El viernes 15 de abril, coincidiendo con los festejos cristianos del Viernes Santo, musulmanes del Radamán y de la Pascua Judía, la policía israelí reprimió a palestinos en la Explanada de las Mezquitas. El viernes 22 estallaron nuevos enfrentamientos.
Ya suman más de 300 heridos y 24 muertos palestinos. Frente a las agresiones, los palestinos se defendieron con lanzamientos de piedras. La policía israelí argumentó que utilizó «medios para dispersar» a una muchedumbre que intentaba dañar una de sus garitas.
La Explanada de las Mezquitas es el tercer lugar en importancia religiosa para los musulmanes, y también de importancia para los judíos. Se encuentra en la Ciudad Vieja, en Jerusalén. Si bien es administrada por Palestina, el control del acceso y militar lo ejerce Israel. La Explanada se encuentra en la Ciudad Vieja, dividida en un barrio judío, otro musulmán, otro cristiano y uno armenio. Organizaciones nacionalistas israelíes (con el aval del gobierno israelí) intentan continuamente “colonizar y judaizar” esta zona, continuo foco de conflictos.
Las provocaciones al pueblo palestino en lugares sagrados son constantes. Si bien se permite el ingreso de quienes profesen la fe judía a la Explanada, el gran número de judíos más el despliegue de las fuerzas de seguridad en este lugar sagrado durante el ramadán, fue calificado como una provocación por los palestinos y varios países de la región. Estos episodios llevaron a Hamás a lanzar cohetes desde la franja de Gaza hacia Israel, cuyo ejército respondió con ataques aéreos a este enclave palestino de 2,3 millones de habitantes. «Estamos profundamente preocupados por la escalada de la violencia en los Territorios palestinos ocupados y en Israel desde hace un mes» declaró Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos humanos
«La situación es muy difícil, hay una atmósfera de guerra», dijo Firas Mohamad, un comerciante de la zona. Mohamad cuenta que es común ver ultraortodoxos y a veces nacionalistas que desfilan frente a su tienda, a menudo escoltados por guardias de seguridad. Antes no solían pasar por el barrio musulmán pero hoy «vienen en grupos, con banderas, gritando ‘muerte a los árabes, muerte a los musulmanes’, y vienen a crear problemas», dijo Mohamad. Y la policía israelí «no hace nada». Al contrario, dice, les dejan entrar en la explanada, un lugar administrado por Jordania pero cuyo acceso está controlado por Israel, donde pueden entrar bajo ciertas condiciones pero donde no se les permite rezar.
La Liga Árabe declaró en un comunicado que «los ataques israelíes contra fieles musulmanes representan una continuación de la serie de abusos y provocaciones israelíes con el objetivo de dividir Al Aqsa, espacial y temporalmente». Y agregó «se toleran las continuas incursiones de colonos y las bandas extremistas, mientras que a los palestinos se les impide practicar sus rituales, amenazando con inflamar la situación de manera peligrosa».
Hoy N° 1911 04/05/2022
