Somos encuentreras, porque Los Encuentros Nacionales de Mujeres fueron el extraordinario espacio que nos permitió tomar consciencia de nuestra opresión como mujeres y parte de la clase trabajadora y del pueblo, al relatar nuestras vivencias cotidianas y experiencias de lucha en el taller. La ronda, ese funcionamiento horizontal, democrático, pluralista, donde no hay dueñas y las voces de todas tienen valor, nos permitió la construcción colectiva del conocimiento respecto de las formas de esa opresión, las formas de organización para la lucha y nuestras reivindicaciones específicas. Muchas de nosotras hablamos por primera vez en una reunión en el taller del ENM, hicimos nuestra experiencia de organización para poder viajar, dimos batalla desde las Comisiones Organizadoras para que los ENM pudieran seguir acogiendo a miles y crecimos en esa batalla.
Desde el 2015 con el primer Ni Una Menos, los paros internacionales de mujeres del 8 de Marzo, la marea verde que conquistó la ley por el aborto legal, seguro y gratuito, y muchas otras conquistas históricas; se abrió un nuevo momento en el desarrollo del movimiento de mujeres de la Argentina, que nos exigen grandes esfuerzos para la unidad.
Por ese rol revolucionario ha habido permanentes ataques, desde afuera intentando impedir su realización, y desde dentro contra su forma de funcionamiento. A su vez el desarrollo del ENM, con el crecimiento numérico y la incorporación masiva de sectores políticos con otras orientaciones ha generado un nuevo desafío respecto de la participación en los talleres, dificultando el despliegue de nuestra principal herramienta, la línea de masas donde el conjunto es protagonista del debate.
Desde hace más de 10 años damos batalla para que desde ATE se acompañe la participación de las estatales en el ENM, y ya en nuestro plenario del 2016 profundizamos en línea respecto de que este apoyo tenía que ser sin atentar contra el carácter de autoconvocatoria, autofinanciamiento y autogestión necesarios para mantener la horizontalidad y pluralidad de los mismos.
Esta tarea nos ha permitido ingresar en lugares de trabajo donde no estamos, que trabajadoras que no tenían ninguna experiencia de participación hayan sido partícipes por primera vez, y a partir de allí incorporarse a la práctica sindical en la que después dimos pelea para que se tomaran nuestras reivindicaciones específicas (guarderías, licencias, lactarios, atención a las situaciones de violencia, lucha contra los femicidios, Ley Micaela, etc.).
Levantamos la importancia de los Encuentros, reivindicamos su carácter horizontal, pluralista, democrático, autoconvocado y autofinanciado, federal y plurinacional.
Decimos no a la división del Encuentro, entendemos que es producto de un nuevo ataque al avance de nuestra liberación; necesitamos un solo Encuentro donde estén todas las voces y no se nos imponga ninguna.
¡El Encuentro es de todas!
Hoy N° 1914 25/05/2022