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12 de octubre de 2020

La Ruta del Toki Juan Cafulcurá. Hacia una reparación histórica

El 11 de octubre se llevó a cabo el segundo conversatorio La ruta del Toki Juan Cafulcurá. Hacia una reparación histórica, convocado por la Comisión Regreso del Toki Cafulcurá

De este conversatorio participaron el Premio Nobel de La Paz Adolfo Pérez Esquivel, el historiador Felipe Pigna, la inam logko Margarita Peñailillo, el capitán Cona Gustavo Namuncurá, el werken Orlando Carriqueo por la coodinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro, la presidenta del INAI Magdalena Odarda y la Investigadora Ingrid de Jong.

 

Palabras de Margarita Peñailillo

“Mari mari pu langen, mari mari compuche, inche Margarita Peñailillo, Tañi Cupan Curra, inche Inam Lonko lof Pillan Pullu we Eglentina Machado Santa Rosa La Pampa.

Saludo a todas las hermanas y hermanos en esta fecha tan triste que hoy conmemoramos como último día de libertad de las naciones y pueblos originarios. Es a la vez, un día para la memoria, para recuperar la verdadera historia, en nuestra cultura, la nutrimos de la oralidad de generación en generación.

De lo escrito por nuestros enemigos, mucho de lo cual es mentira, pero también muchas son verdades, nos ayuda las investigaciones de muchos amigos y sobre todo con la precisión de la verdad histórica que nos dan nuestros machis.

En nuestra memoria histórica tenemos muchas derrotas, sufrimientos y opresión, esclavitud. Pero también grandes triunfos. Alegría, aprendizaje. Todo esto nos da sabiduría.

Hoy estamos aquí para reivindicar al gran Toqui Juan Cafulcurá que ha sido atacado vil y falsamente por los enemigos en muchos aspectos. Con esta humilde contribución, me voy a referir a dos, primero que era un indio invasor chileno, pretendiendo falsamente confrontarnos con la nación aonikent que el enemigo decía, eran argentinos; segundo es que era un indio salvaje, asesino y despiadado.

Volviendo a la memoria hablaremos de la derrota que se profirió al rey de España Felipe IV en 1641, por parte de la nación mapuche que obligó al tratado de Quilin, acuerdo de nación a nación. Que nos liberó de la opresión del imperio español en los territorios al sur del rio Bío Bío y del Pacífico al Atlántico. Esto es legalidad de derecho internacional.

Nuestra nación en unidad logró mantener ese tratado, hasta el cruce de los Andes en 1817, en ese tiempo tuvimos una división política muy profunda, entre un sector pehuenche encabezado por Huentecurra, Nelkuñanco y Venancio Coñoepan, que comprendieron el momento histórico y tomaron una sabia decisión frente a la propuesta respetuosa y políticamente correcta del general San Martín de pedir permiso para atravesar el territorio libre e independiente, la unión de más de un centenar de lonkos hizo el acuerdo para enfrentar juntos al imperio español. Que había reocupado el gobierno de la Capitanía de Chile.

Ese acuerdo sumó centenares de guerreros de ambos lados de la cordillera, provisiones, caballadas, conocimiento del terreno y colaboración en la guerra de Zapa para engañar a los españoles.

Hay que decir con verdad histórica que desde Leuvuco el gran Lonko Rankulche Carripilun contribuyó a ese acuerdo. Esta unidad ayudó al triunfo en Chacabuco y Maipú, e instalar el segundo gobierno de la que sería la República de Chile. Sin embargo, los españoles derrotados en Santiago, se refugiaron al sur del Bío Bío en territorio mapuche, usando el tratado de Quilín.

Las fuerzas de O’Higgins y San Martín preparaban la expedición al Perú, pero a la vez se debía librar la guerra contra Benavidez que comandaba a los españoles en alianza con un sector muy importante de la nación mapuche, estos hermanos aferrados a un tratado y una independencia de más de 170 años, no comprendieron los cambios y el momento histórico y erraron el camino.

Para el Toki Cafulcurá, bajo las órdenes de su padre y de Venancio Coñoepan, fue vivir algo muy doloroso y traumático que no había vivido antes desde su nacimiento en Llaima, según se dice el 9 de abril de 1769, pero que a sus 50 años era protagonista de una de las más grandes gestas histórica de la liberación americana, que lo capacitó política y militarmente.

Era la guerra liberadora antiespañola y a la vez una guerra civil fratricida, dolorosa pero necesaria para cubrir las espaldas de San Martín y la única garantía de la independencia mapuche lograda en Quilín, bajo una nueva circunstancia por la reciente constitución de la República de Chile.

Esta guerra en el sur duró 7 años y fue extremadamente sangrienta.

San Martín triunfó en Perú y luego le dejó el mando en Guayaquil a Bolívar y la batalla decisiva de liberación americana se logró en Ayacucho en 1824, pero tardó 1 año más en el sur del Bío Bío.

