Con lo de Vicentin queda al descubierto un núcleo de lo que es la economía oculta en la Argentina. Desde ya que está en discusión qué medidas toma el gobierno si la intervención, si la expropiación.
Pero se abre un debate. Queda en evidencia que este grupo vació y fugó capitales, por lo tanto, era importante caerle a como fuera y no perder tiempo. En ese sentido estuvo bien el gobierno y, además, porque interceptó la posibilidad de una nueva extranjerización, porque andaba revoloteando Manzano con el grupo Cargill atrás.
El tema a descubrir a fondo es que acá las diez principales empresas exportadoras comercializan el 90% de nuestros granos que es el equivalente al principal ingreso de dólares en la Argentina, arriba de 20 mil millones de dólares en granos, más lo que entra de subproductos. El grueso del ingreso de nuestro comercio exterior viene por esta vía. Lo otro que ingresa, por ejemplo, es de la exportación de automóviles, pero es mucho más deficitario por lo que es necesario importar para fabricar esos coches.
Ahora de las siete principales empresas exportadoras, cuatro son extranjeras, tres de origen occidental -Cargill, vinculada a EEUU, Bunge con sede en EEUU, y COPCO, directamente del Estado chino-. Del grupo Vicentin también lo que queda ahora despejado es que entre sus financistas internacionales está el banco estatal holandés. Entonces ¿qué es lo que nos llevó a tener este grado de extranjerización en nuestro principal recurso externo? Esto es lo que habría que terminar de desnudar e ir para atrás en la historia, en ese sentido creo que ayuda.
Vicentin era una empresa local, de arraigo local, que se generó en el año 30, pero nada tiene que ver el abuelo Vicentin con estos nietos que extranjerizan y vacían. Aquel abuelo generó la empresa cuando en la Argentina, aun bajo un gobierno conservador como era el de Justo, se había generado la Junta Nacional de Granos (JNG), creada en el año 1933. En aquel momento se la creó para garantizar el precio que los arrendatarios (porque todo se producía por arriendo) pudieran pagar el arriendo a sus terratenientes y esto lo sostenía el comercio exterior con la diferencia que había de divisas entre ingreso y egreso en esa coyuntura de crisis mundial.
Ahora muchos se espantan que se hable de la Junta Nacional de Granos, pero, ¿no es acaso muy parecida esta situación mundial a la de la crisis del 30? Perón toma lo de la JNG y luego la transformó en el IAPI, donde a un mecanismo que era solo de precio sostén lo transformó en un gran instrumento que será muy útil también para el desarrollo de la industria, garantizándole el precio sostén al chacarero y a la vez al chacarero arrendatario le dio la ley de arriendos, con lo cual los arriendos se extendieron 5 años. El Estado manejaba el comercio exterior, además de que manejaba el transporte, ferrocarriles del Estado, la Administración General de Puertos, los silos, los elevadores de granos…
Esto siguió, en 1956 se disolvió el IAPI, pero la JNG siguió. Claro que en el ciclo posterior a Perón se fue desgastando todo el sistema, los silos, el transporte ferroviario, la administración de los puertos, lo que justificó que Menem disolviera la JNG en el año 1991. Entonces, fijémonos este otro momento, año 1991, es el año de la globalización. Con la globalización y la disolución de la Junta Nacional de Granos, con la privatización de los ferrocarriles, con la privatización de los puertos llegó lo que se llamó en el campo argentino “la modernización”, que fue glifosato, siembra directa y soja. Pasamos a tener casi el monocultivo de la soja, en beneficio de cinco grandes exportadoras y de estos grandes productores terratenientes que acumulan millones de dólares.
Balancean que la producción de granos quieren llevarla ahora a 150 millones de toneladas, pero ¿qué quedó para el pueblo argentino? ¿Cuándo se empezó a hablar de hambre en la Argentina si no fue a partir de este ciclo? Porque este monocultivo arrasó con 100 mil chacras mixtas, arrasó con los cinturones verdes que los redujo en lo que es el Gran Buenos Aires pagando arriendos monstruosos que están en el precio de nuestros alimentos y desapareció de la mesa argentina la carne, la leche y el pan.
Entonces, esta es la realidad que se sufre hoy y por lo que es necesario desnudar qué es lo que está de fondo, atrás de este control del comercio exterior en manos extranjeras que condiciona toda la producción interna. Tuvo razón Alberto Fernández al decir que hay un tema de soberanía alimentaria, no porque la Argentina no produzca alimentos sino porque estos alimentos se van afuera. Ya lo decíamos, y no con un estafador como Vicentin, al analizar el tema de General Deheza, de que el tema es que se impone un sistema por el cual el Estado permite que el que exporta aceite cotiza el aceite igual en París que en Buenos Aires, entonces si una botella de aceite de General Deheza en París cuesta 2 dólares en supermercados nuestros está arriba de 150 pesos.
Este es el tema de fondo que esta atrás y los que se espantan de estas medidas tendrían que tomar en cuenta que en Estados Unidos el Farm Bill (Ley Agrícola) también fue del año 1933.
M. A. De Renzis. En este momento además de EEUU, en la Unión Europea se están nacionalizando empresas, se están estatizando empresas de energía, de producción. Lo que ocurre es que a veces los mecanismos de estatización o nacionalización en otros países son más prolijas y más rápidas.
Arnoldo Gómez. En todo caso habrá que ejercer el control obrero y popular de cómo se estatiza y que no se termine después haciendo un contrato con Chevron. Pero una cosa es esa pelea con los mecanismos en manos del Estado y otra cosa cuando estás entregado porque todo está en manos extranjeras.
Entonces, qué diferencia hay con una política de Estado donde todos los resortes estaban en manos del Estado, un Di Tella era un empresario de carácter nacional, qué pasó con su sucesor en manos de Menem… Un abuelo Vicentin tenía un carácter y un nieto Vicentin-Paduán termina entregando todo.