1. Las elecciones y la crisis
Las elecciones ingresaron en la recta final. Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, tanto del kirchnerismo como de sus rivales dentro del sistema para instalarlas como la madre de todas las batallas, el 71,4% manifestó “poco o ningún interés” en estos comicios, según una encuesta de Poliarquía (La Nación, 10/6).
El gobierno concentra su artillería en los cordones de pobreza del Gran Buenos Aires y las provincias más castigadas por la miseria; pobreza y miseria que su política mantuvo y acrecentó. Su discurso es: “vótennos para mantener el plan social, el bolsón de alimentos, el subsidio, porque los otros se los van a quitar”. En los hechos, usa los fondos de los trabajadores de las jubilaciones (los del Anses), para pagar deuda, subsidiar monopolios, comprar aviones (que en todo el mundo alquilan), y pagar la campaña electoral K.
Las otras derechas emboscadas en la oposición –De Narváez, Prat Gay, Macri, etc.– le cuestionan al kirchnerismo su prepotencia, sus acuerdos con Venezuela, y le disputan un reparto del poder y las cajas, y más beneficios para otros grupos de poder, rivales de los que sostienen al kirchnerismo.
Se llenaron los bolsillos
No se debate, entre los promocionados del sistema, la cuestión central que divide aguas en la Argentina: quién paga la crisis.
Todos acuerdan en pagar la deuda pública; y pagando esa deuda no hay salida a la crisis a favor del pueblo. El kirchnerismo anunció que volverá a pagar por anticipado algunos bonos que vencen más adelante; y sus rivales dentro del sistema se hacen los distraídos de que está cajoneado, en el Congreso, el dictámen del juez Ballestero declarando ilícita, fraudulenta y usuraria esa deuda.
No se discute qué hacer frente a la oleada de despidos, ocultada como no renovación de contratos y en la presión para los “retiros voluntarios”. No hay debate sobre una política de defensa de la industria nacional y la producción campesina. El problema de la tierra “no existe”: no se habla de los 17 millones de hectáreas extranjerizadas, ni mucho menos la reforma agraria.
Kirchner le presta plata a monopolios imperialistas como GM, y Biolcati trenza con empresarios y banqueros la defensa de Techint, un grupo de capital financiero imperialista italiano. GM y Techint, ganaron miles de millones de dólares desde el 2003 al 2008. Hay cálculos que muestran que, en esos 5 años, esos monopolios le sacaron al trabajo de cada uno de sus obreros una plusvalía (ellos dicen “ganancia”) de un millón de dólares: les alcanza para pagar los salarios durante 83 años. Lo mismo vale para las rosca sojera de grandes pooles y terratenientes, monopolios aceiteros y exportadores de granos. Monopolios amigos o socios de los K, como las mineras, fácilmente duplicaron esas “ganancias” y prácticamente no pagaron impuestos.
2. Planes de ajuste por años
El reguero de luchas, espanta a los de arriba, que saben y se preparan para una crisis profunda y prolongada. Cayó un 14% la producción de aceite y harina de soja, y cayeron un 40% los fletes a Rosario y sus alrededores, que llevan la soja al polo oleaginoso más grande del mundo.
Los grupos grandes de la Argentina, son pequeños en relación a los monstruos que la crisis está volteando, como GM. Pagan a sus propagandistas para que hablen de una recuperación económica “para el 2010”, o antes; mientras ellos hacen planes de ajuste para tres, cinco y más años. Uno de los problemas es la debilidad del dólar. No es casual que, en la Argentina, haya crecido la compra de euros, la moneda europea; o que China siga ampliando la lista de países a los que les impone comerciar en su moneda, el yuan.
Todos, por arriba, se preparan para “ajustes”, en el Estado y en la economía privada. Por eso acuerdan en ocultar y frenar las luchas que sacuden al movimiento obrero, las de los chacareros, y las que se multiplican en el estudiantado y en las masas populares. Los enferman los escraches que le ponen nombre y apellido a la bronca. A partir de ahí, como necesitan, o van a necesitar, para salvarse, el auxilio de su Estado, es decir, éste Estado oligárquico-imperialista, disputan por el reparto del poder y las cajas. Eso es lo que divide a los grupos que sostienen a la derecha kirchnerista con las derechas que promueven otros grupos oligárquico-imperialistas.
3. Planes y negociaciones por arriba
El mensaje de Obama a Cristina Kirchner para el 25 de Mayo, fue respondido por CK. No solo en el papel: en algún lugar se negoció el auxilio financiero para GM y otras empresas.
