de vida y de trabajo. Esta era la concepción que guió el accionar durante mucho tiempo de otros muchos actores en distintos puestos en el sistema público de salud de la Argentina.

El rol articulador del Ministerio de Salud es determinante para el buen funcionamiento de lo que una nación quiera hacer con la salud de su pueblo.

Acá tenemos que rescatar un concepto básico, el cuidado de la salud de la población es un derecho humano elemental, básico, que los Estados deben garantizar a través de distintas acciones y distintas formas. Cada país lo hará como pueda, como piensa que deba hacerlo y como su propia realidad sanitaria, económica, social, de trabajo, de relaciones entre las comunidades se lo determine, porque no hay una receta para todos. Nosotros entendemos que es gravísimo eliminar el Ministerio de Salud en las condiciones sociales, económicas, en que hoy se encuentran grandes masas poblacionales de la Argentina, con un nivel de pobreza pocas veces visto que va a superar el 35%, con un nivel de precariedad laboral de millones de personas que no saben cómo van a hacer para enfrentar la vida todos los días. Eliminar el Ministerio de Salud que constituye el ente rector de cómo en estas circunstancias pueden tomarse medidas para mitigar los efectos de la pobreza, de la indigencia, del hacinamiento, de la falta de saneamiento ambiental, que debe definir cuáles son las líneas generales, las acciones, compensar las asimetrías que existen, repito, es criminal, y no creo estar exagerando, dejar librado a la suerte de las provincias y de los municipios la responsabilidad de cuidar de la salud, de una población que ya de por sí tiene un altísimo riesgo en las provincias y municipios y que se ve agravado en los últimos tiempos.

 

Abandono progresivo del Estado nacional de su responsabilidad en el cuidado de la salud

Se viene verificando el abandono de la responsabilidad del Estado nacional, y como consecuencia de los Estados provinciales, de su responsabilidad en cuanto al cuidado de la salud partiendo del concepto de que las condiciones de vida y de trabajo determinan en cada momento si una población va a estar más sana o va a estar más enferma. Por ejemplo, el anterior ministro de Salud de este gobierno, Jorge Lemus, sub ejecutó el presupuesto nacional de salud de una manera extrema. Por ejemplo, en el programa de salud sexual y reproductiva o en el caso del cuidado de la salud de adolescentes, se ejecutó el 10 o 15% del presupuesto en todo el año, con lo cual se quedaron sin sustento financiero todas las acciones que los distintos programas para estos grupos etarios se habían determinado. Y se dejó de ejecutar el presupuesto en casi la mayoría de los programas. Esto tenía la clara intención de ir deslizando progresivamente el sistema de atención público sanitario en el país, dejado librado a su suerte, para que pueda penetrar el accionar del sector privado, por un lado, y de organizaciones que tienen más que nada fines comerciales, para que las acciones de salud sean ejecutadas por estas instituciones.

 

La receta del Banco Mundial: desmantelamiento en Salud

Hay cosas que son realmente inentendibles, que se puedan concretar desde la perspectiva sanitaria a mediano y largo plazo. El hecho de que el gobierno nacional haya dispuesto eliminar las vacunas del meningococo para los niños de 11 años, es una conducta criminal, porque son estos preadolescentes de 11, 12 años los reservorios del meningococo que posteriormente van a transmitir y van a hacer que algún niño, lactante o de pequeña edad, sea infectado por esta bacteria. No se entiende el sentido, salvo desde la perspectiva que ilumina el accionar sanitario del gobierno nacional y de la mayoría de los gobiernos provinciales, que es la concepción dictada por aquel documento del Banco Mundial (BM) de 1993, que tenía por título “Invertir en salud”, que determinaba una serie de medidas y de pautas para el financiamiento de los servicios de salud de los países emergentes.

