El 29 de enero de 1921 se produce una gran lucha de los trabajadores de La Forestal, una de las empresas que simbolizó la explotación y depredación imperialista en nuestro país. “The Forestal Land, Timber and Railways Co. Ltd”, más conocida como “La Forestal”, surgió en 1906, y llegó a tener 2.100.000 hectáreas repartidas entre el norte de Santa Fe y el Chaco. Fue la mayor explotadora de quebracho colorado del mundo, tanto en rollizos (madero para construcción), como para la extracción de tanino, que se destinaban al mercado externo (fundamentalmente a Alemania, Gran Bretaña, EEUU).
Varían las cifras, pero se estima en más de 20.000 los trabajadores que supo tener La Forestal en su momento de mayor desarrollo. Los obrajeros trabajaban de sol a sol y recibían 2,50 pesos por tonelada de leña, en vales que sólo podían cambiar por mercaderías en las proveedurías de la empresa o de los contratistas que los conchababan. El contratista era intermediario con La Forestal, y hacía sus propios “negocios” con la venta de mercadería o “préstamo” de vales, bebidas, etc.
La mayoría de los obreros vivía hacinada, solteros o con sus familias, en chozas o “benditos”, simples enramadas, y dormían en el suelo, a veces en excavaciones -especie de zanjas- para protegerse mejor del frío. Las familias trabajaban a la par del hachero, sin recibir salario alguno. “Trabajo asesino” se lo llegó a denominar por los cotidianos accidentes. El trabajo de hachero lo hacían los originarios y criollos de la zona, los únicos que podían trabajar en las duras condiciones de los montes. Difícilmente permanecían más de 10 años en los bosques de quebracho. Cuando eran echados, los desalojaban de la vivienda, y si resistían la policía los llevaba fuera de los límites de la compañía.
Los años previos a 1921, los obreros fueron organizándose en medio de grandes luchas. La empresa, que tenía a su servicio policía, jueces y funcionarios, creó también la tristemente célebre “gendarmería volante”, hacia comienzos de la década del 20.
Hacia fines de 1920 los dueños de La Forestal suspendían la producción, dejando miles de desempleados entre los trabajadores (12 mil puestos de trabajo amenazados), tanto los que se empleaban en la planta como los hacheros de los bosques. Gastón Gori, autor de La Forestal, la tragedia del quebracho colorado, cita al diario Santa Fe, de enero de 1921: “Poco a poco la poderosa compañía La Forestal, de no muy grato renombre, va cerrando sus fábricas y dejando sin trabajo a miles de obreros”. Ese mismo diario decía: “La Forestal parece no querer comprender la realidad del conflicto que está provocando, ni parece importarle mucho exponer sus establecimientos a la iracundia de las compactas masas obreras”.
Huelga y represión
Con la huelga de 1921 “hizo crisis la acumulación de odios”, escribió en esos días el diario El Litoral. Al inicio del conflicto, un contingente de entre 300 y 400 trabajadores intentó tomar las fábricas, ubicadas en las localidades de Villa Ana y Villa Guillermina. El objetivo era impedir el lockout patronal y garantizar la continuidad de las fuentes de trabajo.
La Federación Obrera local adhirió a la huelga de enero de 1921, convocando a actos en las principales ciudades de Santa Fe. “Grande es el movimiento obrero en la provincia –cita Gori al diario Santa Fe–, grande y temible. A la paralización total de las actividades en Rosario se agrega el conflicto del norte y por último la huelga ya declarada de todos los sindicatos de la capital, incluso el de los ferroviarios a punto de declarar el paro de un momento a otro”.
La represión fue brutal. La compañía utilizó a la nefasta gendarmería volante y a las fuerzas policiales. Se desarrollaron enfrentamientos armados durante varios días, con los huelguistas refugiándose en los bosques, y la policía y la gendarmería volante persiguiéndolos, quemando las viviendas de los obreros –con la venia de La Forestal, dueña de las casas–, y el local de la Federación Obrera.
Los diarios de la época, pese a su postura favorable a la patronal, no pudieron dejar de reflejar los desmanes represivos: “Ni la acaudalada compañía ni los poderes públicos que le prestan cooperación, comprenden que no es a tiros como se puede pacificar a los varios miles de obreros sin trabajo”, decía el diario Santa Fe. El periódico del Partido Socialista La Vanguardia denunció que entre fines de enero y marzo de 1921 hubo entre 500 y 600 muertos por la cacería de los obreros y sus familias en los montes de quebracho.
Derrotada la huelga, con cerca de 10 mil desocupados entre los de las plantas y los de los obrajes, el Sindicato de Obreros del Tanino fue diezmado. Tan grave fue la situación que hacia 1922 el gobierno provincial, que se había mantenido totalmente al margen de las acciones de La Forestal y su Gendarmería Volante, tuvo que asistir con alimentos a los desocupados. Hacia fines de 1922 La Forestal retomaría parcialmente la producción, contratando selectivamente personal y cerrando algunas plantas, en condiciones laborales que habían borrado todas las conquistas obtenidas en la “huelga grande” de 1920. Como recordó en un reciente artículo el diputado provincial santafesino por el FSP Carlos del Frade: “Cuatro millones de ejemplares de quebrachos, únicos en el mundo, fueron talados durante los ochenta años de explotación irracional que produjo La Forestal hasta el cierre de su último ingenio en la localidad de La Gallareta en 1964”.
Otto Vargas, en el tomo 2 de su obra El marxismo y la revolución argentina, balanceaba este período afirmando que las huelgas de La Forestal, junto con la Semana de Enero de 1919 y las grandes huelgas de los rurales patagónicos “marcaron los puntos de apogeo del período de auge que había comenzado en 1917, y, más globalmente, el fin del período iniciado con la huelga general de 1902. Un período en el que lo fundamental del proletariado fue dirigido por el anarquismo, el sindicalismo y el socialismo reformistas. Había madurado la necesidad de una nueva organización sindical y de un partido de vanguardia de la clase obrera, orientado por la doctrina marxista-leninista, un partido capaz de conducir al triunfo a la revolución argentina”.
Escribe Germán Vidal
Hoy N° 1850 03/02/2021