Sucede que la situación de crisis política que vive el país, por la debilidad del gobierno y los interrogantes “no positivos” sobre el resultado electoral, están llevando a negociaciones sobre el futuro de la Argentina en las capitales imperialistas. Directivos de Arcor Techint, Ledesma y Aceitera General Deheza –patrones o “amigos” de algunos de los candidatos promocionados– viajaron a Estados Unidos, junto a directivos de la UIA: hablarán con banqueros, empresarios y funcionarios. ¿Qué fueron a negociar? Lo que pasará a partir del 29 de junio.
El kirchnerismo trabaja para quedar como “dueño” del Conurbano Bonaerense, para completar su mandato y pisar fuerte en la mesa en la que se negociarán los candidatos presidenciales. Los grupos rivales trabajan para acorralar al gobierno desde el Congreso, para que haga el gasto del “ajuste”. Algunos, quieren que CK llegue al 2011, desgastada y con muletas. Otros hablan de precipitar la situación en diciembre, convocando a elecciones presidenciales en marzo de 2010 (La Nación, 7/6). Y no se descarta que la situación se anticipe: ya se habla de adelantar a agosto la asunción de los legisladores electos.
4. Un mazazo
Afuera, en las capitales imperialistas, se negocia, y adentro se hacen planes sobre el futuro del país. Lo que los de arriba no quieren, es que el pueblo sepa de qué se trata, para que pueda ser protagonista de lo que vendrá. Pero los trabajadores y el pueblo tienen experiencia, recuerdan los sufrimientos de otras crisis: las que llevaron a las hiperinflaciones de Alfonsín y Menem, las que derrumbaron “la convertibilidad” de Alfonsín y De la Rúa. Hambre, desocupación, cierre de fábricas, quiebra de decenas de miles de chacareros, los chicos en las escuelas para su única comida diaria, la deserción de miles de estudiantes, la entrega del patrimonio nacional y de los recursos naturales, etc.
Por eso no hay “voto útil” votando al kirchnerismo para que siga este “modelo” de doble discurso: lo que viene con la crisis, será peor. Y tampoco es un “voto útil” el de la derecha emboscada en la oposición, que solo busca cambiar el reparto de la torta entre los de arriba.
El voto bronca contra esta política kirchnerista que descarga la crisis sobre el pueblo, y para cerrar el camino a los que son más de lo mismo, con más o menos “perfume”, es el voto en blanco, nulo o no votar. La semana pasada, en Gran Bretaña, frente a uno de esos gobiernos que salvan bancos y monopolios y hunden a los trabajadores, muy corrupto, solo votó el 37% de los empadronados: un golpe mortal al gobierno pirata. Como en octubre de 2001 fueron mortales los millones de votos bronca contra De la Rúa: quedó para el cachetazo en diciembre.
El 18 y el 20
Un mazazo de votos bronca ayudará a mantener la unidad de lo fundamental de las fuerzas que están en la lucha, antes y después de las elecciones: petroleros patagónicos, alimentación, rurales, estatales, municipales, docentes, campesinos pobres, chacareros, originarios, estudiantes; y los movimientos que denuncian la deuda, enfrentan la impunidad y la represión, defienden la soberanía frente a la ofensiva inglesa, pelean contra la contaminación y el saqueo de los recursos naturales, etc. Por eso el voto bronca va unido a rodear de solidaridad cada lucha obrera, y al apoyo a la realización de la gran jornada nacional combativa, el 18, convocada por la Federación Nacional Campesina que se fundó en la reciente reunión del Chaco.
Un tsunami de votos bronca ayudará a avanzar en el proceso de reorganización y recuperación de los cuerpos de delegados y sindicatos, y contribuirá a mantener y ampliar la unidad popular, patriótica y democrática en las multisectoriales. Y también, el voto bronca será la base, a partir del 29 de junio, para la unidad en la lucha y las multisectoriales, cualquiera sea la forma en la que se haya votado. De ahí la importancia del Encuentro Nacional de Multisectoriales, el 20, en La Matanza, para avanzar en la elaboración de un programa, la evaluación de los escenarios, y las iniciativas de lucha que unan a trabajadores, chacareros, estudiantes y el pueblo.
Son tiempos de crisis y de tormentas. Hay un camino por el que se avanzó: el del Argentinazo y la rebelión agraria. Llamamos al voto bronca para afirmar ese camino. Es el único para lograr conquistas, para unir fuerzas en un paro nacional activo obrero, chacarero, estudiantil y popular, creando las condiciones para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, que abra el cauce hacia la liberación nacional y social.