Los tecnócratas del BM y los que avalan estas recetas en los países donde el BM tiene injerencia a través de sus créditos, parten de concepciones filosóficas, ideológicas, que no podemos compartir de ninguna manera, porque parten de la idea de que el cuidado de la salud de las personas es un hecho de responsabilidad individual, a lo sumo familiar. No parten de la idea de que el cuidado de la salud es un derecho humano, inalienable, del cual se tienen que hacer cargo los Estados, y los gobiernos nacionales, provinciales y municipales. No parten de que la población tiene que ser cuidada, para lo cual se tienen que tomar medidas, hacer las inversiones, determinar los lineamientos generales con los cuales van a hacer el cuidado general de la salud. Después, si alguien es un imprudente y hace cosas que no tiene que hacer y por esa razón se enferma, podemos decir que se ha enfermado porque no ha tenido ciertas prevenciones. Pero no se parte de la idea individualista, mezquina, de que la salud es un tema de responsabilidad personal o familiar.

Nosotros creemos que la salud es un derecho humano elemental que deben garantizar los Estados. Si no fuera así, el mundo tendría todavía viruela, poliomielitis, sarampión o tos convulsa con alta mortalidad. No ocurre esto en la gran mayoría de los países, porque han sido los Estados los que se han hecho cargo del sistema de promoción y prevención de vacunación, del cuidado de la población.

La segunda idea que tienen los tecnócratas que dirigen el BM y que pretenden aplicar ahora en muchos países, entre ellos en la Argentina, es la idea de que toda transacción social, en este caso, la atención de la salud –de una enfermera a un paciente, de un médico a un paciente- debe estar legitimada por el dinero. En el caso del Sistema Unico de Salud la mayoría de las veces la única paga satisfactoria que recibe el médico, la enfermera, el administrativo, el ordenanza, todo trabajador integrante del equipo de salud, es el “muchas gracias” y con eso está satisfecho. Debería ser así porque es una responsabilidad del Estado y es un acto solidario para con el otro. Yo trabajo en el Sistema Público de Salud, a mí me paga el Estado, nacional o provincial, y por esa paga yo debo brindar los mejores servicios. Este no es el concepto de los tecnócratas que ahora quieren implementar en la Argentina el mal llamado sistema de Cobertura Universal de Salud (CUS) que tiene esta concepción ideológica, filosófica, en cuanto a qué es la salud, de quién es la responsabilidad y el carácter de esa transacción social que tenemos los que trabajamos en salud con respecto a nuestros pacientes.

 

Plan estratégico de salud

El propio título que le han puesto a este accionar en el área sanitaria es un tanto grandilocuente. No existe un plan estratégico de salud. Existen una serie de medidas que se toman en forma aislada, incordinada, y que son ocurrencias de las actuales autoridades que dirigen el Ministerio de Salud, que han pensado que de esta manera podrían abordar algunos aspectos que afectan la salud de la población.

No existe un plan estratégico. Para hablar de plan lo que tenemos que hacer, en primer lugar, es un diagnóstico de cuál es la situación sanitaria que tiene la provincia de Jujuy, cuáles son las principales enfermedades por las cuales se enferman o se mueren los jujeños en sus distintas etapas etarias. A partir de este diagnóstico epidemiológico y estadísticos de indicadores de salud poder definir cómo vamos a abordar esto. Hay distintas formas, una de ellas puede ser abordar la situación sanitaria de los distintos grupos etarios y distintas regiones de la provincia mediante programas específicos para cada una de las principales enfermedades de las llamadas prevalentes y abordarlas desde la óptica que las autoridades consideren que debe abordar desde su entender y saber y el conocimiento que tengan.

Se está lejos de reactivar la modalidad del programa Atención Primaria de la Salud, y de tener esa concepción para abordar la problemática general porque se parte de no tener un diagnóstico más acertado o más preciso para poder decir en tal o cual región de la provincia vamos a aplicar tal o cual programa, que lo vamos a asistir con este recurso humano, con este presupuesto, con esta evaluación periódica que nos permita ir cambiando y ajustando las acciones que podamos hacer.

