Los docentes no tenemos dudas: la inflación existe. La carestía de la vida devora nuestros sueldos en pocos días, obligándonos a trabajar 2 o 3 cargos para llegar a fin de mes, resintiendo así la calidad de nuestro trabajo y de nuestra salud.
Las luchas desarrolladas durante el 2007, particularmente las de Santa Cruz, Tierra del Fuego y Neuquén, le torcieron el brazo al gobierno de Kirchner, en unidad con el resto del pueblo. En Santa Cruz pasaron entonces de un básico de $ 161 a $ 821. Así los docentes desbordamos a la dirección de Ctera, que se negó a nacionalizar la lucha.
La política económica del gobierno de Cristina K mantiene el mismo rumbo que Néstor K. Alardea mensualmente con el superávit fiscal y con el crecimiento sostenido de la economía en los últimos años. Pero nada de esto llega a nuestras casas, ni a la de nuestros alumnos. Sólo beneficia a quienes siempre saquearon nuestras riquezas: los terratenientes y monopolios exportadores (soja, petróleo, oro, aluminio). Es en beneficio de estos sectores que también pretende adecuar el sistema educativo con las leyes nacionales y provinciales de educación, la Ley de Educación Técnica y la Ley de Financiamiento Educativo. Leyes que nos hemos propuesto derogar.
Los trabajadores del Indec desnudaron la mentira de los índices truchos: la inflación de 2007 fue de 26% y la canasta alimentaria aumentó casi un 39% (datos reafirmados por Lozano, economista de la CTA).
Así las cosas, el gobierno nacional sólo llega a ofrecer (tras “arduas” negociaciones) un aumento del 24% en el salario mínimo garantizado. En marzo de 2007 los $ 1.040 eran el 47% de la canasta familiar de $ 2.200. Los $ 1.290 de ahora no llegan al 40% de los más de $ 3.200 de la canasta familiar actual. Y en algunas regiones de nuestro país la canasta familiar asciende a $ 4.500 o más.
Por otra parte, el Estado nacional (aplicando la Ley de Financiamiento) garantiza el tope salarial de $ 1.290 sólo en 11 jurisdicciones (las que ellos consideran más pobres). El resto tendrá que ser absorbido por los estados provinciales que, a su vez, son extorsionados por el gobierno nacional, producto de la injusta coparticipación federal y la ley de Responsabilidad Fiscal. Traslada el colapso educativo nacional responsabilizando a cada provincia.
El Estado nacional se queda con la recaudación, las provincias con los gastos y los docentes con los bolsillos flacos.
El gobierno nacional, golpeado por las luchas docentes del 2007, intenta impedir la nacionalización de la lucha y en lo posible los conflictos provinciales. Por eso pretende cercenar el derecho a huelga de los docentes que deberán “agotar las instancias de negociación (…) antes de realizar cualquier tipo de acciones unilaterales y/o medidas de acción directa” (punto 1.5 Acta del 22/02/08). Por ello es repudiable la actitud, principalmente de la Junta Ejecutiva de Ctera que, acompañada por los “paritarios” de CEA, Sadop, UDA y AMET dividen y frenan nuestra lucha en lugar de unificarla, impulsarla y organizarla. Han firmado sin consultar a los docentes un compromiso donde ni siquiera se menciona el salario básico, ni tampoco la movilidad del 82% para los jubilados del sistema nacional. Donde el blanqueo de las sumas en negro y de los tickets canasta es sólo una expresión de deseos (punto 1.4 del Acta).
Colaboran así con un gobierno que en las elecciones (en las que triunfó por amplio margen sobre sus contrincantes dentro del sistema) sólo sacó 3 votos de cada 10 empadronados. Gobierno que no puede disimular que es más de lo mismo. Gobierno que no es tan fuerte como quiere aparentar y por eso no logra frenar las luchas populares ni siquiera con represión. Por arriba las disputas no cesan, reflejando los conflictos y enfrentamiento entre las potencias imperialistas que se agravan (Turquía invadió a Irak, Rusia amenaza con usar la “fuerza militar bruta” en Kosovo) al calor de la crisis económica que se inició en los Estados Unidos y que inevitablemente se va a extender a todo el planeta. Por todo esto es un buen momento para luchar. Es posible y necesario unir la bronca creciente de los trabajadores y el pueblo para triunfar, como mostró Santa Cruz.
02 de octubre de 2010