La lucha de los trabajadores de Salud de Río Negro por recomposición salarial y mejores condiciones de trabajo inició en septiembre, en medio de esfuerzos sobrehumanos por mantenerse en primera línea de batalla contra el coronavirus. Fue en un contexto de saturación del sistema con falta de camas, respiradores, insumos y fallas estructurales; situación que hoy vuelve a repetirse en la segunda ola.
Con movilizaciones, asambleas populares, bocinazos, sentadas en los hospitales, panfleteadas, marcha de antorchas durante ocho meses; el pico máximo de lucha se alcanzó el mes pasado cuando los trabajadores se volcaron a las rutas en las distintas localidades de la provincia.
Los trabajadores hospitalarios decidieron autoconvocarse y trasladar su descontento a las calles con foco en la política de la gobernadora Arabela Carreras, de Juntos Somos Río Negro (JSRN) quien afirmó, entre otras cosas, que no habrá propuesta salarial hasta septiembre. En ese crítico contexto, también conformaron un sindicato propio que aunaba a todo el equipo de salud: la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro (Asspur) el 18 de marzo.
Así surgió la jornada del 20 de abril en la que las/os hospitalarios se plantaron en las rutas en todo el territorio: cortaron la Ruta 151 en Campo Grande y en Cipolletti, en Viedma realizaron una larga caravana con más de 200 personas hacia la Ruta 3, donde se cortó el puente Villarino. En Roca se movilizaron a la Ruta 22 con acompañamiento multisectorial de la CCC y la CEPA. En Bariloche, los trabajadores de ATE y los de Asspur se unieron en una sola jornada con movilización al Centro Cívico en reclamo de recomposición salarial. Este fue el único lugar donde confluyeron los gremios estatales.
“La pandemia puso en evidencia el importante rol de los trabajadores/as de salud en el diagnóstico, tratamiento, cuidado y recuperación de las personas afectadas por el virus. Pero también dejó en evidencia las fragilidades preexistentes, a las que se sumaron las consecuencias del pésimo manejo de la pandemia”, aseguró Patricia Baeza, delegada de la Asociación Sindical de Salud Pública de Río Negro (Asspur) del Hospital de Roca.
Baeza le decía al corresponsal de nuestro semanario que entre todas las falencias, se profundizó la falta de personal, el déficit crónico de equipos, deficientes dispositivos de cuidado, prevención y recuperación, escasez de insumos básicos. El combo explosivo lo dieron los bajos salarios “con una caída real en más del 70%, luego de años de pautas salariales por debajo de la inflación”, explicó la delegada.
Producto del avance de la lucha, los trabajadores crearon por primera vez una organización gremial de salud, la Asspur, que ya cuenta con 7.300 trabajadores del sector sin distinción de tareas, disciplinas y formación académica. “Representa a todo el equipo de salud”, agregó la trabajadora y por eso ya la mayoría de los hospitales de la provincia tienen sus referentes.
El sindicato, que cuenta con el respaldo de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa), nació con el objetivo de que Carreras reconozca al nuevo sindicato en la mesa de discusión salarial y que recompongan los salarios, que tienen un básico de entre 3.500 y 4.000 pesos y un sueldo de bolsillo que no supera los $50.000 en promedio.
“Pedimos que se nos reciba en las mesas de negociación salarial y allí nos restringieron la participación argumentando falta de organización formal en lo gremial, anarquismo y todo tipo de adjetivos para anular la participación de los trabajadores”, comentó Baeza. Por eso continuarán en la lucha esta semana con una jornada el jueves 13 de mayo, día en que se reúne la Mesa de Función Pública.
“En memoria de nuestros compañero/as trabajadores de salud fallecidos mientras cumplían su trabajo esencial e irremplazable en cada hospital, repudiamos toda manifestación contraria al cuidado de la vida y cualquier manejo político que se intente hacer con ella”, finalizó Baeza.
Corresponsal
Hoy N° 1863 12/05/2021