Lo que pretenden las actuales autoridades de salud es aplicar en la provincia lo que hablábamos sobre la recomendación del Banco Mundial, que ya tuvo un antecedente en la década del 90. Cuando era presidente Menem lanzó el Decreto 582, los llamados hospitales de autogestión. Eso no era más que un intento de mercantilizar la atención sanitaria en los servicios públicos a través del arancelamiento y el llamado recupero. Este mal llamado Plan Estratégico de Salud pretende hacer lo mismo, lo dice en uno de sus ítems: unidad de recupero, y que pretenden implementar para tratar de solventar alguno de los gastos que ocasiona el servicio de salud. No parten de la idea de que la provincia, así como la Nación, debe tener definido un presupuesto para la salud acorde a las necesidades sanitarias. En este sentido, tenemos una diferencia conceptual con los que dirigen la salud a nivel nacional y provincial, ellos parten de lo que hay que hacer –porque se lo reclama el BM-, que es solventar la demanda y no hacer el subsidio a la oferta de salud, que es lo que tendría que hacer cualquier estado provincial que se haga cargo y responsable de la salud de su población, ofrecer los servicios de salud y para ello destinar los dineros suficientes, y dentro de ese presupuesto  tener en cuenta cómo van a  hacer para tener el recurso humano suficiente en calidad y cantidad para que las acciones programadas sean efectuadas en forma efectiva.

El presupuesto para salud en la provincia de Jujuy es poco, es menos que el presupuesto para seguridad. Es poco porque hacen falta muchas más acciones, más recurso humano especialmente calificado para llevar adelante un determinado programa. Como no existe el programa, no podemos saber cuál es la falta que tenemos. Pero, seguramente, la provincia a pesar de lo que se declame, la propaganda que se haga, sigue siendo una provincia altamente deficitaria en recurso humano sanitario, no solo en el andarivel de los profesionales médicos de la salud, también en enfermería es altamente deficitario y en otros aspectos que tienen que ser cubiertos de manera apropiada. Sigue siendo la falta de recurso humano sanitario el principal problema que tiene la provincia, más allá de que tiene otro tipo de problemas que hay que abordar.

Han reaparecido expresiones de patologías que hace 30 años no veíamos. No se veía hace 30 años meningitis tuberculosa en niños. Hace poco ha muerto un niño con esta patología, sobre la base de su cuadro de desnutrición, que es uno de los problemas en Jujuy. La provincia ha pasado a tener 400 casos de tuberculosis por año, y la ha colocado en el primer lugar entre las provincias afectadas por la tuberculosis. Se están dados afectaciones en los niños especialmente, porque ha aparecido algo que hace 17 años no se veía en el Hospital de Niños de Jujuy que es la tuberculosis ósea, una forma gravísima de tuberculosis en niños. Además de lo que está pasando con los portadores de HIV o están en un plan de esta patología, hay un descuido enorme sobre la asistencia a estos pacientes, y el perfil que ha ido tomando la afectación por HIV se suele denominar un “perfil africanizado”, esto lo dice el doctor Carlos Remondegui que es una autoridad en la materia. ¿Qué quiere decir que esté africanizado el perfil de afectación de HIV en la provincia? Que son cada vez más jóvenes los que se enferman, que se infectan con el virus, y cada vez más mujeres. Esto ligado al hacinamiento, a la promiscuidad, a la falta de prevención, tratamiento y diagnóstico temprano, etc.

Esto es lo que está pasando en la provincia de Jujuy, con el nivel de pobreza, de pauperización que tiene gran parte de la población. Más del 50% de la población está con ingresos por debajo de la línea de pobreza, y en estas condiciones, cualquier microbio, bacteria, virus -como decía Ramón Carrillo- va a hacer su agosto porque encuentra un terreno receptivo por la falta de buena alimentación, de higiene y de saneamiento ambiental, por las condiciones generales de vida y de trabajo de la población.

 

Homenaje a referentes de la medicina social

Nosotros queremos rescatar y homenajear a próceres de la medicina social como Salvador Mazza, que ha podido erradicar en parte y en grandes zonas de la población de nuestro país el Chagas, a través de un enfoque correcto, desde lo social. Rendir homenaje a Ramón Carrillo que enfocaba la problemática de la salud desde lo social, porque sabía que mejorando las condiciones de vida y de trabajo iban a disminuir las enfermedades. Y rescatar a Carlos Alvarado, que fue el último de los grandes referentes de la medicina social en Jujuy, que ha hecho aportes para erradicar el paludismo, por un lado, y para enfocar la problemática de salud desde un punto de vista social, con una concepción política absolutamente diferente a la que tienen los tecnócratas del BM y que repiten como loros y aplican por conveniencia los tecnócratas que dirigen el ex Ministerio de Salud de la Nación y de Jujuy, que no tienen la formación sanitaria para hacerse cargo de la salud de la población.