Dicen: ¿por qué revolucionarios? Y bueno, todavía hay algunos que se llaman comunistas y no lo son. Más vale que nos diferenciemos, porque miren si nos confunden… por eso somos revolucionarios, y no porque menospreciemos la utilización de las formas democráticas institucionales. Acá hay compañeros que pueden dar fe de la importancia que damos nosotros al Congreso, a las discusiones y a todo eso, sin que dejemos de pensar que el Congreso sigue siendo un “charlamento”. Pero tiene su importancia. Porque tuvo su importancia la pelea que todos esos diputados hicieron, por ejemplo con Patricia Walsh y otros, hasta anular la ley de Obediencia Debida y Punto Final. Porque la anularon ellos, no la anuló Kirchner. Y fue una lucha muy larga y muy sostenida. Y no porque no le asignemos importancia a las luchas por las reivindicaciones. Tenemos que poner hasta el último gramo de nuestra energía para conseguir el 82% móvil. No menospreciamos la lucha por las reformas. Pero, compañeros, si no hay revolución no vamos a cambiar nada en la Argentina.
Con motivo de la crisis dijimos: si no hay revolución y se destruye este Estado, inexorablemente la clase obrera va a pagar la crisis. No hay otro camino. Podrás conseguir una reivindicación, en una fábrica podrás conseguir que te reincorporen algunos de los que echaron, pero la realidad va a ser ésa, compañeros. Por eso nosotros seguimos siendo revolucionarios. Y en esto nosotros recogemos las mejores tradiciones de la historia argentina.
Porque aquí han trabajado meticulosamente, desde la escuela primaria hasta la universidad, para hacernos creer que el 25 de Mayo fue una manifestación de muchachos blancos, bien vestidos, con paraguas, que querían saber –“El pueblo quiere saber de qué se trata”–, y no que fue una gran insurrección popular como escribió Moreno, que estuvo inspirada en la insurrección del 12 de agosto de 1806, que derrotó a los ingleses; y que el 25 de Mayo tuvo que entrar Berutti a decir “bueno, basta señores, o terminan de decir pavadas o nosotros traemos a los hombres que tenemos allí armados y organizados para terminar con todo esto”, con otras palabras, desde ya.
¿Y por qué los radicales se olvidan que ellos surgieron de una insurrección? Traicionada después por esos dirigentes que fueron a terminar en el pacto de Mitre con Roca.
E hicieron varias insurrecciones y movimientos populares. Pero cuando se olvidaron de eso, el radicalismo terminó donde terminó. Piensen que fue dentro de todo un gobierno que realizó reformas relativamente progresistas. Pero cuando los obreros se les cruzaron los mataron sin asco, a miles, miles de obreros. En la Patagonia, en la Semana Trágica. Pero se olvidaron de aquello.
Y compañeros, ¿qué fue el 17 de octubre de 1945? ¿Qué fue? El 17 de octubre de 1945 fue una gran pueblada insurreccional que logró romper a las fuerzas armadas que se habían hecho fuerte en Campo de Mayo, logró dividirlas, logró atraer a una parte hacia ellos, e impuso lo que ellos consideraban que era la tarea del momento: liberar y poner al coronel Perón en el poder. Desde ya, en este caso, por el camino electoral, pero después de haber hecho el 17 de octubre. Fue una insurrección popular.
También fue una insurrección cuando en el año ‘55 salió el pueblo de Rosario –junto con el Regimiento– e impidieron durante una semana que el Ejército de la Libertadora entrara a la ciudad. Y fue una pueblada la del Cordobazo y también la del Argentinazo.
No pudimos coronar en el Argentinazo. No teníamos aquella coordinadora que habíamos formado con el MTA, la CTA, la CCC, la FUA, la Federación Agraria, etc., que hizo dos Marchas Federales.
Y cuando vino el Argentinazo no hubo una coordinación. Tampoco la clase obrera pudo jugar en las condiciones de entonces, con la crisis terrible que sufría, con la desocupación, el rol de vanguardia que tuvo que haber jugado.
Es decir, le podemos contar las costillas flacas al Argentinazo, sabemos cuáles son. Pero aprendimos que hay un camino, que en ese caso nos permitió voltear un gobierno. Pero que en otras condiciones nos puede permitir también instaurar un gobierno.
Y la rebelión agraria nos completó el boceto. Porque un gran problema, compañeros, era cómo esta lucha del proletariado concentrado en las ciudades en la Argentina, podía arrastrar al combate a esas masas campesinas, vinculadas a la producción agropecuaria.
Y la rebelión agraria demostró, desde ya donde nuestro partido era fuerte, donde los campesinos pobres y los obreros rurales eran fuertes como en el Sur de Santa Fe, o en el corte de Paraná-Santa Fe, mostró que podíamos hegemonizar. Y en otros lugares hegemonizó la burguesía, o los terratenientes. Ahora hay muchos que tienen pavor a decir la palabra terrateniente… bueno, qué le vamos a hacer. Golpeamos juntos con sectores terratenientes, si no hubiéramos golpeado junto con ellos no hubiéramos logrado lo que logramos. Pero al mismo tiempo, donde hubo hegemonía del campesinado pobre y de los obreros rurales, tuvo una dirección el movimiento. Y donde hegemonizó la burguesía agraria tuvo otro camino: confiaron en la salida electoral.
Si ustedes quieren un camino, digamos así, dibujadito, como nos gusta a nosotros, es la marcha de los originarios y los campesinos pobres desde el Impenetrable hasta Resistencia, que culmina con una multisectorial, donde incluso habló el representante de la Sociedad Rural, pero bajo la hegemonía de los campesinos pobres, los originarios y el proletariado.
Es decir, que tenemos bocetado el camino que lleva a la revolución, compañeros. Tenemos bocetado el camino de la revolución. Sabemos cuál es el camino. Ustedes nos dirán, sí pero todavía falta una parte del boceto, que es la parte de los sectores militares, que tienen que unirse. Porque como dijo Rosa Luxemburgo, y le gustaba repetir a Lenin, aunque Lenin la corregía: la rebelión no se hace contra el ejército; se hace con… ella decía “con el ejército al frente”. Habría que decir, como decía Lenin: “con una parte del ejército al frente”. Y esa parte del boceto la vamos a complementar, yo creo. Porque en la medida en que la clase obrera y el pueblo salgan a la calle, esa mezcla que hay ahí en las fuerzas armadas, donde hay sectores fascistas (que son muy alentados por el gobierno), se va a separar. Porque el gobierno quiere polarizar entre el fascismo de un lado, los Macri de un lado por ejemplo, y ellos como centroizquierda, pero hay otros que no se dejan engañar, y que no están en esa.
Por lo tanto nosotros, el camino para conseguir el triunfo de la revolución en la Argentina lo tenemos bocetado. Si vamos a ser capaces o no de recorrerlo, ya depende de una cantidad de cuestiones que tendremos que ver, tenemos que construir, y para eso precisamos un fuerte Partido Comunista Revolucionario.
Otto Vargas fue secretario general del Partido Comunista Revolucionario desde su fundación en 1968 hasta su fallecimiento el 14 de febrero de este año.
Hoy N° 1775 24/07/2019