1. Avanza el tsunami
Un organismo oficial del Estado yanqui acaba de anunciar que desde hace un año están en recesión. Es decir, que ocultaron y mintieron durante un año que estaban en crisis.
Los hechos han comprobado que estamos ante una crisis mundial de una magnitud, profundidad y velocidad incomparables. Supera rápidamente todas las previsiones.
Veamos algunos hechos. Hace tres semanas, el Citicorp (Banco Citi, el segundo de Estados Unidos) intentó comprar el Banco Wachovia que había quebrado. Ahora, el Estado yanqui debió sacar a los apurones un salvataje para evitar la quiebra del Citi: inyectarle 20.000 millones de dólares (y hacer reservas por otros 20.000 millones) para garantizar los 300.000 millones de dólares de ese banco. Esa cifra es más de una vez y media el producto bruto anual de la Argentina.
Un mes atrás se sostenía que China estaba “desacoplada” de la crisis. Ahora, el gobierno chino debió implementar un plan de emergencia de 565.000 millones de dólares para estimular el consumo, obras públicas y la agricultura. Esa cifra es la quinta parte del producto bruto chino.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, declaró que el “salvataje” de 700.000 millones de dólares implementado por el gobierno de Bush en Estados Unidos será devorado en dos meses.
El flete de los barcos tipo Panamax cayó de 80.000 dólares diarios a 8.000; y el de los que transportan hierro, de 160.000 dólares a 15.000.
2. ¿Y por casa cómo andamos?
La industria automotriz se derrumbó. El 60% de su producción va a Brasil y España. Brasil no puede frenar la fuga de dólares. España está a los tumbos. Las terminales radicadas en el país hacen cualquier cosa para cargarle la crisis a los trabajadores.
Los frigoríficos están parados. El gobierno K paralizó las exportaciones provocando la pérdida de los mercados ruso y chileno. Ahora el precio internacional de la carne cayó un 60%, los frigoríficos están abarrotados. Pero el precio no baja en las góndolas.
La industria láctea está en bancarrota. El precio internacional de la leche en polvo se desplomó de 5.000 dólares la tonelada a 1.800 dólares. La Serenísima y Sancor siguen pagando $ 0,65 el litro a los productores (sin que el gobierno haga cumplir el precio de $ 1). El mercado está abarrotado de quesos, y la barra que los supermercados pagan $ 10 el kilo a los productores, la venden a $ 25.
El precio del petróleo sigue cayendo, pero las petroleras hacen pasar como nuevos los mismos pozos viejos, para cobrar con el aumento que les permite el gobierno por el plan “Petróleo plus”. El gobierno firmó un acuerdo con estas empresas y los sindicatos de 6 meses sin despidos y sin aumentos salariales, con cláusulas de “paz social”, que no es retroactivo a los despidos que se vienen produciendo desde julio.
En la construcción, el principal responsable de más de decenas de miles de despidos es el gobierno, que paralizó las obras públicas. Como la mayoría de los trabajadores está en negro, el gobierno no los cuenta en la cifra de despedidos.
La crisis, la política de castigo del gobierno a los productores agrarios y la sequía, provocan en el campo una situación explosiva.
La cosecha de trigo bajará de 16 millones de toneladas a 8 millones. El precio del maíz cae en picada y una parte debió ser resembrada por la sequía. El precio de la soja cayó a la mitad. La ganadería y el tambo están en crisis.
Bastaron unos días de mucho calor, y un temporal, para que quedara en evidencia que sigue la crisis energética, con sus cortes de electricidad, y también, con sus cacerolazos.
3. El pueblo ya está pagando la crisis
Hay mucho más de 200.000 despidos. El gobierno no cuenta las cesantías que se producen entre más de 7 millones de trabajadores en negro, contratados o monotributistas. El cartoneo que hacían mujeres y niños porque los hombres changueaban, ahora lo hacen hombres porque no consiguen changas; y ahora deben trabajar 4 días para ganar lo que antes en uno.
La pobreza crece castigando a más de 12 millones de argentinos, y la indigencia a mucho más de los 3 millones de los que se habla. En la Capital Federal, las villas crecieron un 30%. En comedores de la Matanza, donde meses atrás comían entre 40 y 50 personas, ahora son 90 y con listas de espera de 70 o más personas.
El hambre y la desocupación crecen aceleradamente. Economistas del sistema afirman que la pobreza llegará el año que viene al 42%.
4. La mentira K
Los tres pilares en los que el gobierno basó su política neodesarrollista están golpeados por la crisis.
1. Se acabó el boom sojero, basado en el precio internacional y capitales especulativos (los pules) que ahora huyen del país.
2. Se derrumbó el precio del petróleo, y cae su producción en manos de monopolios imperialistas que se dedicaron a saquear lo que ya había descubierto la YPF estatal.
