La ola verde significó un gran avance para el movimiento de mujeres en la Argentina, pero a su vez trajo como consecuencia el recrudecimiento de los sectores más conservadores de esta sociedad que, frente a los grandes cambios que se ven, producto de la discusión colectiva, no dudan en demostrar su poder para dejarnos en claro que son ellos quienes, por el momento, tienen el control de la batuta.
Muestra de este accionar es el editorial de La Nación titulado “Niñas madres con mayúsculas”, en la cual glorifica el hecho de que estas niñas (utiliza dos ejemplos, uno de ellos relacionado a un abuso sexual) son madrazas que lograron enfrentarse a abuelas o madres “aborteras”, defendiendo gracias a su fuerte “instinto maternal” el “fruto de su vientre”. Podemos ver como frente a casos de abuso, lo más importante siempre va a ser el “niño por nacer”, y que el problema debe tratarse dentro del seno familiar, sin involucrar a terceros, en una clara apología a la violación del derecho al aborto no punible que las mujeres argentinas tenemos desde 1921. Esta publicación se da en un contexto marcado por el fracaso político que significó la cesárea realizada a una nena de doce años en Jujuy, y en una Argentina que en lo que va del año ha visto a 2 mujeres morir en manos de sus femicidas con total impunidad. Por lo tanto, es aberrante el hecho de que uno de los diarios más importantes del país afirme: “Admiración hacia las niñas madres, madrazas por cierto. Tristeza para las ‘abuelas abortistas’ que felizmente no lograron su criminal propósito”. (La Nación, 01/02/19).
A horas de haberse publicado la nota, un grupo de periodistas pertenecientes al medio salió a manifestar su rechazo y desacuerdo con la editorial a través de redes sociales, tal como declaro Nora Bär, periodista científica, editora de Ciencia y Salud de La Nación, quien vía twitter escribió: “No comparto el editorial sobre niñas-madres que se publicó hoy en La Nación, el diario en el que trabajo desde hace treinta años. No hay manera de justificar el embarazo de una niña” (Fuente www.perfil.com). Unicef, Amnistía Internacional, Sipreba, Actrices Argentinas, sectores de la iglesia católica, entre otros, también manifestaron su rechazo.
La batalla por conquistar que cada mujer argentina pueda decidir sobre su propio cuerpo y viva una vida libre de violencias será larga y dolorosa, dolorosa porque en el camino miles serán víctimas de abusos, maltratos o femicidios, pero no es imposible. Para lograrlo es necesaria la más amplia unidad con todos los sectores del campo popular, fortaleciendo la lucha en las calles, teniendo en cuenta que la única manera de doblar el viento para nosotras será cambiando las cosas de raíz, para vivir en una sociedad en la que no existan opresores y oprimidos.
Hoy N° 1753 06/02/2019
