Noticias

27 de noviembre de 2019

Ante las declaraciones de Rita Segato sobre Bolivia

Con gobiernos fascistas sólo podemos retroceder

Las declaraciones de Rita Segato a propósito de la situación en Bolivia fueron ampliamente cuestionadas en nuestro país, por erróneas e inoportunas. Mientras el pueblo boliviano resiste la avanzada fascista y esa lucha recibe solidaridades de todos los pueblos del continente, Segato hace declaraciones a la prensa poniendo el énfasis de su análisis en la crítica al gobierno de Evo Morales y su “responsabilidad” en el golpe. Esto además lo hace sin condenar en concreto al imperialismo yanqui, a los sectores fascistas y oligárquicos de la “medialuna blanca” de Bolivia y sin ponderar con toda su dimensión el impacto que ésta avanzada tiene en toda América Latina. Lo menos que se le puede decir es inoportuna, pero además su posición no da cuenta de cómo han operado esos actores en el golpe y traza líneas divisorias que no ayudan en los procesos populares. Hoy, esto nos lleva a cuestionarnos cómo desde el feminismo se analizan los procesos políticos y se participa en ellos.

La caída de Evo no vino de los sectores que critican “por izquierda”, por eso hablar de que “Evo cayó por su propio peso dejando un vacío de poder” es absolutamente funcional y oculta los meses de preparación de las condiciones de parte de sus ejecutores. Es evidente, que el golpe vino para avanzar con un proyecto que le garantice los intereses y privilegios a la oligarquía y los terratenientes, aliados y parásitos del imperialismo yanqui. El “descrédito general” del que habla Segato, que habría generado la falta de apoyo a Evo, no fue la causa de la salida del gobierno. Fue un golpe que desde un inicio vino a lo que estamos viendo por estos días: a matar, a masacrar, a pisotear a los y las indígenas, a apropiarse de los recursos naturales, a saquear las riquezas y empobrecer al pueblo, a retroceder con muchas conquistas y a desarmar a los movimientos sociales, sindicales, feministas e indígenas.

Segato cuestiona que al “Camacho malo” se le contraponga un “Evo perfecto”, ridiculizando el debate sobre la necesidad de defender un gobierno que, claramente no es perfecto, pero es necesario sostener para garantizar condiciones que permitan avanzar al pueblo. Es decir, está claro que quienes venimos repudiando el golpe no somos ciegos y ciegas ante posibles errores en su gobierno, sino que entendemos que es necesario tomar una posición inequívoca y sin vacilaciones porque nada bueno puede venir del fascismo y el imperialismo.

Pero, además, toda su crítica Segato la hace desde interpelarnos a las mujeres para que no dejemos que la “gestión de los caciques” ponga en un lugar secundario el machismo en los gobernantes. Es decir, Segato pone la línea divisoria en el actual conflicto de Bolivia entre un supuesto gobierno patriarcal y la lucha del feminismo por su liberación, forzando una contradicción que además de falsa es riesgosa ya que nos ubica a las mujeres en un lugar de gran funcionalidad a la derecha que viene a imponer un modelo que de ninguna manera puede ayudar en nuestra liberación.

No hay posibilidades de liberarnos del patriarcado sin liberación social, sin lucha contra el imperialismo, sin lucha contra esa derecha rancia, fascista, clasista, racista y patriarcal. ¿En qué ayuda al avance feminista imponer esta falsa contradicción? Y si nosotras fuéramos bolivianas ¿qué tendríamos que hacer en Bolivia, hoy? ¿Salir del “binarismo” que ella plantea y poner en el mismo plano a Evo y la derecha? (¿Los Evo con declaraciones machistas son lo mismo que los Camacho fascistas?), ¿Deberíamos guardarnos y esperar, mientras el pueblo lucha en la calle y enfrenta el golpe con su vida, porque total “Evo era igual que Bolsonaro”? Creo que hoy muchas de nosotras, que nos consideramos feministas, nos pondríamos al lado de las cholas de pollera y trenza para pelear. Porque el feminismo solo puede retroceder con gobiernos fascistas, clasistas y racistas como lo que hay ahora en Bolivia. Porque el feminismo tiene que necesariamente unirse al resto del pueblo, sino seremos indefectiblemente derrotadas.

Escribe Violeta Quaglia

Hoy N° 1793 27/11/2019