En representación del PTP fueron los compañeros Derli Prada y Jorge Paladino, que se inscribieron como oradores en las comisiones de Formación y Fomento respectivamente.
En un clima de gran camaradería se discutieron temas importantes de nuestra situación actual como trabajadores de la cultura y sobre las medidas que es imprescindible tomar en el futuro. Nuestro Partido presentó su plataforma cultural a modo de contribución al debate, y en muchos puntos fuimos coincidentes con las propuestas de compañeros de otras fuerzas políticas.
Reproducimos un resumen de la jornada, que tendrá continuidad en Córdoba el sábado 5 de octubre.
“Fue un día en que pudimos encontrarnos. Vinimos con expectativas, ansiedades, inquietudes, demandas, propuestas y esperanzas. Somos 250 que nos encontramos en este día algo inhóspito para debatir sobre política cultural en un país que necesita repensar y repensarse. Hoy tenemos nuevas herramientas que fueron puestas en común durante tres horas intensas de trabajo y de las que podemos y debemos apropiarnos. En este corto texto no pretendemos resumir lo dicho por los 154 oradores. Más de diez horas de exposiciones en cuatro espacios simultáneos no se pueden sintetizar en 10 minutos. Lo que pretendemos es que de algún modo en este texto resuenen las voces, los cuerpos, los deseos, la poética que toda lucha por una cultura popular, federal e inclusiva necesariamente trae consigo.
“Desde la Plataforma Federal de Cultura nos propusimos pensar colectivamente a partir de 4F: Federalismo, Financiamiento, Fomento y Formación. Durante el día fuimos completando el abecedario de lo necesario. Y apareció la A de Arte, de Afro; la B de Barrios y Bibliotecas; la C de Cultura: obrera, campesina y originaria; Cultura Comunitaria, Cultura popular de todas y todos. La D de Derechos, Democracia y Diversidad; la E de Educación; la F de Feminismos y Folclore; la G de Gestión; la I por Identidad; L de Lucha y Latinoamérica; la P de Patrimonios y Plural; la S de Sindicatos y Sinergias; la T de Transformación, Trabajo y Tramas; la V de Visibilidad. Y, para quienes nos dedicamos a escribir, apareció la X, una letra que se ganó un lugar gracias a la lucha por una lengua que deje de ser binaria y patriarcal.
“Buscamos integrar esas voces y esas palabras -que dichas- nos traerán las voces de cada una y uno de nosotras/os. Decimos: Debemos tener un estado que recupere el rol central en la cultura, pero que sea capaz de achicar la distancia entre la nación, los municipios y los barrios. Necesitamos que los organismos nacionales se integren con los espacios de producción, formación y participación cultural de todas y todos. Que se profesionalicen e institucionalicen los órganos de cultura locales, para lograr la sostenibilidad de los proyectos. Pensamos: es necesario descolonizar la cultura. En ese sentido debemos cambiar la matriz de los consumos culturales y reconocer y revalorizar las identidades, riqueza, capacidades y especificidad cultural de cada región o espacio territorial a la hora de desarrollar políticas públicas para la producción, formación y acceso a la cultura. Recuperar las formas populares del arte, los ritmos propios de cada región, las lenguas de las diferentes comunidades sin las lógicas ajenas, sino desde su propia dinámica y disfrute. Sostenemos: la cultura es un derecho del pueblo, debemos reconstruir la trama de apropiación de los mismos por todos los sectores en todo el país.
“Desde el Estado nacional deberá realizarse un mapeo y diagnóstico de las necesidades, recursos, trabajadores de la cultura, producción, espacios de formación, festivales, encuentros y programas nacionales o locales. Esto es necesario para desarrollar un proyecto político que recupere la cultura popular. Proponemos: articulación de la educación artística con la educación en el sistema escolar, diseñando un modelo transformador al vigente. Debe reconocerse la educación artística con la entidad que merece, asignando los recursos económicos necesarios de acuerdo a la especificidad de la materia. En la educación artística también debe articularse la capacidad de formación de programas nacionales con el trabajo cotidiano de cientos en muchos lugares del país.
“Reivindicamos: los sindicatos han sido históricamente organizaciones centrales en la producción de arte y cultura. Desde las viejas bibliotecas obreras y los teatros obreros de principio de siglo XX hasta el presente, los trabajadores son parte de la cultura portando su identidad como hacedores o participantes de la cultura. En este sentido es necesario obtener una ley de culturas que reconozca a los artistas, gestores, productores como trabajadores y por lo tanto sujetos pasibles de los derechos que les corresponde. Pero también integrar a las organizaciones gremiales en la producción, financiamiento, formación y circulación en el campo de la cultura. Este lugar es un lugar de despegue, de construcción, una base para crecer”.
Hoy N° 1784 25/09/2019