Pusimos primera
Mar del Plata concentra casi un millón de habitantes. Es la 5ta ciudad más grande del país y el “Gran Mar del Plata” crece día a día. A la vez, se destaca negativamente por ser una de las ciudades con mayor desocupación del país con el 11,8% a marzo del 2020.
Al igual que a lo largo y ancho del país, las barriadas populares carecen de agua, cloacas, alumbrado, gas, etc. E Incluso los nuevos asentamientos carecen incluso de tendido eléctrico.
Cuando avanzó la pandemia y se decide el aislamiento social obligatorio, los sectores populares éramos conscientes que iba a ser imposible, sin los recursos necesarios y el protagonismo popular, sostener esta medida en la mayoría de los barrios de la ciudad.
El 30 de marzo se realizó la primera reunión de Comité Barrial de Emergencia (CBE), fue en el barrio Camet en la zona norte. Los participantes de esa reunión buscaban en las palabras, en las miradas, en las propuestas y el contenido del documento inicial encontrar algunas certezas del camino nuevo que se estaba iniciando frente a una realidad inédita.
«Encontrarnos nos sirve» fue la conclusión de esa primera reunión. Esta idea se repitió al finalizar la reunión el 2 de abril en el barrio Nuevo Golf y luego el 3 en el comedor de la Hermana Marta en el barrio Las Heras. Y se repitió al finalizar cada una de las reuniones que se fueron sucediendo durante todo el intenso mes de abril.
Esa idea empujó el carro inicial y se fue comprobando a cada paso. Con avances y retrocesos, como son los procesos reales, pero siempre en marcha.
A un mes de aquella reunión más de 500 dirigentes, referentes sociales, vecinales, eclesiásticos, de género y diversidad, directivos de escuelas y referentes de salas de salud se reúnen semanalmente en los más de 34 CBE que se esparcen por toda la geografía de Mar del Plata y Batan.
Se discute todo
Se discute todo: qué se le pide al Estado, cómo se distribuye lo que se consigue, dónde conviene cocinar, cómo lograr mejorar la articulación entre las instituciones y las organizaciones del barrio, cómo cuidar a la población de riesgo, se eligen responsables de los temas y desafíos que van surgiendo.
Aunque el alimento es el tema central, claramente no es lo único que se agrava en el contexto de pandemia. La violencia institucional, la violencia de género, monitoreo de precios, fueron las alertas que se prendieron, también, desde el arranque. Cada problemática tiene un responsable en el CBE y se han ido construyendo protocolos de cada tema. Luego se sumó el responsable de huertas y el responsable sanitario. Crece desde abajo el protagonismo y las ganas de promover la esperanza, basados en objetivos reales y concretos que mejoren la vida en cada barrio.
Se hace camino al andar
Las organizaciones campesinas llegan con sus verduras frescas estableciendo nodos de comercialización alternativos, las ferias a cielo abierto se realizan rotativamente en los barrios que tienen su comité armado y funcionando. Se logró la vacunación de gran parte de los que llevan a cabo tareas comunitarias. Se organizaron capacitaciones por parte de la universidad, se abordan diariamente situaciones de violencia de género y de violencia institucional.
Protagonismo popular
Esta energía popular logró frenar la idea que impulsaba el municipio de abordaje de la crisis: “todo desde arriba. Nada de protagonismo popular”. Se evitó que los recursos, sustanciales para enfrentar la crisis, terminaran engordando la red de «amigos» cercanos a funcionarios del actual gobierno. Así avanzó, como contracara, la administración comunitaria y multisectorial de los recursos existentes. Lo que se consigue llega a todos los comedores y cocinas populares que funcionan en la órbita de los 34 comités barriales. La ciudad se dividió en cuatro centros de distribución y cada uno obtiene, según la cantidad de raciones semanales, un porcentaje del total conseguido. Esta información se actualiza semanalmente con los responsables de alimentos.
Este sistema de ingeniería social y comunitaria permite que lo recibido llegue, en pocas horas, a todos los comités sin importar la lejanía de los mismos.
El alimento conseguido fue aumentando semana a semana, pero aún, está muy por detrás de las crecientes necesidades. Las opiniones para abordar este problema han sido varias. Pero, podemos afirmar que hay dos centrales: una que no valora lo realizado hasta el momento, cuestiona la efectividad de los comités y ve en la dureza, y no en unidad, la llave para poder avanzar; y otra que, afirmando los pasos dados, busca los caminos para presionar, siempre y cuando no se rompa la unidad conquistada. Una tercera, busca resolver el problema de la falta de recursos a través de las donaciones. No son posiciones estancas, están en movimiento, los argumentos y las conquistas logradas van modificando el tono y las proporciones del debate. Las opiniones son políticas. En este sentido es clave, poder ubicar todo el tiempo la pulseada que está en curso en la Argentina, en la región y en el mundo.
Aceptación a las medidas y discusiones de fondo
En política se percibe un acuerdo generalizado con las medidas impulsadas por el gobierno. Se discute la necesidad de avanzar sobre las grandes riquezas y se plantean temas de fondo sobre el sistema capitalista, la disputa internacional, el fracaso de la derecha de Trump y Bolsonaro. También comienzan a aparecer opiniones sobre la necesidad de sostener la unidad popular construida luego de la pandemia.
Contribuyó a la unidad la reunión del Frente de Todos. Más de 160 organizaciones conforman este espacio que se reúne mensualmente.
Por supuesto, hay expresiones políticas que desprecian la unidad lograda en los CBE y la atacan. Pero al igual que en la lucha contra la política macrista, son cada vez más minoritarias y marginales.
La potencia del movimiento popular
La potencialidad de la unidad y el protagonismo popular es una conclusión que miles están pensando y practicando. La sociedad en su conjunto valora el rol y el lugar que tienen las organizaciones populares. Y nuestro Partido aprende y se desarrolla en esta extraordinaria experiencia.
El objetivo de la lucha está centrado en resolver lo alimentario y así poder, como dice el último comunicado de los CBE, «dar vuelta la página» y empezar a leer los desafíos específicos y profundos que nos impone la actual pandemia.
Escribe Matías Maciel