3. Se acabó el boom de la exportación automotriz: es la industria más castigada por la crisis mundial.
Es el fracaso de la política neodesarrollista, basada en un puñado de monopolios imperialistas exportadores (a costa del mercado interno y la producción nacional), y la concentración y extranjerización de la tierra para el mercado sojero chino (golpeando a los trabajadores rurales y los campesinos pobres y medios). Es este fracaso el que ha colocado al país a merced del oleaje del tsunami de la crisis económica.
El gobierno K hace discursos sobre “planes” de estímulo de la economía, pero en los hechos redobla la apuesta en su política fracasada.
Oculta los despidos y acuerda con Moyano y Yasky frenar las luchas que los enfrentan, con lo que frena la economía.
Aplica tarifazos, que en el caso del gas llegan hasta el 185%, y en la electricidad al 40%, con lo que frena la economía.
Anuncia obras públicas, pero en los hechos mantiene la paralización, esperando hasta la campaña electoral, con lo que frena la economía.
Anuncia un blanqueo de capitales, para zafar de las denuncias por estafas que aumentarán más la especulación para el lavado de narcodólares, frenando la economía.
Estimula la suba de impuestos (a los monotributistas, en las provincias, etc.), con lo que frena la economía.
“La caja K”, como resultado del fracaso de su política, ya ni con el saqueo de los fondos del Anses aguanta el pago de la deuda externa, los negociados propios y de amigos, y la borocotización de la política para las elecciones del 2007. La voracidad K no tiene límites.
5. Hay plata para no sufrir la crisis
Hay plata en el país para impedir que la crisis se descargue sobre el pueblo y la economía nacional. Que no salga un dólar del país para pagar una deuda fraudulenta y odiosa, ni para la fuga de capitales de monopolios imperialistas.
Hay que hacer como Ecuador, que repudió una deuda con Brasil, por créditos para la construcción de una represa hidroeléctrica por la empresa brasileña Odebrecht, que no funcionó por sus fallas. Y Paraguay hace una auditoría de la estafa de Brasil en la construcción de Itaipú.
Hay que hacerle pagar la crisis a las petroleras, las cerealeras, los pules, los terratenientes, los bancos, que se llenaron los bolsillos desde la dictadura hasta ahora.
Hay que impedir todo despido, suspensión, vacaciones adelantadas, y aumentar los salarios, conquistando ya un doble aguinaldo. Y empresa que cierra la reabren los trabajadores y que el gobierno la subsidie.
Hay que eliminar el IVA de los productos de la canasta alimentaria, aumentar los planes sociales a la canasta básica de $ 560 y las jubilaciones al salario mínimo de $ 1.200.
Hay que coparticipar todos los impuestos.
Hay que eliminar las retenciones a la soja a los que produzcan hasta 600 toneladas, bajarlas al 5% a los que produzcan desde 601 hasta 1.500, al 10% de 1501 hasta 3.000, al 15% de 3001 hasta 5.000, y al 20% a los que produzcan más de 5.000.
Hay que poner en funcionamiento ya un plan de 1.000.000 de viviendas populares. Y también el plan de 1.000.000 de chacras expropiando los 18 millones de hectáreas que están en manos imperialistas y los grandes latifundios.
6. El ejemplo de los trabajadores de GM
Los trabajadores mecánicos han marcado el camino. Ni un solo despido, como vienen imponiendo con su lucha los de GM. Han realizado la gran movilización nacional de 15.000 trabajadores en Buenos Aires, y esta semana se movilizan en Córdoba y Rosario.
Todo el movimiento obrero y popular debe confluir, con sus propias reivindicaciones, con la lucha de los mecánicos y de otros gremios.
Los desocupados y jubilados marchan a nuevas jornadas de lucha contra el hambre. El 9/12 se reinicia la lucha de los pequeños y medianos chacareros en Entre Ríos, Santa Fe y otras provincias.
Hay grandes luchas de los estatales y docentes.
Hay una asquerosa censura de los medios de comunicación del sistema, ocultando los despidos y las luchas, y mintiendo alevosamente sobre las pocas que informan.
Las grandes masas obreras y populares no quieren volver al infierno del hambre y la desocupación del 2001, y van calando el discurso mentiroso del gobierno frente a la crisis. El gobierno se va ganando el odio de las masas.
Se han creado condiciones para que las luchas obreras, particularmente las de las grandes fábricas, confluyan con la de los chacareros, los estudiantes y las masas asalariadas de las ciudades. Las multisectoriales y los comités de crisis vienen siendo los instrumentos para esa confluencia, para garantizar paros locales y regionales, en camino a un paro nacional activo que le tuerza el brazo a la política K.