En Uruguay, el jueves 14 de mayo se realizó una multitudinaria manifestación frente al Palacio Legislativo en Montevideo, en repudio a la Ley de Urgente Consideración (LUC), un proyecto enviado al Senado por el gobierno de Lacalle Pou. Como denunciaron los compañeros del PCR del Uruguay, esta LUC “Contiene 502 artículos, con cerca de 100 de ellos represivos y punitivos, limitando incluso el derecho de huelga, los otros plantean reformas reaccionarias en la educación y tenencia de la tierra, más privatizaciones, etc.”. Participaron de la movilización distintas organizaciones populares, políticas y sindicales, que leyeron un documento común.
En Ecuador se han realizado distintas protestas, “plantones”, contra las medidas antipopulares del gobierno de Lenin Moreno. Como dice En Marcha, del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, “Pese al estado de excepción y al aislamiento social, el descontento de la población provocó las movilizaciones por la defensa de los derechos. Los despidos, el pago de la deuda externa, la falta de medicinas y alimentos, y ahora el recorte en el presupuesto de la educación básica, media y superior, así como las incontables denuncias de corrupción en contra de los funcionarios de hospitales e instituciones, ha derivado en esta situación que, en medio de la pandemia, pone en riesgo también la vida de los manifestantes”. A las protestas parciales en distintas ciudades y sectores, se sumó el 11 de mayo una jornada nacional de protestas.
En Chile, por un lado crece la solidaridad popular en las comunas, frente a la desastrosa política ante la pandemia por parte del gobierno de Piñera, que en función de mantener los privilegios de clase de sus amigos y socios de las grandes empresas, decretó cuarentenas “a medias” que llevaron a un gran crecimiento de los contagios. Todos los días se suman ollas “comunes” en las barriadas, donde distintas organizaciones populares y vecinos preparan comida para centenares.
En medio de la pandemia, el gobierno ha cercado e ingresado a comunidades originarias, hostigando y deteniendo a líderes mapuches, lo que está siendo denunciado en varias partes del país. Tampoco ha decaído la lucha por la defensa de las libertades democráticas, como se expresa en el reclamo de Organizaciones de DD.HH. diputadas y diputados, reclamando al gobierno que derive a arresto domiciliario a cerca de 2.500 detenidos con prisión preventiva durante las puebladas del año pasado.
En Brasil, mientras se profundiza el enfrentamiento entre sectores de las clases dominantes dentro del propio gobierno de Bolsonaro, el Covid-19 se lleva la vida de miles de personas, en su absoluta mayoría de los sectores populares. Frente a esto, por un lado crece la solidaridad popular, con organización independiente en barriadas y favelas, como en Morro Santa Marta, en la Zona Sur de Río, donde “Al igual que otras comunidades en el país, los residentes se han unido en acciones de solidaridad para garantizar los conceptos básicos de higiene y alimentación para aquellos que no tienen ningún ingreso. También hay muchas acciones informativas con folletos y acciones de higiene en espacios públicos en las favelas” organizadas por el Movimiento de Lucha en Vecindarios, Pueblos y Favelas, informa A Verdade, periódico del PCR de Brasil.
En Brasil se suceden decenas de luchas parciales, frente al crecimiento del desempleo, las rebajas salariales y la flexibilización impulsada por el régimen fascista de Bolsonaro. Un reciente ejemplo es el de las y los trabajadores de la salud de Viamão, en Rio Grande do Sul, que ganaron con paros y movilizaciones un reajuste salarial.
Hoy N° 1815 20/05/2020