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17 de julio de 2019

La disputa por el domino de la cadena de valor

El litio en manos imperialistas

El Centro de Investigaciones y Desarrollo de Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy (Cidmeju), conocido popularmente como Instituto del Litio, depende del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju) y del gobierno de Jujuy, en los que trabajan científicos de primer nivel reconocidos internacionalmente. En el mes de abril, en una actividad organizada por el Colegio de Ingenieros de Jujuy expusieron un valioso trabajo sobre la cadena del valor del litio que se conoce muy poco al momento de opinar respecto a las aplicaciones de este insumo en las más diversas producciones. De una de las placas del power point presentado, tomo el referido a la cadena de valor que va desde el carbonato de litio hasta los materiales aeroespaciales. El cuadro, de por sí, resulta altamente ilustrativo respecto a la escala de valor que se logra a medida que cambia el tipo de uso del litio en sus diversas transformaciones. En esta ocasión y a los efectos de informar debidamente sintetizamos el mismo. Agradezco a los científicos del Cidmeju por su difusión.

En la cadena de valor se parte de la transformación de la salmuera en carbonato de litio, que es lo que actualmente obtienen las empresas que están radicadas en Jujuy. A dicho nivel se le adjudica el valor de 10 dólares por kilogramo y el equivalente de referencia es igual a uno. Si posteriormente quienes adquieren el carbonato de litio como insumo, en un proceso de avance industrial, logran fabricar baterías (automóviles, motocicletas, celulares, tablets, televisores, cámaras fotográficas) con el componente litio metálico el equivalente del kilogramo se multiplica por 12, o sea 120 dólares por kilogramo. Si la aplicación se lleva a la industria farmacéutica el equivalente del kilogramo asciende a 90, o sea 900 dólares por kilogramo, y el salto que podríamos definir como extraordinario se logra en la aplicación del insumo litio en la producción de energía nuclear en donde la multiplicación del valor llega a 10.000 dólares por kilogramo. Finalmente, la cifra sideral de la aplicación del litio para materiales aeroespaciales llega a la increíble multiplicación del valor por 3 millones de dólares por kilogramo del litio componente.

En nuestro país estaríamos en condiciones de producir en escalas importantes el litio procesado para su uso o exportación, nuestro nivel puede llegar desde las baterías hasta la energía nuclear, y si se piensa en un despliegue extraordinario de una Argentina con industria aeroespacial contamos con la materia prima que da origen a toda la cadena de valor que es la salmuera de litio. La pregunta entonces es ¿por qué el límite se ubica en el carbonato de litio que se exporta a variados países que sí avanzan en la cadena de valor? La respuesta es que en la concepción de quienes gobiernan como expresión de distintos sectores de burguesía intermediaria no existen proyectos de industrialización del carbonato de litio en escala industrial porque a las inversiones de capitales imperialistas les conviene, por ahora, sólo la explotación y exportación del carbonato de litio, es decir se limitan a la escala uno de la cadena de valor y en este nivel logran una rentabilidad y ganancias extraordinarias. Hoy en Jujuy las empresas en funcionamiento son Sales de Jujuy de capitales de Australia, Canadá y Japón (Toyota) y Minera Exar, subsidiaria de la canadiense Litihum. Estos capitales provienen principalmente de Fondos de Inversión y en el caso de China, que avanza en su incursión, de capital estatal. En los últimos meses una nueva empresa “Integra Recursos Naturales S.A”, de la mano del conocido José Luis Manzano que posee el 95 % de las acciones sobre un capital de 5 millones de pesos y vinculaciones con capitales imperialistas de Inglaterra, Francia y Noruega, promete inversiones por 23 millones de dólares y pretende incursionar en este gran negocio en zonas prohibidas como Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, donde las comunidades originarias resisten, se movilizan y están dispuestas a impedir que opere, por las consecuencias contaminantes del agua; en tanto el gobierno de Gerardo Morales se empeña en permitirles la explotación.

Según el gerente de Sales de Jujuy en el año 2018 estimaban una producción de 12.600 toneladas de carbonato de litio, lo que al precio promedio en el mercado mundial en el año 2017, que era de 13.900 dólares la tonelada (en el año 2018 llegó a cotizar a 19.000 dólares la tonelada con un costo de producción de 3.650 dólares la tonelada) habrían representado 175 millones de dólares en el precio de venta, lo que al tipo de cambio de fines del año 2017 significaba una facturación de 3 mil millones de pesos argentinos (con dólar de $ 18). Si la producción del año 2018 se exportó después de la crisis cambiaria de abril-mayo de 2018, con suba abrupta del dólar las exportaciones en dólares y en pesos suman mucho más. En tanto el titular de Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse) declaró al diario Ámbito Financiero del 19 de septiembre del 2018 que la provincia obtendría $52 millones por regalías, o sea el equivalente al 1,66 % del supuesto facturado, lo que suena a una propina al lado de la facturación señalada.

Los gobiernos de Jujuy -antes el peronista-kirchnerista y ahora el radical-PRO- como expresión política de diferentes sectores de burguesía intermediaria enfrentados en la disputa interimperialista han facilitado a distintos monopolios “amigos” el control del negocio del litio. Obviamente que avanzar en la cadena de valor del litio no puede depender de las políticas que aprueban gobiernos provinciales o el nacional entreguistas. El tema sólo puede encararse con un nuevo proyecto nacional que se proponga lo máximo posible en la industrialización de este recurso estratégico, sobre la base de que contamos con recursos naturales en abundancia, nivel científico universitario, fuerza de trabajo de alta calidad y profesionales que han logrado sobrevivir pese al ataque sistemático del actual gobierno para reducirlos en cantidad y calidad, tal como lo demuestra la reducción del presupuesto en Ciencia y Técnica del actual gobierno nacional y la disminución del plantel de investigadores de carrera y becarios.

Escribe Carlos Aramayo

Hoy N° 1774 17/07/2019