El acto se llevó a cabo en el Salón de los Espejos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, que estuvo colmado con más de 400 personas, entre militantes, ex compañeros y dirigentes políticos y sindicales de la región, junto a delegaciones partidarias de otros regionales. Estaban presentes la compañera de Enrique, Yiya, sus hijas Ana y Paula, junto a otros familiares.
Fueron oradores: Iván Fleming, nieto de Enrique y militante de la Juventud Comunista Revolucionaria, Albina Vides, dirigente campesina de Asoma y miembro del comité zonal partidario; Juan Carlos Alderete, coordinador nacional del Movimiento de Desocupados y Precarizados de la CCC, presidente del PTP y miembro del Comité Central del PCR; y cerró el homenaje Jacinto Roldán, miembro del Comité Central del PCR. Estuvieron acompañados en el palco por el secretario del PCR zonal, Jorge “Alemán” Smith.
Iniciamos el acto con el Himno Nacional, acompañados por el tenor Hugo Ponce. A lo largo del homenaje se mencionaron la gran cantidad de presencias y adhesiones de personalidades y organizaciones amigas (ver recuadro). Se pasó un emotivo audiovisual reseñando la vida de Enrique, basado en una poesía que le hiciera su madre Marta. Cerramos la vibrante jornada, puño en alto, cantando el himno de los trabajadores de todo el mundo, La Internacional.
Iván Fleming
“Los jóvenes tenemos que aprender de Enrique”
Abuela, vieja, tía, camaradas, queridos amigos y amigas. Mañana se cumplen 45 años del asesinato de mi abuelo, de Enrique Rusconi. Para quienes no lo conocimos este homenaje es una forma de saber quién era, por qué lo mataron y de tomar su ejemplo.
Mi abuelo era comunista. Se afilió a la Federación Juvenil Comunista cuando tenía solo 14 años. Como a muchos de los jóvenes presentes hoy, en su casa se le pudría la momia si se le ocurría contar que militaba por el comunismo. Creo que Marta, su mamá, llegó a quemarle un diario alguna vez. Pero bueno, de a poco sus papás fueron conociendo en qué se había metido Enrique, es más Marta se terminó afiliando al PCR.
Él fue parte de quienes fundaron el Partido Comunista Revolucionario. Del que hoy quiero decir con orgullo que es mí Partido.
Al abuelo le había llegado en noviembre del 74 un boletín de discusión del Partido en el que el Comité Central trazó nuestra posición histórica «No a otro 55. Junto al pueblo peronista. Contra el golpe de Estado prorruso y proyanqui. Para avanzar en el camino de la revolución».
Enrique, a esa altura de su vida ya había sido presidente del Centro de Estudiantes de la facultad de Humanidades siendo estudiante de Historia y había trabajado en el frigorífico Swift de Berisso que era el centro de concentración obrera más grande de la zona.
Trabajaba como no docente en Arquitectura cuando fue a llevar y defender esa posición a una asamblea en esa facultad. Y la asamblea se pronunció contra el golpe.
Al mes siguiente lo fueron a buscar. El abuelo tenía 29 años, los había cumplido el día de la primavera, el día del estudiante. Estaba en su casa en Tolosa con la abuela Yiya y con mi vieja, Ana, que tenía un año y la tía Pau que tenía menos de un mes, en frente suyo, ese 7 de diciembre, nos arrebataron a Enrique. Nos lo arrebataron a todos. Al pueblo, al Partido, a mi familia.
Hay algunas cosas que creo que los jóvenes tenemos que aprender de Enrique. En primer lugar de esa actitud de llevar a todos lados y defender en el lugar que sea que estés las posiciones del Partido, y pelear para que el pueblo las tome en sus manos. Y la otra es su valentía y su lucidez para enfrentar a los enemigos del pueblo y de la patria, como cuando dijo: “Ustedes no son policías, son rusos, quieren el golpe. Si me van a matar, me van a matar acá, carajo” y marcó para siempre a sus asesinos y salvó al Partido. Salvó al Partido porque los golpistas pretendían hacernos creer que era el gobierno de Isabel el que asesinaba a nuestros camaradas para que cambiemos nuestra posición.
Pero el Partido y mi abuelo lamentablemente tenían razón. Se venía un golpe. Un golpe que venía a terminar con toda esa rebeldía que contiene nuestro pueblo. Venían a terminar con esa cosa de que haya cuerpos de delegados en las fábricas, en las facultades, en las escuelas y la gente se organice en ellos. Porque claro, los cuerpos de delegados ponían en manifiesto el poder que tiene la clase obrera, el poder de un pueblo unido. Poder que puede poner ciudades, provincias y países enteros bajo control de los obreros y del pueblo. Había ejemplos. La revolución Rusa, la querida revolución Cubana con el Comandante Che Guevara y acá en Argentina el Cordobazo trazaba un camino. El golpe vino a frenar con sangre ese auge obrero y popular, y a voltear esas chimeneas de un país con industrias que levantó Perón.
Teníamos razón. Había que defender a Isabel Perón. Atacarla y debilitarla era ayudar a quienes querían el golpe y dentro de los que querían el golpe, vale aclarar, se encontraba el imperialismo yanqui y el imperialismo ruso.
Ese es el otro gran tema. Porque algunos se reían de nosotros. El diario La Nación llegó a decir de los militantes del PCR que estaban “Borrachos de Vodka” por hablar de los rusos en la Argentina. Pero fue el PCR el que con todas las letras denunció los preparativos golpistas, se pronunció y trabajó contra el golpe, y desnudó el papel activo del imperialismo ruso. Y no porque nos haya tocado ninguna varita mágica, sino porque aprendimos. Aprendimos sobre todo de un tipo que se llamaba Mao Tsetung.
Mao Tsetung, quien lideró la revolución China desde sus inicios hasta su muerte, en ese momento fue el que dijo que la Unión Soviética, que había sido el faro revolucionario para los pueblos oprimidos del mundo, había cambiado su carácter en el año 1956 y se había transformado en socialimperialista. Socialista de palabra pero imperialista en los hechos.
También, gracias al Maoísmo pudimos caracterizar a la Argentina como un país dependiente, oprimido y disputado por varios imperialismos.
Borrachos de vodka estaban todos los que por izquierda o por derecha terminaron apoyando el Golpe de Estado y hoy deberían explicar. Nosotros tuvimos razón. Porque lo que vino después fue la dictadura más sangrienta de nuestra historia que nos costó 30 mil compañeros y compañeras desaparecidos.
