El 21 de febrero, el estado fascista turco inició una operación militar con 10 mil
soldados contra las fuerzas guerrilleras del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) en Kurdistán del Sur y el norte de Irak, cerca de la frontera de Turquía.
Según denunció el PCML, los bombardeos turcos hicieron blanco indiscriminadamente en hospitales, escuelas y poblados civiles. Ante el fracaso de sus operaciones aéreas de mediados de diciembre, inició su ofensiva terrestre. La población kurdistana llevó a cabo diversas operaciones de resistencia, provocando bajas al ejército turco.
Todos los imperialistas se hicieron cómplices de la ofensiva. El régimen turco contó con la venia del imperialismo yanqui y la OTAN. Washington dio luz verde para una operación “limitada” en Kurdistán del Sur, a cambio de la complicidad turca con la ocupación imperialista de Irak y Afganistán. Por su parte, la Unión Europea también justificó el operativo fascista turco: “La UE entiende la necesidad de Turquía de defender sus ciudadanos ante los ataques”.
Pero los yanquis insistieron en su ya antigua preocupación por los efectos de la ofensiva turca anti-kurda sobre las agrupaciones kurdas de Irak, principal fuerza colaboracionista de la ocupación imperialista en el norte iraquí. “Estados Unidos cree que la actual ofensiva debe ser lo más corta y precisa posible”, sermoneó el secretario de Defensa norteamericano Robert Gates en Ankara, la capital de Turquía.
Kurdos: nación sin Estado
El estado turco no sólo busca terminar con el PKK en Kurdistán del Sur, sino principalmente impedir la formación de un Estado kurdo, a la vez que proyectar sus objetivos expansionistas sobre Mosul y Kirkuk en territorio iraquí.
El PKK se alzó en armas en 1984 con el objetivo de crear una patria kurda en el sudeste del país. Por eso fue catalogado por Estados Unidos y Turquía como fuerza “terrorista”, e impulsaron una criminal campaña militar de exterminio contra la guerrilla y la población kurda que la sostiene. Se trata de una nación sin Estado: el territorio kurdo histórico
se reparte entre Turquía, Irak y Siria. El PKK combate por la autodeterminación nacional.
“El Estado turco colonialista y fascista –señala el PCML– continúa con sus operaciones militares en Kurdistán del Norte y del Sur, y reprime al pueblo kurdo, sus organizaciones democráticas y su prensa, así como a sus diputados y alcaldes electos. Han recrudecido las detenciones, encarcelamientos y ejecuciones extrajudiciales… El pueblo kurdo ha
anunciado una vez más que no se someterá a la política de negación y aniquilación… Defendió a la guerrilla, marchando hace pocas semanas hacia las montañas de Kato contra las operaciones militares”.
El PCML llamó a todas las fuerzas rogresistas, revolucionarias y comunistas del mundo a apoyar activamente al pueblo kurdo en contra de la ocupación en Kurdistán del Sur y de los ataques del ejército colonialista turco.