Hay un gran desocultamiento que empezó a quedar difuso que es todo lo que sucedió con Vicentin.
Ahora surgen una cantidad de denuncias, los juicios por las autopistas y el bochorno de cómo fue usada la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) por el macrismo. En este programa hicimos el ciclo de la familia Macri, donde hicimos importantes y mejores denuncias y con detalle de cómo fue esa cloaca macrista.
Pero lo que me preocupa es que esto no vaya a tapar los temas que fueron desnudando esta pandemia en el 2020. Porque simultáneamente el juez de Santa Fe, Fabián Lorenzini, acaba de levantar la prohibición de exportar de Vicentin, prohibición que tenía cruzada a la AFIP por las deudas. El juez se ratifica en el cargo rechazando el cuestionamiento que hizo el gobierno sobre su investidura para este juicio y, al mismo tiempo, ratifica a los Vicentin en la dirección de la empresa.
Los bancos extranjeros acreedores de Vicentin insisten en los juicios en los juzgados de Nueva York donde pidieron averiguar no sólo qué sucedió con los fondos de Vicentin, sino que ahora avanzan, señalando que los 112 millones de dólares que la empresa logró con la venta de sus acciones de Renova fueron derivados a otras de las empresas offshore que tenía Vicentin. Y estos bancos están apretando por ese lado. Esto es serio porque están el Credit Agricole de Francia, el banco principal de Bélgica y el Banco Mundial que van a buscar no solo cobrar su tajada sino incidir en este proceso.
Por otro lado, otra de las cosas que quedó al desnudo es que el gobernador Perotti puso su interventor en el puerto de Reconquista. Este puerto está sin operar desde el año 2004. Habría que ver cómo estos puertos se ponen al servicio de un proyecto nacional.
Sobre todos estos temas, de fondo hay que pensar en qué medida, con esta pandemia, no se está abriendo una nueva situación mundial y nacional que requiere acelerar los proyectos a favor de la Nación.
Nosotros en este programa hemos ido historiando cómo es este ciclo que termina con el grueso del principal producto exportable en manos de empresas como la Cofco china, Dreyfus de Francia o Cargill de EEUU y una burguesía intermediaria que se asocia con estos capitales. ¿Cómo fue que se generó este ciclo?, que arrancó allá cuando en el mundo se habló de que la globalización era el fin de la historia y el mundo se repartía en un liberalismo internacional, a partir de que los nuevos ricos de Rusia y de China se sumaron al capitalismo y a la idea de que todo pasaba a ser mercancía, inclusive la salud y la educación, producto de esto es la pandemia misma que se vive hoy, el haber abandonado todos los sistemas primarios de atención de la salud. Y nuestra oligarquía sobre la base de haber arrasado en un proceso largo con la Junta Nacional de Granos y haber logrado la privatización de los ferrocarriles, los puertos y todos los mecanismos de comercialización, inició lo que sería para ellos la modernización del campo, que fue atarse a este mercado mundial. Entonces, vino este ciclo de la siembra directa, glifosato y la soja, que arrasó con 120 mil chacras, liquidó lo que era la chacra mixta y el alimento barato para la mesa argentina y puso un producto único para el mercado mundial que es la soja siendo uno de los productores líderes.
De Renzis. Empezó esto cuando Solá era secretario de Agricultura de Menem.
Arnoldo Gómez: Sí, Solá facilitó el glifosato. Después la privatización de los ferrocarriles y todo el resto del sistema hicieron a la infraestructura a la cual se sumó rápidamente un sector de burguesía intermediaria que armó estos grandes grupos como Vicentin, haciendo el principal complejo aceitero, sojero del mundo y sus principales puertos, todos privados.
A qué grado de entrega son capaces de llegar lo muestra que hasta han entregado tierras, que hoy los principales grupos terratenientes de la Argentina son extranjeros. Por ejemplo, el principal terrateniente argentino es un grupo yanqui, American International Group, que es dueño de 1.300.000 hectáreas; el segundo Benetton con 900.000 hectáreas; el tercero, Cresud, nacional con vinculación internacional, con 856.000 hectáreas; recién después viene un tradicional y reaccionario terrateniente argentino, los Menéndez Behety con 750.000 hectáreas; después viene un grupo japonés vinculado a la Nikon con 600.000 hectáreas; los Walbrook, de origen inglés, con 600.000 hectáreas. Hasta han entrado los chinos con 300.000 hectáreas. Desde ya que estas hectáreas no son el núcleo de la soja. La soja sigue en manos de esas dos mil familias de las que hablábamos, que no tienen estas grandes extensiones, ahora en la zona núcleo 1000 hectáreas son muy importantes. Esto ha pasado a dividirse por familias, pero ellos son los que poseen el 80% de la producción de soja, nuestra oligarquía tradicional que no tuvo empacho en entregar todas estas tierras al capital extranjero principalmente en provincias como Salta, Mendoza, Santa Cruz, pero ha mantenido la zona núcleo y la zona sojera.
Y esta renta, según las cifras de Felipe Lanusse, un hombre del riñón de esta oligarquía, fue del 3% del valor de la tierra; el tema es que esta tierra de la zona núcleo pasó de 2000 dólares la hectárea a 10.000 dólares, y la renta de esa soja son 6.000 millones de dólares que para cobrarla, junto con el negocio de la burguesía intermediaria, no tienen problema en entregar el comercio exterior.
Pero vayamos al nudo del tema, es un momento en el mundo donde ese ciclo se sacudió con una crisis fenomenal en el 2007 y 2008, salieron emitiendo dólares y yuanes, después en medio de que están en una situación complicada empezó la guerra comercial donde China le pisa los talones a EEUU y esta pandemia ya los llevó a la guerra de monedas porque los chinos se han parado con el yuan y se empiezan a rebelar contra el dólar.
En esta situación es necesario dar muestras claras de una perspectiva de cómo vamos a salir de esta pandemia. Hay que ir a fondo con esta oligarquía y con esta burguesía intermediaria y avanzar en la expropiación de Vicentin.