Para muchos de nosotros es la primera vez que escuchamos y vivimos tan de cerca un Golpe de Estado.
Lo que está sucediendo en toda América Latina y particularmente en Bolivia es preocupante.
Estados Unidos con Trump, demostró que está dispuesto a impulsar golpes de Estado, a quemar las banderas de nuestros pueblos originarios, a asesinar, a torturar, a violar y hasta a reprimir funerales para dominar lo que ellos consideran su patio trasero.
Pero los pueblos de la patria grande y del mundo también demostramos que estamos dispuestos a dejar la vida para defender nuestros derechos, nuestra soberanía y nuestros recursos. Grandes movilizaciones sacuden el continente: la heroica resistencia del pueblo boliviano contra el golpe, el gran levantamiento del pueblo Chileno, y las grandes luchas en Colombia, Ecuador, Haití y Puerto Rico. También hay luchas en Francia, Alemania, Irak y contra el mismo Trump en Estados Unidos.
Las potencias imperialistas se disputan el mundo y América Latina como si fuera un ajedrez. Sabemos que el imperialismo yanqui es el más peligroso y agresivo del mundo y lo enfrentamos sin descuidarnos de las maniobras de los imperialismos como el ruso y el chino. Porque como decía el Che, “no se puede confiar en los imperialismos, ni tantito así, nada”.
Acá en Argentina venimos de derrotar a una de las más importantes piezas del ajedrez en la que se apoyó Trump, derrotamos al gobierno de Macri.
Partimos del ejemplo de esas organizaciones sociales llamadas Los Cayetanos, con nuestra querida Corriente Clasista y Combativa, y así peleamos unir toda esa bronca que se expresó en el Frente de Todos. ¿Se imaginan cómo sería el escenario Latinoamericano hoy si hubiera ganado Macri?
Nuestro Partido también tomó una definición trascendental en el último tiempo. Dijimos unir todo contra Macri, en las calles y en las urnas, y así lo hicimos.
Esa rebeldía con la que pretendía acabar la dictadura, esa rebeldía y esa actitud de ganarse la confianza y el corazón de su pueblo y dejar la vida por la revolución que tenía Enrique sigue viva en los jóvenes de Argentina, de Latinoamérica y del mundo.
Acá en el Astillero Río Santiago los jóvenes fuimos protagonistas de la unidad contra Macri. Se marcó el camino el año pasado cuando el gobierno quiso dinamitar el Astillero. Se unieron, lucharon y mantuvieron abierta la fábrica. Toda esa rebeldía tuvo frutos en las elecciones del gremio, en la que la lista Blanca Unidad, que unió a peronistas y comunistas revolucionarios ganó y fortaleció uno de los centros obreros más importantes del país.
Esa rebeldía sigue viva en los jóvenes de la Federación Nacional Campesina y de Asoma en la lucha por el acceso a la tierra para vivir y trabajar.
En las mujeres que durante todo este año y el anterior se rompieron el lomo para realizar con éxito nada más y nada menos que el Encuentro Nacional de Mujeres más masivo de la historia de los Encuentros. Más de 200 mil coparon La Plata, y pudieron expresar sus luchas, sus historias, sus vidas, sus pensamientos, reír, llorar, y hacer la marcha más grande que nuestra ciudad haya visto. Ni la tormenta las paró. Entre todas lo defendieron y lograron mantener su carácter autónomo, democrático, autoconvocado, horizontal, federal, plurinacional, plural, autofinanciado y diverso, para que siga siendo de todas.
La Juventud de la Corriente Clasista y Combativa que viene de lograr la aprobación en el Congreso de la Emergencia Alimentaria, un histórico avance en la pelea para que nadie pase hambre en nuestro país.
Los pibes y las pibas en los barrios que en sus CAACs se juntan a realizar innumerables actividades culturales y deportivas pero sobre todo a luchar contra la droga, esa mierda que nos quieren meter a los jóvenes para mantenernos dormidos. Esos pibes y pibas que marchan mañana a su segundo Encuentro Nacional de #NiUnPibeMenosPorLaDroga y continúan la pelea por la declaración de la Emergencia en adicciones.
Los estudiantes secundarios y universitarios venimos de enfrentar a un gobierno que atacó a la educación pública. Que desprecia eso de que los de abajo accedamos al libro, a la lapicera y a un trabajo digno después de terminar los estudios.
Esto de que haya Cuerpos de Delegados para que todos sean protagonistas y que el poder lo tenga la gente tiene su expresión en el movimiento estudiantil secundario de la ciudad, con el Movimiento de Unidad Secundaria que crece y viene de poner los centros de estudiantes del Albert Thomas, del Normal 2, del Normal 3, del Colegio de Estudiantes de La Plata en manos de los estudiantes, y que conduce en unidad el centro de estudiantes del Colegio Nacional.
Los militantes de la JCR muchas veces acertamos, otras tantas nos equivocamos. Cuando nos equivocamos, retrocedemos o nos dan golpes. Venimos de perder las elecciones en los Centros de Estudiantes de la UNLP. Tendremos que reconocer en qué nos equivocamos, pensar en las causas de nuestros errores y revertirlos. Eso también aprendemos del Maoísmo.
Pero eso sí, tenemos que escuchar a las masas, argumentar, intercambiar ideas en el debate y no etiquetar a los compañeros y compañeras con los que compartimos el día a día. Esto lo aprendimos de Otto Vargas, entrañable camarada del que tanto seguimos aprendiendo y tanto nos queda por aprender y del que en pocos meses se cumple 1 año de su fallecimiento.
Que quede claro, la actitud de la juventud, es la actitud de que vamos a cambiarlo todo. Pero no solo la superficie de los problemas de nuestro país. Los pibes y las pibas estudiamos para encontrar las raíces de cada una de las injusticias que tiene que vivir nuestro pueblo para destruirlas. En la Argentina y en el mundo. Si no me creen, vean quienes son primera línea en los enfrentamientos contra los yanquis en toda Latinoamérica.
Esa actitud la heredamos del abuelo Enrique, la heredamos de Otto Vargas, de camaradas como René Salamanca, de Cesar Gody Álvarez y de tantos otros.
