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02 de octubre de 2010

La realización del 7º Encuentro de Partidos y Organizaciones Antiimperialistas y Revolucionarias de América del Sur fue la oportunidad para que compañeros de distintos países dieran un breve panorama de la situación y la lucha de los pueblos de la región.

América del Sur en lucha

Hoy 1266 / Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay

En Filosofía y Letras de la UBA expusieron, el sábado 9 de mayo, los compañeros Eladio Flecha (Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahurá), Carlos Echazú (Partido Comunista Marxista Leninista Maoísta de Bolivia), Eusebio Martel Huacho (Movimiento Político Nueva Democracia, Perú), Luis Andrade (Movimiento Democrático Popular, Ecuador), Ricardo Cohen (Partido Comunista Revolucionario del Uruguay), y el compañero Leonardo (obrero de la construcción, marxista -leninista de Brasil). Compartieron la mesa, además, los compañeros Irene Alonso, Ricardo Fierro y Jacinto Roldán, del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina. Reproducimos extractos de sus intervenciones.

Eladio Flecha (Paraguay)
Nuestro MPRPP es un movimiento político que trabaja para la toma del poder en Paraguay.  Nuestra línea parte del marxismo-leninismo, y nos proponemos tomar el poder en serio, y no ocupar cargos para administrar el viejo Estado y los intereses de los imperialismos y de la oligarquía.
La caída del Partido Colorado después de 60 años de dominación es un acontecimiento político muy importante. El 20 de abril de 2008, con el apoyo de la oligarquía y del imperialismo, ganó la presidencia con más de 700 mil votos un tal Fernando Lugo, en quien la gente depositó  esperanzas de que iba a cambiar la situación política, económica y social del país. Pero nosotros dijimos en ese momento que era un instrumento de los imperialismos y la oligarquía para captar los votos populares, que ya no confiaban en una solución electoral. Por eso fuimos al voto en blanco, nulo o abstención, porque Lugo no representaba los intereses del campesinado, la clase obrera, los estudiantes, los intelectuales, la mayoría de nuestro pueblo. Hubo más de 120 mil votos nulos y blancos; más de un millón de abstenciones. En total eran la fuerza mayoritaria en el país.
Lugo tuvo un discurso progresista y en su campaña tomó las necesidades más sentidas del pueblo paraguayo, y las del campesinado como la reforma agraria, lo que significa sacar el 80% de las tierras de manos del 1,5% de la población. Dijo que asumía el 15 de agosto, y desde el 16 de agosto ya iba a haber cambios. Pero llegó noviembre, diciembre, y no pasaba nada: ni reforma agraria, ni salud ni educación gratis.
Ahora estamos a 8 meses de la asunción de Lugo, que para ganar se alió con uno de los partidos tradicionales, el Partido Liberal; y lo único que cambió fueron los hijos que le fueron apareciendo. Por eso va perdiendo credibilidad. Si Lugo quiere implementar la reforma agraria, hacer un programa progresista, nosotros lo vamos a apoyar; y a salir a la calle si la derecha lo quiere impedir. Pero él no se decide. Hasta este momento, es un gobierno servil a los intereses de las oligarquías y los imperialismos.
En Paraguay vienen grandes luchas. Mientras, la clase obrera, el campesinado, los estudiantes, los sectores populares, no tomen esas banderas de lucha para la toma definitiva del poder  y transformar este viejo Estado, no hay solución para las mayorías.

Carlos Echazú (Bolivia)
La sociedad boliviana está yendo hacia una terrible confrontación, seguramente la más grande en toda su historia, como dos trenes que van en sentido contrario por la misma vía. No quedará localizada sólo en Bolivia, va a repercutir en todo el continente, y fundamentalmente en los países vecinos.
Son dos fuerzas económicas, políticas y sociales con intereses antagónicos. Una son las fuerzas anti-neoliberales, que existen en todo el continente. Se expresaron en Bolivia en la “guerra del agua” del 2000, el gran cerco campesino a la ciudad de La Paz en septiembre de ese mismo año, la sublevación de la policía contra el impuestazo en febrero de 2003, y el heroico “octubre rojo” de 2003, cuando derrocamos a lo más representativo del neoliberalismo, el gobierno del gringo Sánchez de Lozada.
Esta fuerza anti-neoliberal tiene otra esencia: su carácter descolonizador, expresado en un gigantesco movimiento indígena; esos pueblos originarios que han sido sometidos a la más bárbara humillación, explotación y sometimiento, de parte del colonialismo español durante 300 años, y del colonialismo criollo, republicano, durante casi 200 años. Fuerzas que estuvieron latentes durante mucho tiempo, y que ahora han despertado, y están decididos a que esa humillación y explotación termine de una vez.
En dirección contraria y por la misma vía, están las fuerzas oligárquicas que han dominado durante los 200 años de vida republicana. Una oligarquía fuertemente racista, que después de la Segunda Guerra mundial se ha visto reforzada con la inmigración de racistas europeos, cómplices de los nazis, que llegó a toda América y también a Bolivia; es la colonia croata en el Oriente de nuestro país, que ha medrado con las dictaduras y en los períodos neoliberales, conformándose en una gran clase terrateniente –algunas con más de 200.000 hectáreas–, que han restablecido instituciones feudales como la servidumbre y el pongueaje. Esas fuerzas fueron expulsadas del occidente del país (La Paz, Oruro, El Alto), pero tienen todavía vigencia política en el oriente. Por eso han querido presentar la lucha política en Bolivia como una confrontación regional.
Por eso lo que se perfila es la amenaza de una guerra civil, en la forma de un intento secesionista de esos grupos racistas y oligárquicos como la Nación Camba y los Comités Cívicos santacruceño y tarijeño.
Cuando el compañero Evo Morales asume el gobierno inicia un proceso de reformas. Que es débil, pero que esas fuerzas oligárquicas no van a tolerar. Hay fuerzas conciliadoras dentro del MAS que tratan de atemperar el choque conciliando con aquéllas. Pero las fuerzas anti-neoliberales y descolonizadoras no van a permitir que eso suceda. La conflagración es por eso inevitable.

