El caso del abuso de una niña por un patrón salteño (el caso Hoyos) puso de manifiesto la fuerza de los resabios semifeudales que perduran. El silencio de las víctimas se debe a que la justicia es del patrón, así como la casa donde viven y la comida. Por eso hay tanto abuso impune. En Tucumán se dice: “cama adentro, patrón encima”.
02 de octubre de 2010