El fuego arrasa y deja al desnudo la situación ambiental de la provincia. Esta época de sequía es propicia para que se generen incendios, estos han sido los más devastadores de los últimos años. Queda al descubierto que el plan de manejo del fuego de la provincia no tiene fondos suficientes y hay negligencia ante el ecocidio que está sucediendo.
Vecinos y bomberos pelean cuerpo a cuerpo con las llamas y denuncian la tardanza en la respuesta por parte de la provincia. El gobierno provincial es responsable.
Ha habido graves daños a viviendas, evacuados y la provincia ha declarado la emergencia agropecuaria, con la que asistirá a los productores afectados que según FAA el 90% son pequeños productores con menos de 100 cabezas. Pero en esa mesa de la emergencia no hay sentado nadie de ambiente. Es una muestra más del desinterés de la provincia por el tema.
Año tras año escuchamos decir que los culpables de los incendios son los turistas, este año, en plena ASPO, esa versión es insostenible, ¿Quiénes provocan los incendios?
La ambición de grandes empresarios inmobiliarios está detrás de incendios que se repiten año tras año en zonas rojas donde la ley protege el bosque nativo, sin embargo, después de repetidos incendios, en los hechos se van autorizando obras públicas en estas zonas y hoy hay barrios cerrados allí. Otros incendios se repiten en zonas de pastoreo de ganado. Para los dueños de estas tierras, la quema de pastizales da por resultado el brote de pasturas más rápidamente y el ahorro de comida para sus animales. Los campos de la familia Becerra, son un ejemplo de esta práctica con el agravante que lindan con reservas naturales, como La Quebrada del Condorito y destruyen valioso patrimonio natural.
Los incendios coinciden también con zonas donde pobladores se han manifestado en defensa del bosque nativo ante megaobras inmobiliarias y de infraestructura, como la zona de Punilla, Cosquín, San Roque donde el año pasado se impidió con la lucha el desmonte para la construcción de la autovía de montaña.
Del 3% de bosque nativo que aún nos queda, en estos últimos dos meses se quemaron 42.700 hectáreas. Con los incendios se pierde la biodiversidad, también especies autóctonas, semillas, y proliferan especies exóticas. La erosión facilita futuras inundaciones. Se pierde el suelo donde nacen la gran mayoría de los ríos cordobeses, como la cuenca de Pampa de Achala.
Los bosques y sierras en Córdoba no son solamente un atractivo turístico, sino una importante fuente de biodiversidad, sus servicios ambientales son importantes para el mantenimiento del ecosistema, del cual formamos parte. La gente que vive del bosque sabe que hay que cuidarlo y preservarlo porque es el pulmón del planeta, por lo que si hoy en día existen tantos focos de incendio en Córdoba y en distintas regiones del país, es un claro desinterés por su conservación y un avasallamiento de las comunidades que son parte de él, para generar negociados que benefician a unos pocos y nos perjudican a todos.
Exigimos: Ordenamiento ambiental del territorio, participativo y que promueva los intereses del pueblo por sobre los grupos de poder.
Cumplimiento de la ley de ordenamiento territorial de bosques nativos de la provincia de Córdoba y actualización de su mapa.
Plan de manejo del fuego con presupuesto necesario, sistema de alerta temprana y educación ambiental.
El sábado 29, en más de 24 localidades de la provincia se realizó una marcha en defensa del bosque nativo, con la consigna La tierra y el agua no deben ser negocio, convocado por vecinas y vecinos autoconvocados por el monte, denunciando que todo incendio en Córdoba es intencional y criminal, ante lo cual el Estado es responsable.
Hoy N° 1830 02/09/2020
