Ayelén Morales, lonko de la comunidad Pilian Pilué, perteneciente a la comunidad ranculche: “Nosotras participamos del taller Mujer Originaria y en el de Autodeterminación. La hermana Moira Millán pretendía representar a las 36 naciones y pueblos originarios, con el tema de la plurinacionalidad.
“Como mujeres originarias, creemos que el nombre Encuentro Nacional de Mujeres es correcto, porque nacional no significa que sea discriminatorio ni que deje afuera a ninguna comunidad. Si bien en el nombre no está la palabra plurinacional, en la práctica y en los hechos es el único encuentro plurinacional a nivel mundial. El único que ha sobrevivido, gracias a los siete pilares que hemos tenido en este Encuentro. Lo que sí proponemos es que se incorpore la palabra plurinacional como un octavo pilar para que las hermanas de los pueblos y naciones originarias, y de los países limítrofes se sientan representadas.
“Nosotras, las mujeres originarias, en ningún momento sufrimos ningún tipo de discriminación en estos Encuentros, hace 33 años las mujeres originarias participamos de las comisiones que organiza este encuentro, y a lo largo de los encuentros de Rosario, de Tucumán, de Chaco, quedó en evidencia el papel que tiene la mujer originaria.
“Por otro lado, me parece importante aclarar que estos encuentros son autoconvocados, por eso no se envían invitaciones a nadie, sino que nos organizamos y tratamos de venir todas juntas para llevarnos experiencias de lucha, para salir hermanadas, unidas, para salir fortalecidas de los lugares donde estamos resistiendo: así sea en las comunidades, en el trabajo.
“Las que plantearon el cambio de nombre no solo eran hermanas originarias, también hubo hermanas criollas: no tenían sólidos argumentos para decir por qué querían cambiar el nombre del Encuentro. Y nosotras por respeto y en honor a esas primeras mil compañeras que organizaron el primer Encuentro, planteamos que sería injusto con ellas cambiar el nombre. Además, planteamos que el nombre no garantiza la continuidad del encuentro sino el mantenimiento de los siete pilares fundamentales y que se pueda sumar este octavo pilar, que es el de la plurinacionalidad”.
Tierra y territorio
A continuación, la compañera Morales contó que el tema que atravesó de lleno al taller es el de tierra y territorio: “tenemos más de 600 conflictos a nivel nacional en la lucha por la tierra y el territorio. Tenemos hermanos procesados y caídos, como el hermano Mártires López en la lucha por la tierra. Entonces, la propuesta es, así como cuando nos unimos por la prórroga de la ley 26.160, exigir el cumplimiento de la 23.302, y el tema del presupuesto para el financiamiento. Todo esto el INAI lo tiene parado, entonces, lo que nosotros exigimos es que ese presupuesto llegue y sea para todas las naciones y pueblos originarios porque de todo el presupuesto que se destinó para ese relevamiento, solamente ha llegado un 30%. Lo que nosotros pedimos es que ese presupuesto cubra todo el relevamiento que se tiene que hacer”.
También destacó: “A su vez tocamos el tema del proyecto de ley de propiedad comunitaria, en el cual, ese proyecto de ley –si bien nosotros decimos que las comunidades necesitan esa ley- la discusión es que caemos en manos de que la decisión del título de propiedad es del Consejo Consultivo y del INAI, quienes no representan a todas las comunidades de los pueblos y naciones originarias. Félix Díaz fue puesto a dedo por el gobierno de Macri y ninguno de nosotros participó de su elección. El INAI fue creado por el gobierno anterior, pero no todas las comunidades están representadas por ese organismo. Lo que proponemos es que se tiene que crear algo nuevo del que seamos parte, porque si desaparece el INAI y el Consejo Consultivo ¿quién nos da los títulos de propiedad comunitaria?
En este sentido, nosotras planteamos estar unidas porque tenemos un enemigo común que es Mauricio Macri. Se entendió, se avanzó, nuestra lucha es por tierra y territorio. También hubo mucha unidad alrededor del tema de la contaminación: Monsanto, el fracking, Lewis, Benetton, grandes extensiones de territorios ancestrales que están en manos de estos pocos amigos empresarios del gobierno, de países imperialistas, que vienen a saquear nuestras tierras, aún a costa del empobrecimiento de nuestros pueblos. No solo con el negocio de la megaminería, sino del turismo, como ocurre en la zona del Impenetrable con el Master Plan. Y en esta lucha, tenemos más de 3.000 procesados por la lucha de la tierra y territorio.
“Además, hoy tenemos que estar más que nunca unidas, las naciones mapuche y ranculche por la restitución del lonco Calfucura a su lugar de donde fue saqueado su cuerpo”.
Roxana Rechimont, comunidad Piliam Poluhué, ranculche de La Pampa
La compañera participó del taller de Diversidad Cultural, y contaba: “unas hermanas empezaron a plantear que no se sienten representadas por este Encuentro. Paradójicamente, vinieron las trotsquistas a plantear que ellas tampoco se sentían representadas, plantearon que se debía sacar un plan de lucha, politizaron todo, e hicieron firmar una planilla para apoyar la plurinacionaldiad del Encuentro hasta que vino una de la Comisión Organizadora a plantear que ellas no pueden cambiar el nombre…
“Yo entiendo que estas hermanas plantean esto desconociendo la historia de los encuentros, porque en Chaco, en Misiones, en Rosario, las originarias encabezamos las marchas. Varias hermanas nos plantamos, y les planteamos que nosotras venimos como mujeres, que no venimos representando a ninguna comunidad, más allá de que somos de comunidades diferentes.
“En el taller, la participación fue masiva, con mucha participación, no sólo de hermanas originarias sino también de hermanas criollas y que componen una identidad política, militante y social, donde propusieron cambiar el nombre del Encuentro Nacional de Mujeres por Encuentro Plurinacional de Mujeres. Muchas mujeres originarias nos reconocemos plurinacionales y sabemos que el Encuentro lo es, y lo que hemos llegado a entender es que se necesita visibilizar ese nombre. Lo que hemos planteado es que a este Encuentro nosotras venimos a sumar, no a restar. Y justamente lo que ha hecho que 33 años de Encuentros se sostengan en el país, ha sido sobre todo la sororidad de las compañeras, y traer propuestas y cambios: pasamos de tener diez talleres a tener setenta y pico; la comisión es abierta y podemos participar todas las que queramos. Por eso no estamos de acuerdo con cambiar el nombre del Encuentro, pero sí agregar un pilar más, con la denominación de plurinacional. El primer pilar de los Encuentros es autoconvocado: de ahí para abajo, todo lo que podamos sumar. Como sumamos experiencias y como sumamos luchas”.
Hoy N° 1739 17/10/2018
