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04 de septiembre de 2019

Crónicas proletarias 357

Por la libertad de Mañasco (1)

Eusebio Mañasco fue un dirigente obrero paraguayo, con gran actividad sindical en la década de 1920, primero como obrero marítimo y representante de la Federación Obrera Marítima en Misiones, y luego como organizador de los trabajadores de los yerbatales, los mensúes.

Mañasco nació en 1889, en un pequeño pueblo de Paraguay de nombre Barrero Grande. Desde 1913 residía en la Argentina. Conocía de cerca la realidad alrededor de la actividad yerbatera, y más precisamente de San Ignacio, ya que trabajaba en el barco paraguayo El Pángaro, que realizaba la travesía Buenos Aires-San Ignacio, cargando la producción de yerba de la empresa La María Antonia. En sus viajes, vio de cerca la situación a que estaban sometidos los obreros yerbateros, y decidió radicarse en el pueblo de San Ignacio. “Al pasar al Alto Paraná no quise ser un oscuro mensú más atemorizado ante el Winchester del capataz. Y me rebelé para salvar a mis hermanos en sufrimiento y dolor. Organicé para ellos el primer sindicato de mensús en San Ignacio. Conseguida la casi totalidad de la federación de los mensús que trabajan allí, fuimos a la huelga. Por primera vez en el Alto Paraná la insolencia patronal de los dueños de los yerbales conoció lo que era un pliego de condiciones. Ganamos la huelga pero el odio de los señores me señaló implacablemente”, dijo Mañasco en un reportaje en 1927.

En julio de 1920 Mañasco encabezó una huelga, en la que el Sindicato de Obreros Yerbateros de San Ignacio planteó un extenso pliego de reivindicaciones, en lo salarial y en las condiciones de trabajo. La huelga se prolongó, ya que varias empresas incumplieron los acuerdos: “El 8 de octubre ‘La María Antonia’ –el establecimiento promotor de todos esos conflictos–, ‘La Plantadora de Yerba Mate’ y ‘Martín y Compañía’, los tres establecimientos principales, plantearon, conjuntamente, un conflicto más. Exigían de sus personales el retiro del sindicato y la afiliación a la Liga Patriótica Argentina y el trabajo en los días domingos. Nadie aceptó y, en consecuencia, el trabajo quedó paralizado” (Bandera Proletaria, órgano de la Unión Sindical Argentina, 2/2/1927).

Los trabajadores, además de la huelga, sostenían un boicot a los establecimientos que se negaban a cumplir los acuerdos. En junio de 1921 fue asesinado Allan Stevenson, un ingeniero (sueco o inglés, según las fuentes) que quiso vulnerar el boicot. Las clases dominantes usaron este asesinato para acusar y encarcelar a Mañasco, desatando una campaña reaccionaria apresando a varios dirigentes sindicales y quemando la sede del sindicato en San Ignacio.

Hoy N° 1781 04/09/2019