Que no quepa duda que vamos a destruir este Estado que nos oprime y que vamos a construir otro. Donde el pueblo pueda escribir su propio destino, pueda decidir qué producir, cuánto producir y cómo distribuir lo producido. Donde la gente en la fábrica, en el campo, en el barrio, en los hospitales, en las escuelas, en las universidades y en cada rincón de nuestro pueblo sea protagonista de la revolución que tendrá lugar en Argentina, en nuestra Patria Grande y en el mundo más temprano que tarde.
Por último, si me permiten, me gustaría contar una anécdota. Hace no mucho con mi prima Candela, fuimos a cenar a lo de la abuela Yiya, compañera de Enrique. Le mostramos a la abuela algunas canciones de Wos, un músico que hoy despierta esa rebeldía de la juventud.
Después de escuchar las canciones la abuela se puso mal pero no lloró. Y con la calma con la que siempre lo hace, nos explicó lo que pensaba.
Nos dijo que ese dolor que se expresa en sus canciones, es un dolor que generaciones pasadas comparten. Le parecía justo y se conmovió porque se hiciera notar en esas canciones el dolor que hay que tener por todo lo que se vive. Sin embargo dijo, con claridad, que le parecía que le faltaba algo. Algo que quizás su generación pensaba que estaba a la vuelta de la esquina. Algo que era por lo que luchaba el abuelo y por lo que lo quisieron matar, pero no pudieron. Algo por lo que luchamos hoy y me puso como ejemplo los avances que estamos teniendo los estudiantes secundarios. En fin, algo que, como dijo ella, tarde o temprano, algún día, va a pasar. La vamos a hacer. Si no nosotros, nuestros hijos o nietos. La revolución.
Dice que es importante que nuestra generación sepa que hay una salida, porque hay quienes nos quieren ver rotos, nos quieren hacer mierda. Son muchas las armas para hacernos creer que no se pueden cambiar las cosas, el escepticismo es su mejor arma y de ahí tiene muchas variantes, la droga es una de ellas. Es como nos quieren romper, nos quieren quebrar. Pero hay una salida.
Yo le quiero decir a la abuela, que se quede tranquila, que hay otra canción de Wos que dice claramente, que a los pibes y a las pibas nos sobra la fuerza para ganar el partido.
Camarada Enrique Rusconi hasta la victoria siempre. Que viva el Partido Comunista Revolucionario.
Albina Vides
“No tienen que ser estatua, tienen que ser bandera”
En primer lugar, quiero saludar a los amigos, a los aliados, a los camaradas, pero en especial a la camarada Yiya y a sus hijas Paula y Ana.
Es un orgullo para mí compartir este escenario con el camarada Juan Carlos Alderete, con el camarada Jacinto, con el joven Iván. Muy difícil hablar con el corazón lleno de emoción.
Es un honor para mí, en primer lugar, poder hablar en este homenaje al camarada Enrique Rusconi. Nosotros, que ni siquiera habíamos nacido al momento de su asesinato, hemos aprendido en nuestro Partido a conocer y honrar a aquellos hombres y mujeres que pelean hasta el último minuto de su vida por terminar con la opresión de nuestros pueblos y la explotación del hombre por el hombre. Vamos conociendo la historia de la lucha de nuestros pueblos oprimidos por liberarse.
Liberarse significa destruir este estado que es sostén del yugo del imperialismo y de los terratenientes.
En este conocer la historia, no de manera dogmática sino para aprender de la historia viva, del ejemplo de los hombres y mujeres de carne y hueso que marcaron, y marcan una actitud, una línea, una política, y una ideología dentro del vasto campo popular, nacional y democrático como Enrique.
El golpe del 24/03/1976 fue parte de la ofensiva imperialista y terrateniente que asoló en la década del setenta en América Latina. Pretendieron ahogar a sangre y fuego el auge de luchas revolucionarias. Podríamos decir que conmovió el mundo y en América Latina en particular.
Pero también fue trinchera de combate entre los imperialismos por la disputa por el control del mundo, que produjo procesos distintos en los países oprimidos.
Así como en Brasil, Chile y Uruguay lo principal fue parte del Plan del imperialismo yanqui por recuperar su hegemonía. En estos lugares como Argentina predominó el imperialismo ruso que le dio una particularidad al golpe. Pero eso algunos pretendieron vestirlo de nacional y popular, partiendo que en todo caso que era socialismo burocratizado. No viendo, en el mejor de los casos, su degeneración y transformación imperialista.
Enrique fue uno de los abanderados junto las masas peronistas de pronunciarse y enfrentar el golpe al gobierno tercermundista de Isabel Perón. Pero ante la inminencia de su asesinato fue más a fondo y denunció con nombre y apellido a ese nuevo imperialismo.
En 1989 cayó el muro, cayó la careta de la URSS. Para millones se desnudó el carácter opresor imperialista de la URSS. Pero los imperialismos teorizaron que era el fin de la historia, que el socialismo había fracasado. Como maoístas aprendimos que donde hay opresión hay rebelión.
Hoy asistimos entusiasmados a los levantamientos populares que recorren América Latina, que cuestionan el orden establecido, que ya no debemos seguir viviendo como vivimos. Haití, Puerto Rico, Ecuador, Chile los pueblos se rebelan, generando una crisis política. Conmueve la resistencia al golpe de Estado en mi patria, Bolivia. Me duele mi patria, me duele América Latina, me duelen mis hermanos campesinos y originarios. La sangre corre, reclama justicia y es sin cuartel la lucha. Violan a nuestras mujeres, matan a nuestros jóvenes y torturan a nuestros indios y queman la wiphala.
El Estado de las clases dominantes descargó todo su poder, el imperialismo yanqui busca recomponer su patio trasero. Los rusos consienten, los chinos silencian.
Pero la crisis es mundial, estalla Hong Kong, Irán, Irak. La huelga conmueve Francia. ¿Quién paga la crisis financiera internacional? ¿Quién controla los mercados? Los imperialismos disputan entre sí. Esa disputa nos conviene, que se dividan nos conviene, la lucha los divide.
Pero nosotros necesitamos gestar nuestro propio camino, lo vamos gestando, enfrentando al enemigo de a uno. Hoy podemos decir chau Macri gracias al Frente de Todos, encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Fue esa gran unidad de 16 partidos lo que nos permitió derrotarlos.
Pero nos dejan tierra arrasada. Organizan su fuerza y se preparan en la esquina esperando que metamos las patas en la zanja.
En nuestro pueblo hay una esperanza. Los comunistas revolucionarios acompañamos esa esperanza, y peleamos porque la crisis la paguen los que se enriquecieron: los monopolios imperialistas, financieros, agroexportadores, energéticos y terratenientes.
