La política del gobierno de Macri en relación a Malvinas y el Atlántico Sur no comenzó con el Acuerdo Foradori-Duncan. Fue en Davos y luego de una reunión de Macri con el primer ministro inglés Cameron, en la que Macri ratificó en toda la letra los Acuerdos de Madrid I (paraguas de soberanía) y Madrid II (control de policía sobre el sistema de Defensa Nacional).
Luego, Macri recibió alborozado una carta de la primera ministra Theresa May, sucesora de Cameron, en la que inventariaba todas las exigencias británicas sobre Malvinas y el Atlántico Sur. Esas exigencias británicas se reflejaron en los Acuerdos Malcorra-Duncan y luego Foradori-Duncan. Sobrios o borrachos, los funcionarios del gobierno de Macri, incluido el entonces canciller Jorge Faurie, aceptaron las exigencias británicas sin chistar porque ese gobierno siguió a fondo una línea de claudicación nacional frente al colonialismo británico.
De la mano del Foradori-Duncan llegaron los acuerdos petroleros frente a las costas de Tierra del Fuego y otras vergonzosas concesiones, todas hoy vigentes.
Días atrás, el secretario de Malvinas embajador Guillermo Carmona, intentó explicar por qué el gobierno del Dr. Fernández no denuncia esos Acuerdos. Su explicación fue tan poco convincente como lo es pretender hacer pasar la firma del Acuerdo Foradori-Duncan por las abundantes libaciones de ese, por entonces, funcionario de Cancillería.
Los Acuerdos de Madrid son la viga maestra de las relaciones políticas, diplomáticas, financieras y militares del Reino Unido con Argentina y son la columna vertebral de la política de desmalvinización impuesta como castigo infinito a nuestro país desde el mismo 14 de junio de 1982, cuando culminó la Batalla por Malvinas. Los Acuerdos Malcorra-Duncan y Foradori-Duncan son la continuidad y profundización de aquellos.
Sigue siendo una necesidad para la defensa de nuestra soberanía y una efectiva política que tienda a la recuperación de los territorios usurpados, la denuncia de los Acuerdos de Madrid firmados por Cavallo-Menem, como los llamados Malcorra-Duncan y Foradori-Duncan y de todos los otros acuerdos públicos y secretos, entendimientos, etc., entre la potencia ocupante y nuestra Nación. Es el mejor homenaje que se puede hacer a quienes tributaron su vida por la reconquista y la defensa de nuestros territorios.
Escribe Eduardo Mariano Lualdi
Hoy N° 1911 04/05/2022