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19 de septiembre de 2019

Ni Una Menos

“Primavera Rosa” por la Emergencia en Violencia

Cuatro nuevos femicidios durante el último fin de semana nos ponen en alerta y convocan a todas y todos, pero especialmente a las mujeres a encontrarse el sábado 21 de septiembre en las calles de todo el país para decir Emergencia en Violencia YA!

La primavera esta vez será un día de lucha para las mujeres que en todas las plazas y barrios de la Argentina saldrán a reclamar políticas públicas que frenen y erradiquen la violencia machista que en muchos casos tiene un final irreversible, la muerte. Es por eso que la Campaña Nacional por la Emergencia en Violencia Contra las Mujeres convoca a realizar una “Primavera rosa”, una jornada nacional en la que saldrán todas a la calle con su pañuelo rosa para gritar fuerte ¡basta de femicidios!

El 14 y 15 de septiembre fueron asesinadas Vanesa Caro de 38 años en Lomas de Zamora, Navila Garay de 15 años en Chascomús, Cielo López de 18 años en Neuquén y Cecilia Burgadt de 42 años en Santa Fe. Además de otras 223 mujeres muertas por ser mujeres en lo que va del 2019, como lo registra el Observatorio de las Violencias de Género «Ahora que sí nos ven».

El horror de cada relato de violencia, de cada historia de muerte estremece hasta los huesos. El dolor llega hasta lo más profundo y la ausencia del Estado se hace notar de manera insoportable, porque para ellas ya no hay vuelta atrás. Durante el mes de agosto, le arrancaron la vida a una mujer cada 27 horas y, según el Observatorio, durante el año hubo entre 25 y 33 femicidios por mes.

Es claro que no todos los casos llegan a los medios de comunicación, aunque la muerte, la violencia y la lucha para terminar con ellas es constante pero la respuesta del Estado insuficiente. Estamos conviviendo con una realidad espeluznante: casi un femicidio por día. El Estado permite que los femicidios continúen cuando no declara la Emergencia en Violencia contra las Mujeres, es responsable de que tengamos que seguir contando muertas como algo de nuestra vida cotidiana, de que nacer mujer sea un riesgo porque incluso para las que sobreviven eludir la violencia machista, la violación, el acoso o el abuso, a nivel familiar, escolar, laboral, institucional, en la vía pública, etc., es casi imposible.

El enorme movimiento de mujeres que ha gestado la Argentina históricamente ha luchado contra la cultura patriarcal que las somete, pero además en los últimos años se ha multiplicado enormemente para afirmar que no quieren Ni Una Menos, que “vivas las queremos”, que sus derechos deben ser respetados y que sus cuerpos solo les pertenecen a sí mismas como las decisiones sobre ellos. Son conscientes de que, si el Estado no comienza a tomar medidas concretas, la próxima es ella (tu hermana, tu hija, tu mamá, tu novia, tu vecina, tu amiga, tu compañera de trabajo o estudio… vos), cualquiera que sea mujer puede ser atacada solo por eso. Nacer mujer no debería ser más que un hecho, sin embargo, parece que juegan con sus vidas un juego macabro, una ruleta rusa que señalará quien será la victima mañana y puede ser cualquiera de ellas.

“Estamos hartas” dicen las que continúan vivas. Ya no soportan ser el blanco de la violencia machista, ya no soportan perder a una igual. Así es que una vez más, la cita es en las calles para que las vean, para que el dolor se convierta en lucha por sus derechos y por las que ya no están. Para exigir una vez más presupuesto para políticas públicas que frenen y erradiquen la violencia, para que se declare la Emergencia en Violencia Contra las Mujeres.