Se van a cruzar ante cualquier intento de tomar medidas a favor del pueblo. Nuestro desafío es seguir en las calles para impedirlo y para lograr temas urgentes. Para los campesinos, el hambre y poder producir es nuestra principal angustia, tenemos que seguir en las calles, pero unidos a los trabajadores, precarizados, profesionales, estudiantes y todo el pueblo. Y tenemos que estar preparados por si la situación se precipita. Poder cumplir como partido el papel de vanguardia para avanzar en el camino liberador.
El pueblo ha sido el protagonista de la derrota a Macri. Los pueblos de América Latina hoy son protagonistas. Para avanzar en un desenlace a favor del pueblo es necesaria una vanguardia capaz de conducir a las masas en la lucha por el poder. Ese es nuestro desafío.
¿Cómo hacemos para que las nuevas generaciones, nuestros jóvenes y los que van a venir conozcan la historia y el camino que nos dejaron los que hoy no están, y dejaron la vida en la lucha por cambiar este estado opresor a favor del pueblo? Historia que nos lleva a conocer y transitar el camino de la liberación. Con nuestra bandera que hoy flamea en nombre de nuestros mártires y al calor de la lucha, y la resistencia del pueblo. No hay cabida para el olvido. El olvido sería traición.
No tienen que ser estatua, tienen que ser bandera. La sangre de Enrique Rusconi junto a los 30 mil desaparecidos es un jalón en la lucha para destruir este Estado podrido. Hoy estamos en una nueva vuelta. Toda nuestra solidaridad con la lucha de los pueblos hermanos de América Latina y el mundo.
Gloria y honor al camarada Enrique Rusconi. Viva la alianza obrero-campesina. Viva el Comité Central. Viva el PCR. Viva nuestro líder, Otto Vargas, y sus enseñanzas.
Juan Carlos Alderete
“El mejor homenaje a nuestros mártires es lograr el objetivo trazado”
Queridos camaradas, amigos, familiares de nuestro querido Enrique Rusconi, realmente es un orgullo enrome que me están dando, haberme invitado a este acto homenaje.
Recuerdo, cuando me afilé al PCR, allá por el año 75, porque tenía mucha bronca, cuando el tradicional PC en Argentina buscaba un gobierno cívico militar. Ese odio por asesinar a un verdadero comunista revolucionario que buscaba la unidad con el peronismo para defender un gobierno democrático.
Aquellos que teníamos trabajo en ese momento, sabíamos muy bien de los contratos de trabajo que se habían logrado con la lucha y la pelea, y que Isabel Martínez de Perón había avalado. Hoy lo fuimos perdiendo. Era un contrato de trabajo muy bueno.
No nos podíamos olvidar que el gobierno de Isabel también había nacionalizado las bocas de expendio de la Shell. Nosotros no acordábamos con la política que estaba llevando adelante Isabel. Pero por supuesto que las descalificaciones eran tremendas. Nos llamaron lopezreguistas para justificar los asesinatos. Los asesinatos tienen nombre y apellido: eran los prorrusos en la Argentina. Esos prorrusos que hoy siguen burlándose de nuestro querido Partido Comunista Revolucionario, como el grupo Clarín que recientemente descalificó a nuestro querido compañero y secretario general Otto Vargas. Pero así es como ellos se comportan.
Ustedes, la juventud. Esa juventud maravillosa que tenemos, que realmente nos hace pensar, que defiende la línea de querer la revolución, realmente decimos estamos cada vez más cerca de poder conseguir el objetivo que nos hemos trazado.
De esos golpes que nos dieron, también fuimos aprendiendo. Recuerdo que el PC tradicional festejó en las cárceles el golpe de Estado del 76. ¿Cómo nos vamos a olvidar? Y por supuesto que nos odian. Y nos odian también porque buscamos permanentemente la unidad con las masas peronistas y con la masa católica.
Todo este recorrido que hemos tenido últimamente, estamos seguros porque vamos a defender esa unidad con la masa peronista y con la masa católica. Podemos pensar también que más tarde o más temprano va a sonar el escarmiento, entonces sí podremos lograr el objetivo, para que nuestro pueblo sea feliz.
Por supuesto que esa juventud que tenemos tiene una valentía enorme, una iniciativa enorme, que muchas veces nos ayuda a nosotros a empujar cada vez más, sin importar el tiempo, las horas. Es la misma juventud que nos defiende en los peores momentos.
Justamente mañana y pasado se realiza en Encuentro por Ni un pibe menos por la droga. Cuando se lanzó ese movimiento, algunos dirigentes nos habíamos equivocado en las declaraciones públicas cuando dijimos “ahora que vengan los narcos, nos vamos preparando porque les vamos a dar guerra”. Fue un error político. Quienes estuvieron cuando empezamos a sufrir los atentados, quienes estuvieron cuando recibimos amenazas permanentemente fue nuestra juventud. Mujeres y hombres.
Esa juventud, con esa valentía, nos enseñaba como todo lo que sembró Enrique Rusconi y que se ve acá en el zonal de La Plata. Porque no nos podemos olvidar que las zonas de La Plata y Córdoba eran el centro para hacernos desaparecer como Partido. Y muchos de los que están acá supieron defender la bandera del Partido Comunista Revolucionario, los objetivos que se trazaban en las empresas que nos habíamos fijado; y hoy, por ese Partido Comunista Revolucionario de La Plata nos sentimos realmente orgullosos de que levantaron esa bandera, la defendieron, y han crecido.
Por eso nos pone tremendamente feliz y contentos cuando vemos que se incorporan más a la juventud. Por supuesto, no es suficiente todavía, seguimos siendo chicos. Por eso es que tenemos que ir a un Partido Comunista Revolucionario a seguir afiliando, y que sea un partido de masas. Cada vez necesitamos más, porque entonces sí, el mejor homenaje que podemos hacer a nuestros mártires, a nuestros patriotas, a nuestros revolucionarios y a nuestros camaradas es intentar lograr el objetivo que nos hemos trazado.
En este recorrido de unidad que hemos hecho con Barrios de Pie, con Movimiento Evita, creemos que no nos vamos a equivocar: la unidad con el peronismo y la masa peronista vino para quedarse. Y la unidad con los católicos vino para quedarse. Eso es lo que nosotros tenemos que defender. Porque estamos seguros, no tenemos duda, de que sin la masa católica, sin la masa peronista es imposible que se le dé felicidad a nuestro pueblo. Y esa va a ser nuestra meta.
