La Diplomatura surge como una iniciativa enmarcada en el proceso de luchas de muchos años que venimos llevando en el movimiento de mujeres, con muchas batallas dadas y empujando un amplio nucleamiento de este movimiento en la Multisectorial de Mujeres de Jujuy, que surge posterior al Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Jujuy en el 2006. Todos estos años fueron años de muchas luchas, y en ese proceso pensamos en la necesidad de una actividad de formación que nos permita abordar muchos debates actuales. Es así que fuimos con esta propuesta a la Secretaría de Extensión de la Facultad de Humanidades y Cs. Sociales de la Universidad de Jujuy, de tal manera que nos sirviera para dar un salto.
Es así que de manera conjunta con la Secretaría de Extensión FHyCS y desde el movimiento de mujeres: La Casa de la Mujer María Conti de San Pedro de Jujuy, Mujeres Unidas en Lucha, la Fundación Siglo 21 y el Equipo latinoamericano de justicia y género (ELA), en el año 2017 concretamos la posibilidad de armar esta Diplomatura, que ya lleva cuatro cohortes, es decir cuatro cursadas. Las características que tiene, es que al ser parte de la extensión universitaria, la Diplomatura la puede cursar cualquiera. No hace falta que seas estudiante, profesor o graduado. El único requisito es ser mayor de edad. La cursada tiene una cuota baja, para cubrir los costos y siempre hemos otorgado becas, en la mayoría de los casos promotoras de género, integrantes del movimiento de mujeres de distintos movimientos sociales, periodistas, etc. Hasta el momento la han cursado cerca de 600 personas.
En estos años la Diplomatura se fue consolidando y ganando prestigio y reconocimiento, incluso fue declarada de interés por la Legislatura provincial y hoy es muy solicitada también porque como producto el avance con la Ley Micaela y una gran búsqueda por capacitarse. Por eso tenemos estudiantes que provienen de espacios muy heterogéneos, de los juzgados, funcionarias y funcionarios públicos, trabajadoras sociales, diputadas, promotoras de género, policías, etc.
La metodología es tomada desde los aportes de la psicología social, con clases teóricas y trabajo de reelaboración en grupos. Este año por la pandemia la modalidad ha sido semipresencial por eso fue menor el cupo, que en sólo medio día cubrió la capacidad.
Las docentes de la diplomatura no sólo son de la provincia, sino de otras partes del país. Y no sólo tienen un enorme conocimiento teórico, sino una larga trayectoria como activas militantes del movimiento de mujeres.
En cuanto a los módulos son alrededor de siete dependiendo el año. Comenzamos por un tema que nos parece fundamental que es el Origen de la opresión de las mujeres, a cargo de Graciela Tejero Coni, y también ha participado algunos años Rosa Nassif, también Violencias y femicidio por la psicóloga social Véronica Camacho y la periodista Liliana Hendler; Derechos humanos y acceso a la justicia a cargo de la presidenta de ELA Natalia Gherardi; Abuso sexual, a cargo de nuestra compañera la Dra. Mariana Vargas; Trata y prostitución, a cargo de Carlos Garmendia y Mariel Roseano; Derechos sexuales y reproductivos con las Dras. Viviana Mazur y Stella Manzano; y el Movimiento de mujeres en Argentina a cargo de la Lic. Hilda Disatnik de la Casa de las Mujeres Norma Nassif de Tucumán.
Un rasgo distintivo de esta Diplomatura es justamente abordar el tema del origen y las causas de nuestra opresión, porque abordarlo implica indagar también en la vinculación y origen de otras opresiones que también vivimos, como la de clase o la de etnia. Este año, por ejemplo, hubo tres clases de tres horas con Graciela Tejero Coni sobre este tema, muy intensas y con muchísima participación.
El objetivo que tenemos con esta diplomatura, como su nombre lo indica, es la formación en el tema de la violencia de género en sus múltiples aspectos. Porque queremos cambiar esta realidad tan dolorosa de que una mujer por día muera por un femicidio en nuestro país. Y de ahí para abajo todas las violencias que sufrimos, ya sean violaciones, abusos, el peso de la división sexual del trabajo, que sigue siendo uno de los pilares de este sistema capitalista, como lo es la división en clases sociales.
Y porque ese dolor y la lucha es lo que nos motoriza es que en los actos de apertura de cada año siempre han estado presentes madres o familiares de las asesinadas por femicidios, o de víctimas de violencia y muchas también cursan la diplomatura, que también es y ha sido un espacio de contención.
Siempre hemos tratado que la cursada fuera presencial, y con una metodología participativa. Desde ya tuvimos serias dificultades con la pandemia, y este año será semi presencial, algunos serán virtuales, pero el primero que te conté, y los de Abuso y el de Movimiento de Mujeres serán presenciales. La duración será este año de un cuatrimestre.
Cada módulo está pensado no sólo para la formación teórica, sino con las incidencias prácticas concretas. Por ejemplo, el tema del acceso a la justicia, con esta justicia patriarcal que hoy tenemos y que es muy grave. En el tema de la violencia de género, hay mucho de qué hacer en concreto en cada situación. Liliana Hendel aborda muy bien la inexistencia del Síndrome de Alienación Parental, por el que se sirve la justicia para apañar a padres violentos y abusadores y la violencia hacia las niñeces.
La Diplomatura tiene mucha incidencia social justamente porque la gente que viene a capacitarse proviene de distintos ámbitos y luego vuelve a esos lugares y muchas veces llevan a cabo el proyecto final que realizan como trabajo final. En esto ha habido ricas experiencias, que hemos reflejado en un libro que sacamos en el 2020. Allí se cuenta cómo se han creado la Casa de las mujeres Rosita Aliaga en Libertador, la creación de la figura de editora de género en el diario El Tribuno, áreas de género en sindicatos, entre otras experiencias realizadas. El libro, que está disponible también por versión digital, es una valiosa herramienta también por los interesantes artículos que allí escribieron las docentes.
Hoy N° 1885 13/10/2021