El primer día del paro, el gobierno desató una feroz represión en algunas ciudades, la que fue contestada con firmeza por los manifestantes. Por la noche las cacerolas se hicieron sentir repudiando la política del gobierno de Iván Duque.
El paro del 21 estuvo convocado por organizaciones sindicales, sociales, de originarios, estudiantiles y partidos políticos. Se sumó una gran variedad de sectores populares, unidos en el rechazo a las políticas del gobierno de Iván Duque.
Entre los reclamos principales, como se veía en los carteles, están la reforma laboral en curso, un salario mínimo insuficiente, la salud “indigna”, que la educación sea un negocio, el aumento del desempleo e informalidad laboral, las pensiones indignas, un modelo tributario “infame”, los asesinatos de dirigentes sociales, entre otros.
Como decía un joven “Se metieron con la generación que lo único que tenía para perder era el miedo, ni carro, ni casa, ni trabajo digno, ni pensión. Hoy quienes tienen miedo son los fascistas, y deben tenerlo porque a nosotros no nos van a dejar el país que se les dé la gana”. Esta convicción se expresó en las masivas marchas en todas las ciudades del país, y en el enfrentamiento en muchos casos contra el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la policía, que reprimió con balas de goma y gases en varias localidades. En Cali el alcalde llegó a decretar un toque de queda a partir de las 19 hs del día 21.
En las marchas se vio confluir trabajadores, estudiantes, originarios, organizaciones de mujeres, etc. Se hizo presente la situación de luchas que recorre toda Latinoamérica, expresadas en las wiphalas y banderas mapuches que se vieron en varias columnas.
Como se vio recientemente en Chile, un componente de las marchas fueron las “barras” de algunos clubes de fútbol, que se unieron al pueblo en el reclamo frente a estas políticas antipopulares. El 21 por la noche, un gran cacerolazo se hizo sentir en toda Colombia, en repudio a la represión, y reafirmando los motivos del paro.
El paro sigue
Con esta consigna, el 22 amaneció con bloqueos de carreteras en varias ciudades. Con el correr del día volvieron las manifestaciones y los enfrentamientos. Desde distintos sectores populares se denunció y se mostraron imágenes de saqueos organizados desde las unidades policiales, con el objetivo de cambiar el eje y justificar el despliegue de los militares y los toques de queda, que el 22 por la mañana se extendió a la capital Bogotá, y el 23 a todo el territorio nacional.
Pese a las medidas represivas, el 22 y durante el fin de semana volvieron a marchar miles y miles en Bogotá y otras ciudades, y por la noches se sintieron nuevamente los cacerolazos. Colombia se suma a la oleada de esta Latinoamérica rebelde.
Hoy N° 1793 27/11/2019