Para los mártires como René Salamanca, como Enrique Rusconi jamás los olvidaremos. Alvina decía: olvidar es una traición.
Finalmente, quiero decirles que cuando me afilié en el año 1975, cuando yo militaba en las villas de Capital, lo primero que me empezaron a contar, cómo habían sido asesinados los cinco camaradas de La Plata, pero particularmente Enrique Rusconi. Mi primer hijo varón nació en el año 1975, y justamente le puse Enrique.
Jacinto Roldán
“Defendemos con orgullo el legado de Enrique Rusconi”
Saludo a los compañeros de otras fuerzas que nos acompañan y a todas las compañeras y compañeros que llegaron hasta acá para rendir homenaje a un camarada que fue asesinado hace 45 años. Un camarada que dio lo mejor de sí para la lucha y para el PCR.
El 7 de diciembre de 1974 fue asesinado por las bandas golpistas. Justamente un mes después que el PCR tomara la decisión de enfrentar el golpe, proyanqui o prorruso.
Un año y 3 meses después, el 24 de marzo de 1976, se impuso en Argentina la dictadura de Videla-Viola. La más fascista y sangrienta que conociera nuestro pueblo.
Enrique era un joven de 29 años que decidió poner su vida al servicio de la revolución y su Partido, el PCR.
Eran tiempos donde el triunfo de la Revolución Cubana sacudió América Latina, vibraba el mundo con el Mayo Francés, la derrota yanqui en Vietnam, y la Revolución Cultural Proletaria en China, con Mao Tsetung a la cabeza. En ese momento China enfrentaba la restauración capitalista.
Acá en Argentina, el Cordobazo y demás puebladas abrían un impresionante auge de luchas obreras y populares, que inundó las fábricas y los barrios de delegados. Esos delegados de sección y de manzana, en el campo, en las escuelas secundarias y en la universidad, fueron un gran instrumento para que las masas pudieran protagonizar las luchas que conmovieron los cimientos del Estado oligárquico imperialista. Ese Estado opresor que hoy seguimos padeciendo.
En esos tiempos, cuando recién fundábamos el Partido –Enrique fue parte de los fundadores del PCR-, éramos muy jóvenes, fuimos dando batalla a las teorías que los revisionistas soviéticos nos vendían como verdades reveladas. Una de esas teorías de los revisionistas soviéticos y de la dirección del PC fue que en América Latina era imposible el triunfo de la revolución, porque era el patio trasero de los yanquis.
El triunfo de la Revolución Cubana tiró por la borda la teoría de que en el patio trasero del imperialismo yanqui no era posible la revolución. Esto vale para ahora, con la situación que se está viviendo.
Y con el ejemplo del Che Guevara, creció en la Argentina una corriente grande de izquierda. Era una izquierda revolucionaria con distintas ideas y fundamentos. Esa oleada está en el origen de la fundación de nuestro Partido. Eran tiempos en los que miles de jóvenes como Enrique, estábamos dispuestos a dar la vida por la revolución.
En esos jóvenes había distintas ideas. Algunos entendían que la revolución la hacían los revolucionarios para las masas. Otros pensaban que la revolución estaba a la vuelta de la esquina, que era una lucha corta: nos armábamos y tomábamos el poder. Una cosa rápida. Eso se fue chocando con la realidad.
En esa izquierda una parte grande sostenía que para hacer la revolución había que desperonizar a las masas. No estaba bien, porque en la Argentina en ese tiempo millones tomaban como reivindicación política la vuelta de Perón, porque entendían que así se iban a resolver sus problemas.
El triunfo de la Revolución China en el país más poblado de la tierra no se conocía, y a Mao Tsetung se lo consideraban una mala palabra. O en todo caso, un campesino cuya teoría servía para un pueblo atrasado, para un campesinado atrasado como el chino. Había un poco de soberbia intelectual en una parte de los teóricos que consideraban que era así.
Nosotros, después de la ruptura con el PC, estuvimos siempre a la cabeza de la lucha de las masas contra la dictadura de Onganía. En ese momento se nos fueron planteando nuevos problemas. Veníamos luchando todos juntos contra la dictadura proyanqui de Onganía y Levingston. Pero de pronto, en un golpe de manos en el ejército queda de presidente el general Lanusse.
Cuando asume el general Lanusse, que no era un hombre de los yanquis, muchos con los que estábamos juntos enfrentando la dictadura de Onganía, de repente pasaron a decir “bueno, ahora hay que esperar” y frenaban las luchas. Eso nos causó una gran sorpresa. ¿Que se podía esperar de ese general gorila, asesino del pueblo con la Revolución Libertadora de 1955?
Primero no entendíamos bien. Pero no aceptamos. Aquí en la Universidad de La Plata, frente a los que decían que había que esperar, Enrique metió la consigna “Lanusse-Onganía la misma porquería”. Esa posición posiblemente fue la que lo llevó a la cárcel en 1972, ya bajo la dictadura de Lanusse.
Por esos tiempos, cuando se hablaba de imperialismo en Argentina, solo se veía al imperialismo yanqui. Después, con la llegada al maoísmo fuimos comprendiendo que en el mundo y en Argentina no había un solo imperialismo. Por aquellos tiempos ya dos superpotencias imperialistas se disputaban el mundo. Los yanquis y la Unión Soviética, la gloriosa Unión Soviética que había cambiado de color y se había transformado en capitalista y después en imperialista. En 1957 se había restaurado el capitalismo en la URSS. Era un mundo bipolar. Hoy también están los yanquis, los rusos y los chinos. Esta es una de las cosas que tiene importancia de este período, que nosotros vivimos y enfrentamos,
La categoría de socialimperialismo la planteó Mao Tsetung en 1964, fiel al leninismo dijo que la Unión Soviética se había transformado en un país imperialista, socialista de palabra, imperialista en los hechos. Nosotros lo precisamos años después. Y sobre la base de esa categoría marxista-leninista pasamos a ver cómo trabajaba en la Argentina ese imperialismo y cómo iba agrupando fuerzas para el golpe de Estado. Nosotros, desde la política y con la ayuda del maoísmo fuimos aprendiendo y entendiendo, y pasamos a denunciar la profundidad de las raíces económicas, políticas y militares del nuevo imperialismo en nuestro país. ¡Para qué! Qué no nos dijeron, El diario oligárquico La Nación dijo que estábamos “borrachos de vodka”. La denuncia de que la gloriosa Unión Soviética había cambiado de color sorprendió e impactó.
