¡Basta a las violaciones de los derechos humanos en Turquía! ¡Evitemos nuevos genocidios! ¡No al golpe político de Erdogan!
En estos días se está desarrollando en Turquía un golpe político y un genocidio contra el pueblo kurdo con flagrantes violaciones de los derechos humanos. La dictadura de carácter neo-otomanista e islamista del actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, representa la mayor amenaza para la paz en la región del Oriente Medio. Erdogan y las potencias que lo respaldan saben que esto sólo es posible aplicando medidas genocidas en Turquía no sólo contra el pueblo kurdo sino contra todos los pueblos no turcos que habitan el país.
Desde el intento de golpe militar del 2016 y el aprovechamiento político que el régimen hizo de esa situación, Erdogan ha concentrado en su persona todos los poderes del estado. Ha intervenido todos los municipios gobernados legítima y democráticamente por sus únicos opositores reales, el Partido Democrático de los Pueblos, y ha encarcelado a cientos de diputadas y diputados pro kurdos. La censura a la prensa ha alcanzado niveles inimaginables, y las cárceles se han colmado de opositores superando incluso todos los límites de su capacidad. Todo ello determina que el régimen turco sea considerado como la cara más cruda de una dictadura en pleno siglo XXI mas allá de su apariencia democrática formal.
Como es de público conocimiento, mientras que durante el mes de agosto se llevaron a cabo reuniones políticas con miembros de la Asamblea Nacional de Turquía, representantes del Partido Democrático de los Pueblos, con el objetivo precisamente de denunciar estas políticas genocidas y dictatoriales del partido conservador gobernante, Partido de la Justicia y el Desarrollo, la respuesta de Erdogan a las denuncias expresadas en América Latina sobre las violaciones de los derechos humanos en Turquía no se hizo esperar, ordenando el arresto efectivo de más de 400 co-alcaldes y alcaldesas en las ciudades de Van (Van), Mardín y Amed (Diarbekir), tres de las principales ciudades habitadas mayoritariamente por población kurda.
Las masacres y destrucción de las ciudades de Nusaybin, Cizre y Silopi en 2016, y los arrestos de decenas de miles de activistas políticos no han sido suficientes para el presidente turco. Hoy Erdoğan vuelve al ataque con este nuevo golpe político; pero está siendo sorprendido por la reacción popular que sin pausa y con muchísimo coraje ha decidido salir a las calles pese al feroz accionar de las fuerzas represivas, siendo continuas las protestas en Bakur (Kurdistán norte, hoy ocupado por Turquía) y Rojava (Kurdistan oeste).
Ante la pérdida evidente de poder, Erdogan sólo concibe la promoción de una escalada de violencia como única vía de salida posible y la implementación de medidas extremas para recuperar credibilidad. Erdogan, que niega el genocidio armenio cometido por el Imperio Otomano en 1915, hoy actúa sobre la base del proyecto de un nuevo genocidio: esta vez contra el pueblo kurdo. Políticas de guerra basadas en un discurso ultranacionalista y prácticas genocidas dentro y fuera del país son las que está llevando adelante con el objetivo de refundar el viejo imperio otomano que sólo es posible a través de la eliminación de todas las etnias y pueblos (kurdos, armenios, árabes, opositores turcos, etc.) de la región que no son considerados turcos y a los que ha declarado abiertamente como «enemigos de la patria».
La crisis que hoy en día enfrenta Medio Oriente ve como principal peligro mundial a la Turquía dictatorial de Erdogan y además es el resultado de una serie de acontecimientos que nos han llevado a definir este proceso como una tercera guerra mundial no declarada, que viene alterando el débil equilibrio de poder en escala global, pero que sobre todo excluye la posibilidad de desarrollar un proceso de democratización real en toda la región.
Lo que comenzó siendo en Siria una guerra civil, hoy representa un conflicto a escala trasnacional que da cuenta de los niveles más altos de crueldad que pueden alcanzar las políticas imperialistas y patriarcales ejecutadas por los poderes hegemónicos.
En virtud de lo expuesto, formulamos un llamado a realizar protestas masivas contra la ocupación turca y a la resistencia total contra las políticas fascistas que pretenden el aniquilamiento del pueblo kurdo.
Invitamos a todas las organizaciones de derechos humanos, a todas las fuerzas políticas democráticas a expresar de modo claro su posicionamiento con respecto al ataque contra la voluntad política del pueblo kurdo, que tiene derecho a la existencia democrática sobre sus territorios ancestrales.
En este sentido, hacemos un llamado urgente a todos los activistas por la paz, ambientalistas y defensores de los derechos humanos, a continuar y fortalecer las fuerzas democráticas. ¡Es vital incrementar la lucha contra la guerra con mayor determinación para alcanzar finalmente la victoria!
¡El fascismo de Erdogan NO PASARÁ! ¡Contra el proyecto de muerte y destrucción, viva la autodeterminacion de los pueblos!
Declaración del Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán
Primeras adhesiones:
Kurdistan América latina
Comité de Mujeres en solidaridad con Kurdistán
Diálogo 2000-jubileo sur argentina
Feministas de Abya Yala