Los generales patriotas y los Lonkos pehuenches les tendieron la mano a los hermanos errados y con muchas heridas abiertas se logró un nuevo acuerdo, el Tratado de Tapihue, que mantuvo a Quilín en las nuevas condiciones con la República de Chile, reunificando a la nación mapuche con independencia y autonomía.

Se mantuvo de derecho hasta 1852 cuando el Congreso de Chile en la presidencia de Montt creo la provincia de la Araucanía y fijó límites con Argentina, que estaba discutiendo su constitución de 1853.

Después de Tapihue, 1927, Venancio Coñoepan es invitado por el coronel Manuel Dorrego a establecerse en Bahía Blanca que se fundó en 1828.

En 1832 o 1833 llega a estas tierras invitado por el Lonko Coñoepan el Toki Cafulcurá, el pueblo Rankulche con la sabia generosidad del gran Lonko Futa Yanquetruz que le concedió permiso y establece acuerdos para fortalecer la defensa del territorio y de los tratados que Carripilun y Levenopan habían firmado con el coronel Pedro García y con Feliciano Chiclana. Cafulcurá se establece en Chilihué para ayudar a fortalecer la defensa de ese territorio.

Aquí comienza la historia en estas tierras del llamado por los enemigos indio invasor chileno, una profunda infamia en cómo se trata a un prócer de la liberación americana, proveniente de un territorio probada y legalmente autónomo e independiente, que con el acuerdo de Futa Yanquetruz, luego de Paine Guor y Mariano Rosas, el acuerdo con Chocorí y Cheuqueta y luego con Saihueque y de estos con Casimiro Bigua, sucesor de María La Grande, y con Feliciano Purran, el acuerdo con el Lonko Curru Nahuel y el gran Pincen. Que juntos van a conformar la unidad de tres grandes confederaciones, Leuvuco, Salinas Grandes y Los Manzaneros, para la defensa de un inmenso territorio originario.

Este territorio de las tres confederaciones que defendieron manteniendo una profunda democracia y justicia, juntas hicieron acuerdos e integrándose a la confederación argentina encabezada por Urquiza, ejemplo por más de 8 años de un estado plurinacional.

Es necesario que se tenga en cuenta que la Revolución de Mayo no fue derrotada con la muerte de Moreno y Belgrano, sino que continuó en la lucha contra el imperio español hasta su derrota, pero fue continuada 50 años más por las tres confederaciones más la del gran Cacique Camba en el Chaco, que no ayudaron con un solo guerrero al genocidio de Mitre contra la Nación paraguaya.

En la historia escrita de Mitre y Estanislao Ceballos se habla del salvajismo criminal del gran Toki Cafulcurá, solo me voy a referir a un hecho muy importante para desmentir estos falsos dichos. Cuando el general Bartolomé Mitre con un gran ejército es derrotado en Sierra Chica por el gran Toki Cafulcurá y escapa de a pie con su recado al hombro demuestra el gran Toki su Kume huentru, persona de bien su respeto ante un general vencido.

Sin embargo, Mitre como jefe, no tuvo piedad ni respeto, al permitir que, en Acosta Ñu en Paraguay, fuera masacrado un regimiento de niños, mujeres y ancianos, tampoco para atacar al gran Toki con la pluma en sus dos libros de historia que tanto han influenciado la cultura de este país, Historia escrita, para encubrir dos brutales masacres estatales y genocidios, a las nuevas generaciones.

Justo es rescatar de Mitre que definió en su diario como genocidio a la campaña de Roca y Victorica.

Hemos escuchados al compañero Lobos en el conversatorio anterior, que ha leído la carta del gran Toki a Sarmiento. Cafulcurá siendo un estadista revolucionario lo invita a enfrentar a los extranjeros como hizo él con los realistas.

Pero Mitre, Sarmiento, Avellaneda y Roca se aliaron con los extranjeros, distintos imperios que disputaban estos territorios, ingleses, franceses, españoles, portugueses, italianos, para usurpar nuestras tierras consolidando la propiedad latifundista de un puñado de oligarcas, que fundaron un estado dependiente y opresor. Una república cimentada en dos genocidios, la corrupción, el fraude y la usurpación de tierras y territorios.

Tenemos que decir que la tumba del gran Toki fue profanada y su cráneo fue robado en Chilihué, territorio de Salinas Grandes, por el coronel Nicolás Levalle, y entregado a Estanislao Zeballos, en ningún lugar del mundo sea de la creencia que sea puede dejarse impune semejante aberración.

Hoy el Estado argentino y el ejército deben pedir disculpas a su pueblo y deben ser ellos quienes deben trasladarlo a la madre tierra con los honores que se merece, y debe el Ministerio de Educación cambiar en profundidad los contenidos de la historia que se enseña a nuestros niños y jóvenes.

Estamos aquí sin ningún resentimiento. Con razón y tolerancia en nuestras manos, traemos una propuesta para trabajar en unidad por la construcción desde sus cimientos de un nuevo país plurinacional, independiente y con una profunda democracia, donde la tierra sea para quien la trabaje y donde nuestros pueblos y naciones originarias tengamos la reparación histórica que nos merecemos.