Tengan en cuenta compañeros que esto que uno dice así, sencillo, no fue fácil. El imperialismo yanqui era un enemigo conocido y odiado por los pueblos, todos éramos antiyanquis. Pero lo que no estaba claro era que en la Unión Soviética se había restaurado el capitalismo y se había convertido en una potencia imperialista. Generaciones de comunistas tenían como punto de referencia la patria de Lenin y Stalin, donde por primera vez la clase obrera había construido el socialismo. La mayoría de la izquierda en la Argentina consideraba que la Unión Soviética era amiga de los pueblos.
Sin el maoísmo nosotros no hubiéramos llegado a la posición a la que llegó nuestro Comité Central en noviembre de 1974. Nuestra consigna fue: “No a otro ‘55, junto al pueblo peronista, contra el golpe proyanqui o prorruso para avanzar en el camino de la revolución”.
A partir de esa definición y esa denuncia empezaron los asesinatos. El primero fue el camarada Winer en la Capital Federal. Ese asesinato lo firmó el grupo Mazorca, grupo que no existía y nunca más apareció. En esa denuncia de la URSS como imperialista está la verdadera razón de la división de la izquierda.
No voy a relatar todo este proceso que terminó en el golpe. Lo hemos contado suficientemente durante estos 45 años y están los documentos escritos.
Pero sí voy a decir que a partir de la muerte de Perón, el 1° de julio de 1974, la situación política se precipitó. Las clases dominantes, los imperialistas tanto rusos como yanquis, decidieron que había llegado el momento de sacar del medio al gobierno de Isabel Perón.
Ubicamos la batalla antigolpista como parte de la lucha antiimperialista. Frente a eso había dos opciones. Ser furgón de cola de los golpistas proimperialistas, principalmente prorrusos o tener una política para que el proletariado y el pueblo pueda encabezar la lucha contra el golpe.
Después que el Comité Central en noviembre de 1974 se pronunciara contra todo golpe de estado vinieron los asesinatos.
En la lucha contra el golpe el destacamento más avanzado del proletariado argentino, fue el SMATA Córdoba, con Salamanca a la cabeza del sindicato y Gody Álvarez a la cabeza del PCR.
Quiero contar que el día 5 de diciembre Enrique me acompañó a la terminal de ómnibus porque yo iba a una reunión de la comisión política nacional, y ahí me dijo: en la Capital Federal han matado a Daniel Winer, a quien yo no conocía. Enrique me dice “¿vos crees que eso puede pasar acá? Enrique había estado preso con Winer bajo la dictadura de Lanusse. Como había una reunión de la dirección de La Plata el sábado 7, le dije “discutámoslo el sábado, pero en todo caso tomemos medidas”.
Ese sábado 7 de diciembre a las 6 de la mañana lo asesinaron a Enrique. Su actitud heroica frente a sus asesinos fue impresionante. La respuesta del PCR de La Plata y su juventud que llevó su denuncia con pintadas, con volantes por miles a las masas obreras, campesinas, estudiantiles y populares, con solicitadas en los diarios denunciando a los golpistas, también fue impresionante. En esa reunión de dirección, acá hay camaradas que recordarán, pasaron muchas cosas. Se lloraba porque no se entendía. Se pensaba que nos podían golpear, pero hasta ese momento nunca pensamos que nos podían matar como nos mataron. El asesinato de Enrique fue a mansalva, porque no se dejó llevar. Las itakas perforaron a Enrique en mil pedazos.
En esa reunión, junto con el llanto, algunos de nosotros teníamos mucho odio. Lo primero que discutimos fue que no nos teníamos que paralizar, que teníamos que salir a denunciar. Cuando salimos a denunciar, los compañeros del Partido y de la Juventud pasaron a jugar. Acá hay un camarada que le pateó la puerta a Kraiselburd, que no había sacado dos palabras aunque habíamos sacado una solicitada en el diario El Día. Frente al el asesinato, el Partido y la Juventud de La Plata no se paralizaron. Podemos estar toda la tarde contando las cosas que se hicieron.
Eso que hizo el Partido y su Juventud fue conmovedor. Después asesinaron a Herminia, Ana María, Carlos y David cuando estaban haciendo una pintada, a los pocos días asesinaron a Guillermo Gerini, metieron presos entre 59 y 62 a camaradas, el Partido y su Juventud seguimos denunciando y nos hacíamos sentir, pudimos convertir el odio y el dolor en lucha.
Acá está la camarada Norma, que era obrera de la carne, era el centro del trabajo en esta zona.
La posición nacional del Comité Central, el heroísmo de Enrique frente a sus asesinos y la posición del Comité de La Plata nos permitió a los verdaderos comunistas avanzar en nuestra relación con las masas peronistas del frigorífico Swift. Esas masas que habían hecho el gran levantamiento obrero del 17 de octubre de 1945 y que miraban con desconfianza a los comunistas por los errores gorilas del viejo PC, nos pasaron a recibir en sus casas y a luchar codo a codo con nosotros, como se demostró después en la heroica huelga larga de 1979, ya enfrentado a la dictadura de Videla-Viola. Esto es clave para un país como el nuestro, porque sin esas masas peronistas no va a haber revolución triunfante en la Argentina.
El golpe pasó. Todo el pueblo argentino fue víctima de esa dictadura fascista. Miles de muertos, 30 mil desaparecidos, presos, torturados, niños usurpados. Esta fue la revancha impresionante de los que dieron el golpe, y todo al servicio de una política de hambre y entrega nacional. La magnitud de tanto terror para terminar con la oleada de luchas que recorrían la Argentina, reafirma la justeza de la lucha antigolpista que llevamos adelante en ese momento.
Pero es válido preguntarse, para sacar enseñanzas quién tenía razón: los que enfrentamos el golpe aún a costa de sufrir la cárcel, o perder la propia vida como Enrique y tantos queridos camaradas, o los que decían que “Mejor que Isabel Perón cualquier cosa”.
El único que dijo que en Argentina hubo un partido, el PCR, que había luchado contra el golpe, fue el Papa Francisco en su libro El jesuita. Sobre nosotros, las mentiras que se decían eran que mientras el Comité Central tomó esta posición antigolpista, el gobierno peronista nos mataba.
