La resolución del Comité Central de marzo unificó al Partido ante el cambio de situación, para encabezar la lucha y los reclamos por la emergencia del Covid-19, señalando que contiene las otras emergencias: la alimentaria, la laboral, la violencia de género y el desastre del sistema sanitario agravado en los cuatro años del macrismo.
Cuando el gobierno con acierto decretó la cuarentena, que Macri enfrentó, el Partido la apoyó junto al Frente de Todos. Para sostenerla motorizó las ollas y los comités de emergencia, junto a la CCC, Ni Un Pibe Menos por la Droga y demás organizaciones de masas en que estamos. En el ARS se organizó la producción de camas y nódulos de aislamiento. Esto nos ubicó en el lugar correcto para la lucha política y para la colecta.
Las medidas de ayuda del gobierno aliviaron, pero al no tocar arriba son insuficientes. Surgió la necesidad de sostener las ollas, pequeños empresarios y amigos hacían llegar mercaderías y fondos para la logística, mecanismos motorizados por el Partido en la CCC y Ni Un Pibe Menos por la Droga jugando un papel las redes y dejando enseñanzas para la colecta.
Las restricciones oficiales dificultaban la movilidad. Cuadros veteranos del Partido limitados por la edad y salud. Empresarios y profesionales amigos parados y otros temerosos ¿En esas condiciones sería posible organizar una colecta exitosa y masiva? ¿Era conveniente postergar?
Confiados en el empuje frente a las ollas y la capacidad organizativa que iban adquiriendo los comités de zona y las comisiones nacionales, decidimos sostener las fechas tradicionales. Emitimos bonos virtuales y, pese a las dificultades, bonos impresos que estuvieron al alcance de todas las zonas. La llegada de los paquetes al interior fue un símbolo de la decisión tomada y estimuló el inicio.
Junto a la conmovedora solidaridad en las ollas encabezada por centenares de compañeros y sobre todo mujeres, los reclamos por la provisión de insumos hospitalarios en el Ramos Mejía, de la Cicop, en La Matanza y en Jujuy y la lucha por las condiciones laborales en Mondelez, con proclamaciones moderadas, comenzó la colecta. “Con hambre no hay cuarentena que aguante”, la posición de suspender el pago de la deuda externa hasta su investigación, junto al protagonismo popular, tiñó los videos y lanzamientos virtuales de la campaña.
El impuesto a las grandes fortunas se asoció en varias provincias a quienes allí se habían enriquecido con el macrismo. Nos decía una camarada tesorera: “esto era muy bien recibido, ante una situación de catástrofe se veía razonable que quienes más tenían más pusieran, además se decía los ricos trajeron el bicho”.
Años anteriores los bingos fueron un instrumento vital de las colectas. Reemplazados por rifas, en la Zona Sur del Gran Bs. As. alcanzaron una masividad superior a los bingos. En Tucumán su tesorera refiere que en centros de desocupados estaban sin recibir ayuda estatal y paralizados, la discusión de colecta estimuló a organizar el reclamo y al resolverse muchos compañeros nuevos tomaron en sus manos las rifas yendo a vender casa por casa. Esto se repitió con los bonos en Mar del Plata.
Mondelez marcó el camino del reclamo obrero por las condiciones de trabajo de los trabajadores esenciales en la alimentación y el Partido realizó una colecta masiva con una rifa. En Santa Fe rodeamos la posición de los aceiteros en apoyo a la intervención y expropiación de Vincentin, promoviendo la movilización al Monumento a la Bandera, y a su calor se dio un gran despliegue de la colecta.
La posición del Partido sobre Vicentin y el impuesto a las grandes fortunas permitió incidir en debates abiertos en la política nacional, sobre cómo dar la pelea por la pandemia y sobre el rumbo del gobierno, posibilitando llegar con nuestras propuestas a la clase obrera y el pueblo.
Surgieron formas nuevas como el festival internacional virtual de Neuquén, que fue un éxito para la colecta y proyectó el trabajo cultural de la zona, abriendo un surco. Luego hicimos el festival en Mendoza y ahora en Chaco con prestigiosos artistas. El frente cultural impulsó creativas actividades. Se hicieron numerosas charlas y videos zonales. En Córdoba se concretó un bingo virtual, en 12 barrios y sus ollas siguieron la trasmisión por redes.
En las comisiones nacionales hubo una recaudación superior a otros años, inflación descontada, lectores de la página web del extranjero que aportaron. En recursos se logró articular con integrantes de una peña, algunos pequeños empresarios, llevando solidaridad a ollas, abriendo vínculos que rompen años de trabajar la misma red. Ayudó que compañeros de ingresos fijos en cuarentena podían hacer un aporte mayor.
Son sólo algunas expresiones de la actividad desplegada por el Partido y la Juventud. Un registro parcial a completar, pero que refleja una hermosa y aguerrida colecta. Hubo que superar miedos, barreras y terrenos desconocidos.
Las cifras finales, con cotizaciones importantes de los afiliados y miles de aportes, son más de un 40% de lo recaudado el año pasado, manteniendo el poder adquisitivo y superando lo planificado.
Hoy N° 1826 05/08/2020