El Indec y la Dipec publicaron la medición de pobreza e indigencia del primer semestre 2018, en la cual se consigna que en Jujuy habría un 30,3% de pobres, de los cuales un 4,3% serían indigentes.
Tal estimación dista mucho de corresponder a la realidad, toda vez que para medir este flagelo no se toma el verdadero nivel de ingresos de la población. La Cátedra de Economía Política de la Facultad de Humanidades elaboró en el mes de octubre la medición de Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de Canasta Básica Total (CBT) y cruzó los datos con el salario promedio de bolsillo de los trabajadores privados y públicos oficiales que están registrados por los Ministerios de Economía y de Trabajo de la Nación.
Para el nivel de ingresos de indigencia la cátedra registra que una familia de 5 miembros necesita contar con $9.554,19, monto que no difiere mucho de la Dipec que da $9.192,75. En cuanto a la pobreza la diferencia es abismal, y ella radica en la medición de la Inversa del Coeficiente de Engel con el que se arriba al nivel de ingresos requeridos para no ser pobre. Mientras que el Indec y la Dipec aplican el coeficiente de 2.33, la Cátedra lo estima en 4.33. Tal diferencia entre la CBA y la CBT surge del relevamiento de lo que cuesta en Jujuy cubrir las necesidades de alquiler de vivienda, transporte, servicios de luz, agua, gas, farmacia, limpieza, vestimenta, educación, mantenimiento del hogar, combustible, cable, celular, recreación y otros. La Dipec estima en $21.235,25 el ingreso para no ser pobre, en tanto que la Cátedra lo estima en $43.525,27.
Por el lado de los ingresos de bolsillo de la población asalariada en blanco, según datos oficiales el ingreso mensual promedio en el sector público es de $18.768, en tanto que en el sector privado es de $17.323. La diferencia se explica porque en la actividad privada los porcentajes de aportes y contribuciones a la Seguridad Social son más elevados.
Basándonos en estos datos es que calculamos que la pobreza en Jujuy no puede ser jamás del 30,3% y está superando desgraciadamente el 50% con indigentes en el 11%, aún teniendo en cuenta que en las familias se registre más de un ingreso mensual. La población crece y la juventud no encuentra suficientes fuentes de trabajo.
En cuanto a la inflación la Dipec calcula un porcentaje del 36,64% en el período octubre 2017-octubre 2018, en tanto la cátedra midió la inflación real en el 50,42% para CBA y CBT.
Tal realidad dolorosa no se modifica con marketing publicitario referido a la estructura productiva de Jujuy, se necesita de manera contundente de una política económica que modifique la estructura dada históricamente, abordando el tema de uso y tenencia de la tierra para crear miles de nuevas explotaciones agropecuarias con las obras de infraestructura necesarias, de la creación de al menos 3.000 pequeñas y medianas empresas con crédito accesible, etc. Una planta de generación de energía fotovoltaica, por más importante que sea, no modifica la “matriz productiva” de Jujuy, producir carbonato de litio como materia prima tampoco, ni produciendo aceite de cannabis, en el caso del Ingenio La Esperanza se trata de un fracaso total. Sería bueno conocer el balance de lo que al inicio de este gobierno se presentó pomposamente como Consejo de Planificación Estratégica. Decía el gran José Gervasio Artigas: “con la verdad no ofendo ni temo”.
Escribe Benito Carlos Aramayo. Economista, profesor emérito de la UNJU
Hoy N° 1748 19/12/2018