Antonio Benítez, conocido como “Tony”, nació en Corrientes, “por motivos de la vida”, según define, salió de Corrientes a los 16 años, sin terminar la primaria. Anduvo por Buenos Aires, Córdoba y La Plata. En esta última ciudad, hace seis años, conoció a su compañera, y más tarde se fueron a vivir a Salta.
Hace tres años, instalados ya en colonia Santa Rosa -pequeña localidad rural cercana al departamento de Orán- conoció la CCC. Allí se incorporó a su movimiento de Desocupados y Precarizados. Las necesidades propias y las de su pueblo fueron suficientes para trabajar en la construcción de la CCC y la FNC.
El flamante concejal describe la ciudad que lo acogió, como “un pueblo chiquito de cerca de 18 mil habitantes. La mayoría vive de trabajos temporales en el campo”.
Según cuenta, el tipo de producción en la zona es el citrus, el tomate y verdura de huerta. Producciones que son avasalladas por grandes terratenientes de la caña de azúcar. “Cada año se incrementa la desocupación, el 80% no tiene empleo estable, muchos apenas terminan la zafra migran a otras provincias”, agrega.
Cambiar la política
Antonio cuenta que, a partir de la necesidad de otro gobierno, decidieron integrar lista en el Frente de Todos. “Los compañeros me eligieron para que ocupe un lugar en la lista representando a nuestra organización”. El es uno de los nuevos concejales que entró. “Nosotros para las PASO hemos trabajado con el Partido de la Victoria, se presentaron 17 listas de concejales, de las que quedaron tres para la elección general”. Cuenta Antonio que el candidato a intendente de la lista no quedó. Se impuso finalmente el intendente actual que es del PJ.
Los dramas de Colonia Santa Rosa
Lo principal para Santa Rosa es atender los dramas sociales, según cuenta, porque el municipio tiene una estructura muy precarizada. “Desde la CCC hace tres años venimos atendiendo los problemas sociales, venimos a la cabeza con los comedores populares. A nosotros nos preocupan los barrios más necesitados.
El principal drama es la alta tasa de desocupación, que se incrementa en el verano, cuando terminan los trabajos. A la desocupación y las altas temperaturas que llegan a los 45 grados, Antonio agrega que la zona no tiene agua potable, porque Aguas del Norte está privatizado.
“Nuestro hospital está completamente abandonado, no hay médicos ni profesionales, no hay pediatra, no hay ginecólogo, nadie que atienda un parto. La mayoría de la gente tiene que hacer 150 kilómetros para ir a tener a su hijo. Nuestra zona es una de las más afectadas por el dengue en la provincia de Salta.
“Tenemos también problemas de los accesos, con calles de tierra, las calles están destrozadas, y no hay nada de infraestructura para los barrios.
“Los chicos que terminan la escuela no tienen oficio, y no tienen un porvenir. Bomberos voluntarios no cuenta con camiones para socorrer o hacer su trabajo. Hay un 20% de gente que vive en casas precarizadas, de nylon. El 80% de las casas son de madera, y cada año hay incendio de casas porque la gente cuando construye hace instalaciones a su manera, porque no hay para pagar a un electricista y siempre es un riesgo los incendios de casas. O cuando los padres van a trabajar y los chicos se quedan solos”.
Cuenta Antonio que tienen cerca de 1.500 empadronados, entre abuelos, madres embarazadas y chicos, en los comedores populares. Estos comedores son autogestionados por las economías populares: “los compañeros hacen pan casero, empanadas, alguna lota (bingo) y con lo que se recauda se le da de comer al menos a los chicos. Del Municipio no recibimos ayuda. A nivel provincial conseguimos que Desarrollo Social nos mandara leche, pero nunca alcanza. Y esto funciona gracias a los compañeros que tienen el Salario Social Complementario que se dedican el día entero a generar los recursos y hacer la comida para los chicos”.
Cuenta el compañero Benítez que hace dos años han impulsado que el Concejo Deliberante saque una ordenanza declarando a Santa Rosa en emergencia alimentaria. “Ahora que estamos en el Concejo queremos que esa ley se implemente porque fue aprobada por el Congreso, al igual que todas las leyes de emergencia que hacen falta”.
También plantea que es necesaria una ley de emergencia agraria, “porque acá los productores son lo que trabajan y no hay estímulo a la producción. La mayoría de los insumos están dolarizados. La última vez que censamos contabilizamos casi 300 productores muy pequeños: entre tres comparten una hectárea y comparten los gastos de alquiler de la tierra, y muchas veces de los insumos necesarios.
El ingenio El Tabacal, donde hacen azúcar plantan de 20 a 50 hectáreas que no generan trabajo porque son dos máquinas no más las que trabajan. Y un pequeño productor garantiza trabajo para 20 personas. “Nosotros queremos la ley de emergencia agraria, para presentarla a diputados y senadores de la provincia, con presupuestos para subsidios para producciones para poder seguir trabajando. También lo que planteamos es que se cree una cooperativa donde se puedan hacer los plantines”.
Compañeros de la FNC local están dirigiendo una huerta comunitaria, pero a la que le hace también falta la tierra y las herramientas para trabajar. “Hasta ahora los compañeros están trabajando en terrenos que presta alguno o que están sin ocupar”.
Consultado sobre cómo fue la campaña, dice: “fue bastante pesada, sin recursos económicos, con las familias poniéndose la campaña al hombro. No contábamos con banners, ni folletos para hacer propaganda. Era solo boca en boca de los compañeros que se han puesto las pilas para garantizar que hoy estemos en el Concejo. Tuvimos que competir con otra estructura, con otra gente que tenía otros recursos, pero ganó la lucha popular y los que venimos luchando en las calles”, finalizó.
Hoy N° 1793 27/11/2019