Luis Andrade (Ecuador)
asta hace dos años, a nuestro país lo han dirigido los explotadores, dependientes de todas las recetas del imperialismo, particularmente norteamericano.
Luego de un largo período, la lucha del pueblo ecuatoriano reverdeció. Hemos echado tres gobiernos reaccionarios, entreguistas, asesinos de los pueblos, a partir de 1996.
Hace dos años en el Ecuador fue derrotada la derecha más recalcitrante, y obtuvimos el gobierno de un profesional democrático, progresista, Rafael Correa. Subió en medio de una fenomenal crisis de desprestigio de los partidos políticos, que recorre toda América Latina. Correa ofreció una nueva Constitución. Correcto. Ofreció acabar con 30 años de neoliberalismo. No más Fondo Monetario Internacional. No más dependencia. La economía al servicio de los de abajo. Pagar la deuda social antes que la deuda externa, dar prioridad a la salud y a la educación públicas. Correcto.
Se han dado pasos importantes: la expulsión del delegado del FMI en el Ecuador y de la base militar norteamericana de Manta, la defensa de la soberanía del país cuando el gobierno reaccionario de Colombia atacó y asesinó a Raúl Reyes, dirigente revolucionario de las FARC.
Tenemos una nueva Constitución. La derecha se opuso a todas las propuestas, junto con las jerarquías de la Iglesia vinculadas al Opus Dei. Una Constitución discutida, que reemplaza la economía de “libre mercado” por una economía solidaria y productiva, establece la educación pública y gratuita en los tres niveles, y esto se está cumpliendo. No es una Constitución socialista: son medidas democráticas, patrióticas.
La crisis ya se manifiesta en Ecuador. Han caído las ventas de petróleo, las de flores –importante exportación del país–, y las remesas de los emigrados. El gobierno de Correa ha tomado medidas proteccionistas, positivas. Prometió no pagar la deuda externa; otra parte ha pagado, otra está negociando.
Nosotros hemos planteado que la crisis no la generaron los trabajadores sino los monopolios imperialistas: ellos son los que deben pagarla. Y hemos dicho que en crisis no se deben reducir los salarios; al contrario, hay que elevarlos para recuperar la demanda. Esa es una pelea con Correa. Correa habla de “revolución ciudadana”. Tampoco estamos de acuerdo. Pero no nos ponemos del lado de la derecha, que estaría encantada de que el MPD rompiera con Correa. No caemos en ese juego.
Acabamos de obtener el 6º triunfo electoral de Correa. Apoyamos el proyecto, y la izquierda revolucionaria obtuvo un triunfo, dando una alternativa más avanzada que es el socialismo. El triunfo de los trabajadores del Ecuador es también el de ustedes y el de todos los trabajadores del mundo.

Eusebio Martel Huacho (Perú)
Un fantasma recorre América Latina: el de la lucha popular. Y se está expresando en gobiernos nacionalistas y democráticos, como en Venezuela, Bolivia, Ecuador; y en luchas de masas en Colombia y aquí en la Argentina, con el Argentinazo del 2001.
¿Quién debe pagar la crisis? Nosotros consideramos que la deben pagar los capitalistas, las grandes multinacionales.
En el Perú, a partir de 1991, se instala el neoliberalismo, y desde allí se institucionaliza con Fujimori y después Paniagua, Toledo, y ahora Alan García. Ahora van a privatizar el agua, la luz y la salud. Las consecuencias del neoliberalismo en el Perú son que más de 55% de los 28 millones de habitantes están en la pobreza: viven con 2 dólares diarios, cuando la canasta familiar está en un promedio de 6 dólares. Y en la zona de las serranías y en la selva, la pobreza es del 80 por ciento.
El gobierno habla de que en Perú hay “gran crecimiento”. Pero más del 25% del presupuesto nacional se destina al pago de la deuda externa, y el 50% a la “defensa” nacional.
A esto viene a sumarse la crisis. El Perú es el primer exportador de oro de América, el 5º en el mundo; también exportamos plata, cobre, níquel. Pero están en manos de las grandes transnacionales. En 2008 las 100 empresas transnacionales que operan en el Perú tuvieron una ganancia de más de 30.000 millones de dólares. Sólo el sector minero ganó 8.000 millones, y casi no pagan impuestos.
La crisis mundial ya repercute en el Perú. Ya hay 6.000 mineros despedidos. Para julio prevén el despido de 100.000 trabajadores. Para eso nos preparamos: la crisis deben pagarla ellos. Y en el Perú está planteado un paro nacional de 48 horas, en la perspectiva de una insurgencia popular. Están dadas las condiciones para ello. El camino es la acción directa de las masas. Y en esa insurgencia establecer un gobierno democrático del pueblo, en camino a una revolución democrático-popular hacia el socialismo.