La dirección del falso Partido Comunista dijo que el imperialismo de los Estados Unidos tenía que admitir la diferencia de este golpe de Estado. Porque el de la Argentina no era un golpe pinochetista como el de Chile, sino que era un golpe dado por militares progresistas como Videla-Viola.
A la hora de la verdad la dictadura de Videla-Viola fue tan criminal o más que la de Pinochet, la diferencia era que la dictadura chilena era proyanqui y la dictadura Argentina la hegemonizaron sectores ligados a la ex Unión Soviética, que defendió a la dictadura videlista en todos los foros internacionales de Derechos Humanos.
Nosotros reivindicamos el papel jugado en la lucha antigolpista, haber enfrentado el golpe es una página gloriosa del PCR que unió definitivamente su destino al de las grandes masas obreras, campesinas y populares de la Argentina.
Pasó mucha agua bajo el puente. En estos 45 años han cambiado el mundo y la Argentina. Pero hay cosas que no han cambiado. El pueblo y la Nación Argentina y de toda América Latina siguen sufriendo el yugo del latifundio terrateniente y la dependencia al imperialismo. Y esa es la causa principal de los sufrimientos de nuestros pueblos.
Nosotros, los comunistas revolucionarios, seguimos pensando que es imposible resolver los problemas de nuestro pueblo y nuestra patria sin seguir un camino revolucionario, para terminar con el latifundio y la dependencia.
Venimos de una gran alegría. Fuimos protagonistas de las grandes luchas obreras, campesinas y populares que contribuyeron a la conformación del Frente de Todos. Y pudimos avanzar en la unidad en las calles y en las urnas para derrotar a Macri. Y avanzamos en la acumulación de fuerzas.
Muy importante la acumulación de fuerzas, no? Lo que pasa en Argentina no es ajeno a lo que está pasando en América Latina. Las grandes luchas populares de Haití, Ecuador, Chile y Colombia y la heroica resistencia de los sectores populares, sobre todo originarios al golpe en Bolivia, muestran que el auge de luchas conmueve la región y sigue avanzando.
Las masas con su levantamiento en América Latina vienen generando una tras otra crisis políticas. Como dicen los camaradas colombianos, generan una situación revolucionaria objetiva como decía Lenin, donde los de arriba ya no pueden seguir gobernando como hasta ahora y los de abajo no quieren seguir viviendo como viven.
En la resistencia al golpe en Bolivia los sectores originarios y campesinos están a la cabeza con un gran papel de las mujeres. Defienden heroicamente las conquistas que han logrado en 12 años de gobierno de Evo Morales.
También el golpe en Bolivia demuestra que no habrá liberación nacional y social sin destruir el Estado oligárquico imperialista, es decir las palancas de ese Estado que son la Fuerzas Armadas, policía, el aparato represivo, la justicia, las palancas económicas, etc. Cuando Evo quiso apelar a las fuerzas armadas y a la policía, no le respondieron.
Manteniendo ese Estado oligárquico imperialista en un momento se puede conseguir el gobierno y conquistar reformas a favor del pueblo, pero no derrotar al enemigo que, más temprano que tarde, vuelve a sangre y fuego como lo está haciendo en Bolivia y como lo hizo en Argentina en 1955 cuando derrocó al General Perón, en 1966 cuando derrocó a Illia y en 1976 cuando derrocó a Isabel Perón. Por otro lado vuelve a quedar en evidencia que para derrotar a un enemigo armado y preparado no se lo puede enfrentar a mano limpia, y algún día habrá que tomar las armas, prepararse y organizarse para enfrentar.
Por eso es necesario que volvamos a estudiar todos, pero principalmente los jóvenes, El Estado y la Revolución de Lenin, porque sigue teniendo vigencia.
Estamos asistiendo a un ascenso de las luchas populares, no solo en América Latina sino en todo el mundo. Los chalecos amarillos y el paro nacional en Francia, las luchas de Hon Kong, Irán, Irak, Libia, entre otras marcan esta realidad.
También estamos asistiendo a un crecimiento de la disputa interimperialista. La participación abierta del gobierno de Trump en el golpe en Bolivia demuestra que los yanquis no están dispuestos a retroceder en América Latina frente a sus rivales imperialistas China y Rusia.
Debemos registrar lo que hicieron Putin y Xi Jinping que son la cabeza del imperialismo ruso y chino en la reunión del BRICS el 13 y 14 de noviembre, junto con el fascista Bolsonaro. Ninguno de los dos dijo nada del golpe a Evo, ni denunciaron la represión sangrienta al pueblo boliviano, no solo eso sino que el gobierno ruso reconoció al gobierno ilegítimo de Jeanine Añez.
Esto es una enseñanza para aquellos que piensan que hay que apoyarse en rusos y chinos para enfrentar a los yanquis. A la hora de la verdad, tanto Rusia como China priorizaron sus negocios, y abandonaron a Evo Morales. “Así paga el diablo” dijo el General Perón en su momento.
Aquí el gobierno de Macri no solo no condenó el golpe en Bolivia sino que ahora le exige a Alberto Fernández que reconozca el gobierno golpista de Añez. Una vergüenza para la Argentina. Los que denunciaron el golpe en Bolivia fueron Alberto Fernández y el presidente de México López Obrador y jugaron para que Evo Morales se refugiara en México.
El presidente electo Alberto Fernández les dio asilo a sus hijos y le ofreció venir a Evo Morales después del 10 de diciembre.
La rebelión de las masas con millones en las calles profundiza la disputa interimperialista en el mundo y en la región con crisis política en varios países. ¿Y aquí en la Argentina qué va a pasar?
Derrotamos a Macri en las calles y en las urnas. La situación sigue siendo desesperante, estamos en medio de una crisis social y económica en una sociedad que está dividida en lo social, en lo político y en lo cultural.
En este contexto el próximo martes asume el nuevo gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
La situación es dramática. Sigue el hambre, la desocupación, los despidos, los salarios de hambre, etc. y Macri le deja al nuevo gobierno tierra arrasada y una deuda impagable.
Macri también se posiciona, con sectores que lo apoyan que siguen siendo parte del bloque de las clases dominantes y van a defender sus posiciones. Mañana hace una movilización para afirmar un polo opositor que defiende su política y busca profundizar la división del pueblo argentino.
Antes de irse le aumentó el salario a la gendarmería y a la prefectura y puso a Patricia Bullrich como presidenta del PRO. Ahora la jefatura de Gendarmería le regaló un sable en reconocimiento por los servicios prestados.
