El Partido Obrero es uno de esos extraños izquierdistas –de los que hablaba Carlos Marx– que ubican sus enemigos a la izquierda y no a la derecha.
El problema se les agravó con la quiebra del kirchnerismo. Al igual que para los K el enemigo del PO pasó a ser “la patria sojera”, primero, y ahora defiende , con hipocresía, pero defiende, la política del kirchnerismo con las jubilaciones y maltrata en su periódico al luchador de los jubilados, Mariano Sánchez.
El PO es como aquel que tropezaba con todo el que se le cruzaba y se sentía importante porque todos lo insultaban.
02 de octubre de 2010