Ricardo Cohen (Uruguay)
Los saludo con alegría de estar acá, y siempre felicitándolos por esas enormes luchas de la clase obrera, del estudiantado, del campesinado, de las mujeres, y del pueblo argentino en general que dan ese ejemplo permanente de lucha revolucionaria para los pueblos del continente.
Cuando en el 2004 gana el Frente Amplio, gana un gobierno del oportunismo, donde predominan las fuerzas socialdemócratas.
¿Qué ha hecho este gobierno en estos 4 años y medio? Inmediatamente hace un acuerdo con el FMI, declara que cumplirá con todos los compromisos. Y los ha hecho a todos de una forma extremadamente obsecuente. Luego vienen los compromisos con las papeleras Botnia, y Ence. O sea que además de lo dañino con la economía nacional, genera un conflicto con el pueblo argentino, totalmente innecesario desde el punto de vista de los pueblos, beneficiando no sólo a Finlandia sino al capital financiero que es el que está detrás de todo esto, a través del Banco Mundial.
Las siguientes medidas son de profundización de la dependencia en América Latina. Acá, cuando se votó en contra del ALCA en Mar del Plata, es cuando Tabaré Vázquez decide hacer la sede y firmar el Tratado de Protección de Inversiones.
La deuda: este gobierno la ha estirado hasta el 2040 y la llaman “deuda soberana”. Le ha pagado al FMI tres mil millones de dólares.
Los salarios ya habían tenido una gran caída en la crisis anterior del 25 y 30%, y que este gobierno prometió recuperar. Y como era de esperar, nos topamos con esta crisis y ya no pueden ni siquiera cumplir con los estatales, y se está percibiendo un salario muy inferior al de 1998.
Se mantienen las misiones en El Congo. En vez de hacer una reforma agraria, se ha hecho una contra reforma agraria: la mayor extranjerización de la tierra de la historia del Uruguay. En el 2005, durante el primer año del gobierno del Frente Amplio, se concentraron en manos extranjeras 750 mil hectáreas. Actualmente debe rondar en los 5 millones de hectáreas, en un país de 16 millones de hectáreas cultivables. Los monopolios controlan para la producción de celulosa y para la soja. Se han concentrado también los frigoríficos en manos de capitales brasileros. Uruguay, a pesar de ser un país chico es el séptimo país principal productor de arroz: 1 millón 150 mil toneladas.

Leonardo (Brasil)
El capitalismo no está en condiciones de solucionar los problemas de las masas populares en el mundo: hay mil millones de personas en el mundo que están al margen de todo proceso productivo, y éstos no son datos de los comunistas, son datos de de la FAO. Lo que obliga a impulsar la necesidad de trabajar en la perspectiva del socialismo.
En Brasil se generó una gran expectativa en el 2001 cuando la elección de Lula y con el PT. En toda América Latina se sembró la posibilidad de un nuevo escenario político. Ya en ese momento, algunos denunciaron que el PT no iba a hacer aportes al pueblo en Brasil y América Latina.
Nunca la burguesía fue suicida: ésta invirtió 80 millones de reales en la campaña de Lula, porque tenían la seguridad de estar invirtiendo en un buen administrador del capital.
El PT ha desarrollado una política de cooptación de diputados de otros partidos para que voten sus proyectos. Durante los dos primeros años de gestión, éstos recibían un sobresueldo que podían ser 40 o 60 mil reales, dependiendo de la importancia de ese diputado o su partido.
Luego se creó una comisión en el Congreso para investigar el nivel de corrupción. Sin embargo, lo que esta comisión investigó ponía en riesgo al propio gobierno de Lula, tan así que la alta burguesía brasileña lo acorraló diciéndole: “si ustedes hacen cualquiera de las cosas que han incluido en sus discursos, nosotros destaparemos esto y tu gobierno cae”.
Con su política asistencialista ha conseguido neutralizar a los movimientos sociales. A aproximadamente 2 millones de brasileños desocupados, les entregan entre 40 y 150 reales por mes, dependiendo del número de hijos que tengan. Según los datos oficiales, la canasta para una familia tipo sería de 2.100 reales. Sin embargo, el salario mínimo es de 450 reales, que es lo que cobra el 65% de los trabajadores ocupados y el 70% de los jubilados.
En Brasil se vive una guerra civil no declarada, en la que hay unos 50 a 60 mil asesinatos por año, y esta crisis potencia aún más esta situación. La perspectiva puede ser que la clase obrera salga a enfrentar y empezar a romper con el gobierno de Lula.