Se pueden presentar distintos escenarios. El connotado periodista, Rosendo Fraga, dice que lo que está pasando en América Latina no está dicho que no puede pasar en Argentina.
Nosotros decimos que seguiremos en las calles para que la crisis la paguen los que se enriquecieron en estos cuatro años y para avanzar en resolver las emergencias. En cualquier caso nosotros seguimos peleando la unidad de los sectores populares, patrióticos y democráticos para que desde las calles las masas avancen en su protagonismo y en el reconocimiento de sus verdaderos enemigos.
En definitiva, como en la lucha antigolpista, desde el PCR seguimos la pelea para que las masas obreras y populares avancen y sean protagonistas para que algún día puedan decidir qué se produce, cómo se produce y cómo se distribuye lo que se produce.
Porque compañeros ¿Qué es ser vanguardia? Algunos piensan que es llamar a las masas a construir una trinchera ideal construida en nuestras cabezas.
No, compañeros. Los maoístas aprendimos que para avanzar en ser reconocidos como vanguardia real es necesario encabezar el combate por los problemas económicos, sociales y principalmente políticos de esas masas.
Y peleamos por un Partido Comunista Revolucionario de masas, arraigado entre los obreros, los campesinos, los jóvenes, las mujeres, los hermanos originarios, los intelectuales, los profesionales y todos los sectores populares y patrióticos que habitan nuestro suelo.
Pensamos y decimos -sin ofender- que es imposible solucionar los problemas del pueblo y de la patria sin seguir un camino revolucionario. Las luchas que encabezamos, nuestra participación en las elecciones, los espacios que conquistamos, en el Congreso, las concejalías, las intendencias, los sindicatos, los dirigentes de los movimientos sociales peleamos para que estén al servicio de este objetivo, que es acumular fuerzas para seguir avanzando.
Por eso defendemos con orgullo el legado de Enrique Rusconi. Afirmamos que la lucha por la revolución por la que él dio su vida, vale la pena. Que no hay objetivo más elevado para un ser humano que luchar por el comunismo.
Enrique y todos nuestros mártires nos dejan su ejemplo. Nuestros mártires y nuestros muertos son nuestra bandera, porque fueron fieles a la lucha revolucionaria y al Partido Comunista Revolucionario hasta el final.
En este 45 Aniversario del vil asesinato de Enrique, desde el Comité Central del PCR decimos que seguimos y seguiremos en la lucha por hacer realidad los objetivos por los que ellos dieron su vida. Esa es nuestra decisión.
Presencias y adhesiones
Presencias: Patricio Lorente (secretario general Universidad Nacional de La Plata – UNLP). Leandro Quiroga (secretario de Extensión UNLP). Mauricio Erben (decano Facultad de Ciencias Exactas UNLP). Horacio Frene (decano Facultad de Ingeniería UNLP). Carlos Naón (director del Instituto de Física UNLP). Ana María García Munitis (directora del Colegio Nacional UNLP). Cristian Vander (Sec. Gral. del Sindicato de Telefónicos de La Plata y concejal). Lucho Lugones (presidente Partido Justicialista de La Plata). Carlos Zaidman (Asociación Ex detenidos – desaparecidos La Plata). Cristina Cabib (Comisión de Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes). Ana Negrette (La Cámpora). Alejandro Rusconi (Movimiento Evita). Leandro Amoretti (Patria Grande). Nacho Bruno (Sec. Gremial Atulp). José Stefani (presidente del Instituto de Planificación Estratégica de Buenos Aires- Ipeba). Cristian Medina (Somos). Turquito Jalil (Agrupación Evita). Ramos Galache (Agrupación Peronista Antonio Cafiero). Ángel Ibáñez (Agrupación Nacional Surje). Justo Hernández (Presidente de la Federación Universitaria de La Plata). Adriana Pizzarro (Sec. Gral. de Aemopba). Gabriel Galván (Sec. Administrativo Atulp). Christian Vercesi (Pro Sec. Gremial Atulp). Ignacio Arbio (Pro Sec. de Formación Atulp). Ezequiel Antognini (Sec. Formación ATE Ensenada). Agrupaciones universitarias: CEPA, Julio Antonio Mella, La Cámpora Universidad, Colectivo Estudiantil, EA Estudiantes de Abogacía, MileS, UB Calle 4.
Adhesiones: Marcos Actis (vicepresidente Universidad Nacional de La Plata). Lía Verónica Caliva (diputada nacional). Florencia Saintout (diputada provincial). Adriana Moiso (Pro Sec. de Salud – UNLP). Ana Castagneto (concejal de La Plata). Rodolfo Aguiar (Sec. Adjunto ATE Nacional). Oscar De Isasi (Sec. Gral. ATE Prov. de Buenos Aires). Miguel Forte (Sindicato de Camioneros La Plata). Patricio Villegas (Suteba seccional La Plata). Darío Micheletti (Sec. Gral. Satsaid). Nahuel Chancel (Sec. Org. SUPE Ensenada). Gabriela Vargas (Asociación Ex Detenidos-Desaparecidos). Pablo Spataro (Sec. Gral. CTA A CABA). Denis Bilardo (ATE Ensenada). Diego Seimandi (ATE Ensenada). Lalo Vallejos (Movimiento Octubres – Ensenada). Nora Turconi (Partido Justicialista – Ensenada). Roxana Richimont (Sec. Gral. ATE La Pampa). Ricardo Araujo (ATE La Pampa). Rodolfo Kempf (ATE CNEA). Fernando Sander (delegado Astillero Río Santiago, hijo de Luciano Sander asesinado y desaparecido, Sec. Gral. ATE Ensenada). Úrsula Caracotche (Sec. Gral. ATE Bariloche). Regina Bianchi (Sec. Acción Política ATE Rosario). Emiliano Scopetta (Sec. Gremial CTA A Santa Fe). Asociación Trabajadores Universidad Nacional de La Plata (Atulp). ATE Ensenada. ATE Quilmes. Suteba La Plata. Sindicato Unido Portuarios Argentinos (SUPA – La Plata). Federación Universitaria de La Plata (FULP). Centro de Est. de Derecho (UNLP). Centro de Est. de Humanidades (UNLP). Centro de Est. de Trabajo Social (UNLP). Centro de Est. de Cs. Médicas (UNLP). Centro de Est. de Ingeniería (UNLP). Movimiento Octubres (Ensenada). Partido Justicialista (Ensenada). Kolina (La Plata). PCR Zona Centro CABA.